
En el programa de esta semana, analizamos las tensiones geopolíticas que atraviesa el mundo.
Dionisio Gutiérrez comenzó destacando los eventos que marcaron el fin de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de un nuevo orden mundial. Estados Unidos asumió el liderazgo de Occidente, y Europa inició su reconstrucción basada en la democracia liberal y el capitalismo, lo que consolidó a Estados Unidos como el nuevo imperio tras la caída del Muro de Berlín y la implosión de la Unión Soviética.
Sin embargo, Gutiérrez advirtió que la historia ha sido definida por ciclos de cambio y disrupción, y que “estamos, en este momento, forzando el cambio de este ciclo, sin corregirlo, a otro, que, por el momento, ofrece más volatilidad e incertidumbre que luces y esperanza”.
Gutiérrez señaló que la democracia liberal y la libertad económica se han deteriorado en los últimos 20 años, y que la política se ha convertido en un “desagüe” donde los ciudadanos están “atrapados en un sistema de democracias disfuncionales y de fachada: populistas y autoritarias”. También destacó que Europa ha sufrido especialmente este deterioro.
En cuanto a Estados Unidos, Gutiérrez expresó su preocupación por “la espiral de gasto y deuda insostenible” y el desmantelamiento del modelo de instituciones y Estado de derecho que lo hicieron una nación exitosa.
Ante este panorama, las “opciones” son preocupantes. Gutiérrez calificó a China, Rusia e Irán como “Estados criminales con agendas imperiales”, cuyos intereses chocan con los valores del Occidente libre.
Para finalizar, Gutiérrez recordó la importancia de que Rusia no triunfe en la guerra, pues tendría “consecuencias devastadoras para Europa”. Además, indicó que esto podría ser el precedente para que “Taiwán se vea en peligro de caer ante China, Corea del Sur ante el Norte, y Medio Oriente se incendie otra vez”. Es decir, es vital que Occidente regrese a la agenda de la libertad y la racionalidad política.
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Román Ortiz, experto en seguridad y geopolítica, y a Ignacio Montes de Oca, escritor y periodista, sobre las tensiones geopolíticas que atraviesa el mundo.
Ortiz comenzó destacando que la amenaza más preocupante que enfrenta Europa es la amenaza rusa: “Para Rusia, Putin en particular, Ucrania es solamente el primer plato. Si no se frustra su interés expansionista en Ucrania, vamos a tener un conflicto con los bálticos y, es posible que más adelante, con otros países de Europa”.
Por otro lado, aseguró que Europa está ante un reto con la nueva política exterior de Estados Unidos en relación con la seguridad del continente. Sin embargo, considera que es una oportunidad para la región de rearmarse. Si no lo logran, “los Estados europeos van a perder su soberanía y van a quedar bajo la esfera de influencia rusa. Sobre todo, Europa del Este”.
Respecto a hacia dónde va el mundo, Ortiz expresó que hay dos cuestiones que determinarán esto: “Si las tendencias autoritarias que se están manifestando dentro de Estados Unidos se consolidan o, por el contrario, si la sociedad civil norteamericana demuestra que puede contener esas pulsiones autoritarias y retornar o reconstruir la fortaleza de la democracia liberal”. Añadió que “el otro reto es si Europa puede permanecer unida o si las fuerzas nacionalistas que están creciendo en algunos países se imponen y hacen más fácil que Moscú influya en Europa”.
Ortiz señaló que, a su parecer, estamos “en algo pero que la Guerra Fría” por la “competencia entre múltiples potencias” entre Rusia, China, Estados Unidos y Europa. Aseguró que la gran pregunta es si “Europa y Estados Unidos van a seguir juntos y, si no, si Europa puede jugar como fuerza autónoma”.
Por último, Ortiz expresó que Putin “ha asociado su supervivencia política no solamente al desenlace de la guerra en Ucrania, sino de su política expansionista”. Por lo cual, a su juicio, “Ucrania es solamente un capítulo de un proyecto expansionista mucho más grande”.
Por su parte, Montes de Oca expresó que Ucrania ha demostrado ser resiliente y “ha demostrado que quiere la paz”. Sin embargo, señaló que, al momento de independizarse y deshacerse de sus cabezas nucleares, quedó desprotegida y “fue atacada por Rusia”. Añadió que, ante un mundo en donde parece que se ha perdido el Estado de derecho y se “impone la ley del más fuerte”, es útil preguntarse si es “válido seguir defendiendo la idea de que los países no tienen que proliferarse nuclearmente”.
Por otro lado, Montes de Oca señaló que Europa debe tener capacidad de sobra para defenderse. No solo para enfrentar a Rusia, sino “a cualquier otro adversario que se le presente”. Sin embargo, ve que el problema en Europa es que se preocupó por otros temas “como el género o el ambiente” que no resultan “prioritarios para la defensa”.
Respecto a si se debería o no usar los activos rusos confiscados para financiar la reconstrucción de Ucrania, Montes de Oca expresó que “desde los acuerdos de Versalles queda claro que cuando un Estado provoca daño, tiene que pagar por ello”, por lo cual considera esto viable. No obstante, señaló que la pregunta que debemos hacernos es: ¿de dónde saldrá el resto para la reconstrucción? Y ¿cuál debiera ser el “mecanismo para que Rusia termine de pagar el daño que ha causado y otros países no vuelvan a caer en una tragedia como la de Ucrania”?
Para finalizar, en el plano de América Latina, y cómo se verá afectada la región por el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Europa, Montes de Oca señaló que hay dos problemas. El primero, el comercio internacional, el cual está “siendo dañado y del que nuestros países viven cada vez más”. El segundo, la carrera armamentista: “Nuestra región es considerada la más pacífica del mundo. En consecuencia, los presupuestos militares cayeron”.
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