Like Dirt on Old Walls

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Programa

En el programa de esta semana, analizamos la corrupción en América Latina. 

Dionisio Gutiérrez inició con una reflexión sobre la corrupción. Advirtió que “hay enfermedades del alma nacional que no se curan con decretos ni con promesas de campaña”, y que la corrupción “roba la esperanza al pueblo y destruye la fe en el porvenir”.

Gutiérrez señaló que en varios países de la región se ha construido un sistema político para delinquir desde el poder”, donde ya no basta con que un político robe, sino que ahora “se redactan leyes a medida del ladrón, se manipulan fiscales, se colonizan cortes y se convierte a la justicia en cómplice del delito”. Así, explicó, la democracia se transforma en “una farsa con urnas”, y el poder deja de representar al ciudadano para serviral crimen.

También hizo énfasis en el drama de las élites y su mediocridad:“La más perversa es la del corrupto cínico: ese que sabe que delinque, pero presume por hacerlo con aplauso y con presupuesto”. Y cuando la corrupción se normaliza, “la mayoría decente se retira” y la minoría indecente ocupa el poder “con absoluta impunidad”. Así es como caen las repúblicas: “no con balas, sino con indiferencia”, afirmó.

Gutiérrez añadió que donde el corrupto no encuentra castigo, el crimen organizado encuentra oportunidad“Las mafias no necesitan inventar el sistema: lo compran hecho y colocan sicarios en los márgenes del Estado criminal en formación”. Asimismo, denunció con urgencia que en América Latina “tenemos diputados, alcaldes y presidentes que fueron financiados por la corrupción y los carteles”.

A pesar de este escenarioaún queda esperanza: “Nos queda la última trinchera, la que no se compra ni se corrompe: el ciudadano consciente, valiente y presente. El que no se calla, el que no se vende. El que sabe que, mientras tenga libertad, podrá seguir luchando por la democracia y la justicia”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a José Ugaz, abogado, catedrático y exprocurador público, y a Miguel Ángel Lara, consejero del Proyecto de Integridad Electoral, sobre corrupción en América Latina.

Ugaz inició afirmando que la corrupción en la región es sistémica y no esporádica: “Cuando hablamos de corrupción sistémica estamos hablando no solo de soborno, sino de redes que interactúan en las que se mueven dinámicamente élites empresariales, la clase política, funcionarios públicos y el crimen organizado”. 

Además, mencionó que la infiltración de grupos criminales en la política y los sistemas de justicia tienen graves consecuencias para la gobernabilidad, donde se legisla “abiertamente en favor del crimen organizado, la minería ilegal, el narcotráfico, la corrupción, las extorsiones”. 

Por otro lado, Ugaz afirmó que la corrupción se ha entrelazado con la transnacionalización del crimen organizado: “Vemos grupos como el Tren de Aragua de Venezuela, el grupo de los Choneros en Ecuador, el Primer Comando de Capital de Brasil, que son organizaciones bastante extendidas.  Las maras, en otros países, que se dan la mano con las clases políticas para saquear a nuestros Estados”. Añadió que este fenómeno profundiza la pobreza y desestabiliza la democracia: “El último sondeo del Latinobarómetro muestra un nivel de confianza en el sistema democrático alrededor del 8 – 10 %. Es decir que más de un 80 – 90 % no cree en el sistema”. 

Ugaz indicó que, para erradicar estas redes criminales, se necesitan “reformas estructurales profundas”. Agregó que el ciudadano tiene la primera responsabilidad: “Es lamentable que nos quejamos permanentemente de los malos gobiernos que tenemos y, sin embargo, votamos por los peores y, muchas veces, sabiendo que son corruptos o que están financiados por el crimen organizado”. 

Por su parte, Lara indicó que es importante tomar en cuenta dos aristas de la corrupción: “Primero, pone primero el beneficio privado sobre lo público. Segundo, la corrupción lleva a la impunidad, debilita la gobernabilidad y evita la regulación: quienes se benefician no quieren contrapesos, ni acceso a la información y transparencia”. 

Por otro lado, señaló que la corrupción genera una “asignación ineficiente de recursos porque se desvían fondos públicos, recursos humanos, materiales y financieros que, en lugar de ser utilizados en escuelas, carreteras, telecomunicaciones, se usan para favorecer amigos y para beneficio privado”. Además, indicó que, cuando los gobiernos tienden a ser autoritarios y opacos, los contrapesos desaparecen, provocando que el uso de recursos públicos no pueda ser auditado. 

Lara también señaló que, en los casos de democracias jóvenes o frágiles con problemas de corrupción, resulta difícil su supervivencia: “Sin embargo, hay países que se han recuperado, lo que se requiere es voluntad de la población en estar informada, criticar, votar y exigir a los representantes”. 

Para finalizar, señaló que el trabajo de los periodistas que alzan la voz es de admirar, pues lo hacen en sistemas adversos, donde hay intimidación, en el mejor de los casos, y en el peor, donde hay tortura, prisión o exilio. Asimismo, indicó que es fundamental que su trabajo sea independiente. 

Para ver el programa completo, haga clic aquí

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