
El pasado 21 de mayo, en Madrid, se llevó a cabo el Foro del Grupo Libertad y Democracia, Fundación Internacional para la Libertad y la Fundación Libertad y Desarrollo, en el Ateneo de Madrid.

Dionisio Gutiérrez dio la bienvenida al evento con un discurso de reflexión sobre el estado de alerta de la libertad y la democracia en Iberoamérica.
Gutiérrez inició recordando que “vivimos en un mundo donde algunos, con traje moderno, creen que pueden imponer reglas, extender su influencia sin resistencia y dominar el tablero sin consecuencias”. Sin embargo, recordó que la historia demuestra que “el imperio —de antes y de ahora— lleva en sí mismo el germen de su propia destrucción: todo imperio que no corrige, que no duda, que no es capaz de renovarse desde dentro, está condenado”.
Por esta razón, cuando quienes mandan “confunden fuerza con derecho, se creen infalibles y dejan de hacerse preguntas, el principio del fin ha comenzado. Y aunque la caída no siempre sea rápida, es siempre inevitable”. Bajo este contexto, Gutiérrez planteó la posibilidad de estar ante la caída del siguiente imperio, donde la democracia y la libertad de Occidente están en juego.
Por otro lado, indicó que América Latina padece de subdesarrollo político y frustración: “Este escenario nos dibuja como una región rica en recursos naturales, pero llena de gente pobre, a causa de que la política no funciona. Por eso, somos también un territorio en disputa entre quienes quieren poner nuestro destino”. Además, alertó sobre el frágil estado de la democracia en la región, la cual está en peligro, no por fusiles, sino por votos: “La desgracia populista y autoritaria no está llegando en golpe de Estado, sino de gobierno electo. El nuevo tirano no entra al palacio tirando puertas, sino ganando elecciones. Y una vez adentro, se quita la máscara”.
Luego, Gutiérrez planteó la importancia de, como ciudadanos, estar alertas: “La libertad no desaparece de golpe, se disuelve. No hay un derecho o decreto que diga ‘hoy ya no eres libre’, sino una serie de mandatos y campañas de desprestigio que vacían el significado de la palabra democracia”. A través de esa manipulación, “se controlan los medios, se reforma la justicia, se persigue a la oposición y se manipulan elecciones”.
También subrayó lo alarmante de que, muchas veces, este nuevo autoritarismo se instala con el consentimiento ciudadano: “Hastiados, resignados o confundidos, creen en la mentira populista y votan por su propia servidumbre”.
Gutiérrez invitó a despertar: “Nadie está a salvo. Debemos reconocer que la libertad no es solo decir lo que uno quiere, es permitir que el otro diga lo que no queremos decir. Debemos actuar, organizarse, vigilar al poder”.
Para finalizar, reflexionó: “Ciudadanos libres, si alguien les promete orden absoluto, unidades sin debate y prosperidad sin esfuerzo, desconfíen: su libertad está en peligro”. También hizo un llamado a las élites económicas e intelectuales a guiar y apoyar la democracia liberal y el libre mercado. Ante este contexto, es imprescindible “rescatar la política, volver a creer en la libertad y salir a defenderla”, agregó.
Posteriormente, se llevó a cabo un homenaje póstumo a Mario Vargas Llosa (1936-2025), en el cual se presentó un libro escrito por expresidentes iberoamericanos dedicado a su persona. A continuación, compartimos un resumen del evento.
Álvaro Vargas Llosa, escritor y periodista, expresó su agradecimiento a los presidentes que escriben en recuerdo de su padre, pues "no debería ser un mérito respetar la institución de la presidencia que uno ejerce, debería ser una obviedad, no debería ser una excepción respetar las instituciones del Estado de derecho, debería formar parte del ejercicio natural del poder". Por tal razón, agradece a los presidentes que defienden la libertad que tanto promovió su padre.
Iván Duque, expresidente de Colombia, resaltó la capacidad de Vargas Llosa para "denunciar el abuso de poder y promover los ideales que abrazaba: la libertad y la democracia" en sus letras.
José María Aznar, expresidente del Gobierno de España, exaltó el orgullo por el deseo de Vargas Llosa de "defender y continuar la historia de España, la convivencia, la libertad y la democracia" en tiempos difíciles para el país.
Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno de España, recordó su transmisión de la idea de la defensa de la libertad: "Pensaba que tanto los populistas como nacionalistas eran los enemigos de la libertad".
Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica, indicó que el mejor homenaje que se le puede hacer es "aprender de su ideario político y usarlo como antídoto ante el tercermundismo, el fanatismo y la irracionalidad, y leer su obra para comprobar la didáctica política que hay ahí".
Mauricio Macri, expresidente de Argentina, recordó cómo Vargas Llosa "siempre decía lo correcto, lo que pensaba y ejercía su libertad", siendo un defensor incondicional de los valores de la libertad, y que ha inspirado a muchos.
Jamil Mahuad, expresidente de Ecuador, resaltó su franqueza y su habilidad para transformar mensajes.
Tuto Quiroga, expresidente de Bolivia, recordó que Vargas Llosa no se quedaba en la "cómoda posición de la neutralidad nunca".
Por último, María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, resaltó que su vida nos recuerda que "no puede haber coraje donde no hay amor y convicción. La valentía no es otra cosa que el amor que profesamos por algo, expresada activamente cuando el destino nos obliga a defenderlo".
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