Una atípica primera semana de campaña electoral.
El 18 de marzo dio inicio formalmente los 90 días de campaña electoral 2019. Una campaña que sin duda será atípica por los cambios normativos de la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
En espacios anteriores, hemos discutido que la nueva normativa electoral tiene un efecto concreto: el capital político previo constituye el mayor activo de un candidato en la contienda. Quienes no son conocidos ya, entran en una posición de desventaja, ya que en 90 días, con acceso limitado a medios de comunicación y con un financiamiento privado que seguramente estará deprimido, hacer campaña mediática de forma masiva ya no es una opción.
En este contexto, los candidatos deberán desarrollar estrategias de campaña innovadoras y alternas si desean mejorar su nivel de conocimiento. Al tiempo que deberán conectar con las necesidades de la población si desean convertir ese conocimiento en intención de voto.
La primera semana de campaña fue un buen ejemplo de estas dinámicas de marketing político.
Edmund Mulet de Humanista, Manuel Villacorta de Winaq y Julio Héctor Estrada de CREO recurrieron a la forma añeja de darse a conocer: recorrer a pie el país. Mulet hizo recordar las campañas de Acisclo Valladares de mediados de los noventa al colocarse con una pancarta en la Calzada Roosevelt. Villacorta, con megáfono en mano, recorrió puntos clave de la ciudad y de municipios del interior del país, para hablarle a conglomerados de transeúntes presentes. Mientras que Estrada hizo campaña en buses del transporte. Los tres, con el mismo objetivo: darse a conocer.
Alguien me decía: “hacer campaña a pie era la forma en que los candidatos se daban a conocer cuando la política no era negocio y cuando no fluían los millones que inundaron las campañas electorales.”
Por otro lado, candidatos como José Luis Chea de Productividad y Trabajo, el oficialista Estuardo Galdámez de FCN-Nación recurrieron al modelo de los spots “pegajosos”, pero a intentar viralizarlos vía redes sociales.
Hablando de redes sociales, Thelma Aldana y Zury Ríos recurrieron a mensajes vía los medios digitales.
Una de las paradojas de esta semana fue la cercanía de discursos entre dos candidatos que, en el papel, debieran ser diametralmente opuestos. Sandra Torres y Roberto Arzú. La primera, prometiendo que sacará al Ejército a las calles; y el segundo, declarando la guerra a las pandillas, intentando aprovechar el caso del linchamiento en Mixco del pasado jueves. Intento que resultó fallido, dado que al compartir imágenes del linchamiento, Twitter le sancionó por incumplir su normativa.
En fin. Ambos apelaron a una necesidad latente en las encuestas. 21% de ciudadanos señala que la inseguridad es el principal problema de país; y a parte, un 7% específicamente dice que el fenómeno de la extorsión es el principal flagelo que afecta a Guatemala.
Una extrañeza de la semana fue la falta de discursos coherentes en materia económica. Las mismas encuestas señalan que un 24% de la ciudadanía dice que le principal problema es la falta de empleo; al que se suma un 7% que considera que es el alto costo de vida. Sin duda, será interesante ver cuáles candidatos intentan posicionarse sobre la temática económica; pero sobre todo, quiénes logran conectar de forma efectiva con el elector.
Así transcurrió la primera semana de campaña en el marco de unas estas alegres, pero atípicas, elecciones.