La caída en la productividad de la economía guatemalteca

La caída en la productividad de la economía guatemalteca
19 Ene 2015

La productividad de la economía de Guatemala se encuentra estancada desde hace treinta años. Hoy somos 11% menos productivos de lo que éramos a inicios de los años ochenta, mientras que Chile ha incrementado su productividad en 65% durante este mismo período. ¿Qué implicaciones tienen estas cifras para nuestro país?

La Caída
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La productividad de la economía de Guatemala se encuentra estancada desde hace treinta años. De hecho hoy somos menos productivos de lo que éramos a inicios de los años ochenta. La producción por persona empleada, que es una medida de productividad que se utiliza generalmente , era de 14 mil 850 dólares en 1980 y en el 2012 fue de 13 mil 212 dólares. La crisis económica de los años ochenta provocó que durante esa década la productividad de la economía cayera 21%3.

Posteriormente, de 1990 a 2007, se registró un incremento relativamente constante en la productividad, aunque a un ritmo bastante modesto. De 2008 a 2010 se registró una nueva caída debido a la crisis económica mundial y en los últimos tres años la recuperación ha sido casi imperceptible. La gráfica que se presenta a continuación ilustra el drama de nuestra economía.

La Región
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Mientras la economía de Guatemala es incapaz de incrementar sustancialmente su productividad, otros países de la región latinoamericana han logrado mejores resultados. Tal es el caso de Colombia, Perú y Costa Rica, que han incrementado entre 21% y 44% su productividad en las últimas tres décadas. En el caso de Perú, si bien experimentó una caída mucho más pronunciada que Guatemala en los años ochenta, ha logrado una recuperación extraordinaria en la última década.

 

Por su parte, Chile es la economía de la región que ha logrado el mayor incremento en su productividad en los últimos treinta años, lo que explicaría en gran parte su éxito económico. Sin embargo, América Latina en su conjunto es la región del mundo en donde la productividad ha reportado un menor crecimiento. Esto contrasta con la región del Este asiático, en donde la productividad creció 250 por ciento de 1990 a 2012, lo que la convierte en la región más dinámica del mundo en las últimas dos décadas.

Milagros
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La productividad es fundamental para el crecimiento económico y el desarrollo social. Un incremento en la productividad de 10%, por ejemplo, significa que ahora se produce un 10% más, con la misma cantidad de trabajo y capital. En la medida que se incrementa la productividad, el salario de los trabajadores aumenta, lo que permite reducir tanto la pobreza como la desigualdad. Los “milagros económicos” que ocurrieron en los últimos sesenta años, fueron producto del incremento considerable en la productividad de estos países, lo que les permitió pasar de economías de subsistencia, a economías modernas y desarrolladas.

La productividad agregada de una economía está determinada por la productividad de todas las empresas - grandes, medianas y pequeñas - que la conforman. De allí que es necesario examinar los factores que impiden que estas puedan hacer un uso eficiente de los recursos que poseen. En el caso de Guatemala, el estancamiento de la productividad tiene su origen en cuatro factores principales: el marco institucional obsoleto, la infraestructura precaria en el interior del país, el escaso capital humano y la dificultad para generar inversión interna y atraer inversión extranjera.

El marco institucional bajo el cual operan las empresas en Guatemala es complejo y costoso, sobre todo para la pequeña y mediana empresa, que es en donde se aglutina la mayor parte de la fuerza laboral del país. El 75.6% de la población ocupada trabaja en una microempresa, es decir en una empresa que consta de 1 a 10 empleados, lo que coincide con el hecho que el 69.2% de los trabajadores están en el sector informal. El tamaño de la empresa y la informalidad están directamente relacionados, y esto se debe a que cumplir con la complejidad de las leyes fiscales y laborales del país resulta demasiado oneroso para las empresas más pequeñas. Al no estar en el sector formal las empresas pequeñas y medianas no tienen acceso a crédito, y por tanto están condenadas a no crecer, lo cual repercute en su nivel de productividad.

75.6%DE LA POBLACIÓN OCUPADA TRABAJA EN UNA MICROEMPRESA FUENTE: INEPor otra parte, la ausencia de una red vial funcional y moderna en el interior del país, provoca que la logística de distribución o de traslado de productos sea lenta y sumamente costosa. Nuevamente, esto afecta especialmente a la pequeña y mediana empresa, que se encuentra concentrada sobre todo en el sector agrícola y de comercio.

También es importante la falta de acceso a agua potable, drenajes y electricidad que todavía experimenta una buena parte del interior del país, y que afecta la productividad de las microempresas que se ubican en estos lugares. Sin mencionar que en algunos casos ni siquiera se tiene un camino de terracería viable que facilite el movimiento de los habitantes y sus productos.

Capital Humano
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Finalmente, pero no por eso menos importante, el escaso capital humano y la poca inversión en el país han tenido repercusiones serias para la productividad de nuestra economía. El 43.8% de los trabajadores del país no tienen estudios o bien solo poseen primaria incompleta. Esto representa una auténtica tragedia para el país, debido a que estas personas tienen muy pocas probabilidades de subir en la escala social y las opciones de empleo son muy precarias. Casi la mitad de la población económicamente activa no podría optar a trabajos que impliquen habilidades medianamente sofisticadas, debido a su poco o nulo nivel educativo. Dar un salto significativo en la productividad del país bajo estas condiciones es sumamente complicado, aunque no imposible.

43.8%DE LOS TRABAJADORES DEL PAÍS NO TIENEN ESTUDIOS O TIENEN PRIMARIA IMCOMPLETA FUENTE: INEEn conclusión, el incremento de la productividad de nuestra economía debe ser un tema central del debate público. El aumento del crecimiento económico, el nivel de los salarios y el desarrollo social, dependen de nuestra capacidad productiva. A pesar de su trascendencia, hemos puesto muy poca atención al hecho que hoy en día somos 11% menos productivos de lo que éramos treinta años atrás, mientras que Chile es hoy 62% más productivo.

 

Es urgente que reformemos la institucionalidad en la cual se desenvuelven todas las empresas del país, para facilitar y no estorbar su desempeño. Así mismo es vital la inversión en infraestructura en el interior del país, el diseño y ejecución de una estrategia nacional de educación y salud, así como la atracción masiva de capital. Si no actuamos con urgencia, nuestra productividad seguirá decayendo y el desarrollo económico y social solo será un sueño distante.

La productividad de la economía de Guatemala se encuentra estancada desde hace treinta años. Hoy somos 11% menos productivos de lo que éramos a inicios de los años ochenta, mientras que Chile ha incrementado su productividad en 65% durante este mismo período. ¿Qué implicaciones tienen estas cifras para nuestro país?