Especial navideño 2022

Especial navideño 2022
15 Dic 2022

Razón de Estado presenta su acostumbrado programa navideño. En esta ocasión transmitimos una entrevista sobre la felicidad duradera, el bienestar del ser humano, con un mensaje de optimismo para un año especialmente retador en todo el mundo.

 

En su editorial, Dionisio Gutiérrez reflexionó sobre las fechas decembrinas como el momento para reencontrarnos con nuestras familias, amistades y con nosotros mismos: “Estos días de aromas y sabores nos recuerdan que llegó Navidad, tiempo de familia y amigos que nos da la oportunidad de volver a lo que importa, a las emociones que nos acercan a quienes queremos; y a ofrecer un abrazo solidario a quienes lo necesitan”.

También, señaló la necesidad de practicar la generosidad entre nosotros, sobre todo en una región como la latinoamericana: “La magia de esta época y la esencia generosa del ser humano hacen que, a pesar de todo, para quienes siguen esperando que amanezca, también sea Navidad. Los latinos sabemos que, en las casas más humildes, con poco logran mucho, con frío generan calidez, y sus regalos son una sonrisa, un abrazo, un te quiero. Su alegría en Navidad es la esperanza de un mejor futuro”.

Además, culminó con un mensaje de esperanza y aliento sobre la construcción del mundo que queremos: “Somos navegantes de un mundo y un tiempo al que venimos con nuestra alforja de talentos y virtudes para ponerlos al servicio de la causa humana, que también es la nuestra. Esta maravillosa creación nos pide que afrontemos el mundo como es, no como nos gustaría; y que, ese acto de valentía y humildad nos ayudará a construir el mundo que queremos”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a la psiquiatra y escritora española, Marian Rojas Estapé. En la conversación, abordaron la búsqueda de la felicidad duradera, el sentido de la vida, y el impacto de lo digital en la salud mental de los jóvenes.

Sobre el significado de la felicidad, la especialista explicó: “La felicidad depende del sentido que cada uno le da a su vida. Es lo que los japoneses llaman el “ikigai”. Para nosotros ser felices, la felicidad es equilibrio a pesar de la incertidumbre y el caos y en ese equilibrio necesitamos tener un sentido, saber de dónde venimos a dónde vamos, sobre qué nos llena. Esa felicidad consiste, en aprender a conectar lo bueno que nos sucede cada día, disfrutarlo y aprender a gestionarlo. Al no tener nuestra vida un sentido, el ser humano sustituye su espíritu por sensaciones que pueden ser alcohol, drogas, redes sociales, pornografía, videojuegos, compras compulsivas, da igual. Pero todo eso sustituye el verdadero sentido de la vida. Muchas de estas cosas no son malas per se, pero son autodestructivas cuando sustituyen el verdadero sentido de la vida y van sobre la gratificación instantánea “quiero esto ya” y esto va regulado por la hormona de la dopamina. Cuando vivimos sobrepasados por dopamina por cosas placenteras, lo que sucede luego es una sensación de tristeza, de apatía, de vacío y ahí es cuando me rompo”.

Sobre las herramientas que necesitamos para romper el círculo vicioso que nos lleva a la infelicidad, la doctora expuso: “A veces vivimos obsesionados con ser felices a todas horas y no existe la felicidad las 24 horas/ 7 días de la semana. Eso no existe. La neurociencia de la felicidad lo que nos enseña es a gestionar lo malo, a gestionar la incertidumbre, el caos y el miedo. Todo eso está regulado por el cortisol, que es la hormona del miedo y la soledad y de las cosas negativas que nos hacen sentirnos vulnerables. Cuando nos intoxicamos de miedo por el cortisol, tenemos que volver a regularnos y hay una hormona poderosísima que es la oxitocina, que es la hormona de la familia, de los vínculos, del amor, de la empatía, del cuidado, de la solidaridad. Es decir, salgo de mí mismo y me meto en ti y me preocupo por ti y salgo de mi miedo y mi egoísmo. Necesitamos una sociedad con menos miedo y menos individualismo, necesitamos empatizar con más oxitocina. La oxitocina está en las relaciones reales donde me quito la máscara, la pantalla y te miro y no te juzgo y busco que pases un momento bueno. En un momento en que estés en guerra, yo te doy paz y te trato bien”.

Sobre el impacto del mundo digital en la salud mental de las personas, y sobre todo en los jóvenes, la autora argumentó: “El tema de lo digital me preocupa muchísimo y he intentado divulgar e investigar al respecto en los últimos años y también ayudo a la gente a gestionar lo digital. Yo soy de la teoría de que todo este mundo digital que nos ayuda en muchísimos aspectos, puede más que nuestra capacidad de control. Es decir, es más fácil que nos domine la tecnología a que nosotros la dominemos porque fue diseñada para generarnos una crisis de atención. Lo que hoy en día mueve al mundo, no son tanto ya las farmacéuticas, las armas (que también, pero sería otro tema), sino la capacidad de retener la atención del usuario el mayor tiempo posible en una pantalla. Hace poco le preguntaban a un jefe de las grandes plataformas de divertimento mundiales, cuál era su principal competidor y respondió que el sueño. Es decir, a nadie le importa tu cerebro, tu mundo emocional, lo que les importa es que prestes atención a la pantalla porque eso da dinero. Pero ahí hay dopamina, hay vacío, hay individualismo, hay vacío. Ahí te comparas y viene la culpa y la frustración”.

Para ver el programa completo, haga click aquí.