Protocolos y guías internacionales para regresar a la “nueva normalidad”
Mientras la humanidad busca respuestas para mitigar los efectos del Covid-19, los Gobiernos analizan mecanismos para permitir el retorno a cierta normalidad. Encontrar el balance entre el reinicio de actividades laborales, comerciales y de prestación de servicios al mismo tiempo en que se guardan las medidas sanitarias para evitar la propagación del virus, constituye la gran disyuntiva de política pública.
Diversos protocolos a nivel mundial nos arrojan algunas luces de cómo atender esta disyuntiva. Por un lado, la Organización Mundial de la Salud publicó sus “Consideraciones para ajustar las medidas sociales y de salud pública en el contexto del Covid-19”. Asimismo, están las “Directrices para la reapertura de los Estados Unidos” y el documento “Principio de salud pública para una reapertura gradual durante Covid-19” de la Universidad John Hopkins. Estos tres, constituyen referencias básicas sobre una posible metodología a implementar.
Un primer modelo para considerar es el que se conoce como la “jerarquía de controles”, el cual se refiere a una pirámide invertida de medidas que deben implementarse en comercios y espacios laborales.
El primer escalafón es el “distanciamiento físico.” Es decir, las empresas y comercios deben identificar aquellas tareas que pueden realizarse mediante teletrabajo versus aquellas que sí requieren presencia efectiva de los trabajadores. En la medida de lo posible, debe promoverse que todas aquellas funciones que se puedan ejecutar a distancia se realicen mediante teletrabajo. En los espacios laborales debe promoverse que las personas guarden por lo menos 1 metro de distancia; y se debe administrar los espacios comunes (comedores, salas de reuniones, oficinas conjuntas) para evitar una gran concentración de personas en un determinado tiempo.
El segundo peldaño del modelo son los “controles de ingeniería.” Este se refiere a la necesidad de readecuar espacios físicos para crear barreras entre las personas. A nivel de comercios, establecer barreras físicas entre dependientes y cajeros de los clientes. En las oficinas, readecuar la arquitectura de para garantizar que existan barreras o paneles entre cada trabajador. Asimismo, se debe maximizar el espacio laboral. Dado que se buscará desincentivar las reuniones presenciales, se puede readecuar salas de reuniones para generar más espacios de oficinas con el debido distanciamiento social.
La tercera grada del modelo hace referencia a los “controles administrativos”. Las gerencias generales y los departamentos de recursos humanos deben realizar el ejercicio de intentar redistribuir las responsabilidades para reducir el contacto entre trabajadores. Por ejemplo, intentar escalonar la jornada laboral, para que diferentes departamentos de la empresa se encuentren presencialmente en diferentes horarios. También crear modelos rotativos entre personal que realiza funciones de teletrabajo versus funciones presenciales.
El último peldaño del modelo es la utilización de equipo de protección personal. A nivel de comercios y espacios laborales, se debe hacer obligatorio el uso de mascarillas. Se debe promover el lavado constante de manos y el uso de alcohol en gel. Además, debe realizarse una constante sanitización y desinfección de los espacios laborales en diferentes horarios de la jornada laboral. En aquellos comercios con alto ingreso de clientela, se debe incluir mecanismos para garantizar mayor sanitización del espacio laboral.
Además de lo anterior, las personas mayores de 60 años o con condiciones de co-morbilidad asociadas a complicaciones de Covid-19 deben mantenerse en casa o migrar su funciones hacia teletrabajo.