Sin cambios en la Ley de Compras y Contrataciones y en la Ley de Servicio Civil es de esperarse que este presupuesto sea un nuevo botín para una extensa red de intereses que se ha tejido a lo largo de las últimas décadas. Como todos los años, los gastos superan a los ingresos, por lo que tendremos un nuevo aumento de la deuda pública.
El proyecto de presupuesto para el año 2016 que ha enviado el Ministerio de Finanzas al Congreso, trae muy pocas sorpresas. Como todos los años, los gastos superan a los ingresos, por lo que tendremos un nuevo aumento de la deuda pública. La opacidad en el gasto público también está presente, ya que sin cambios en la Ley de Compras y Contrataciones, ni en la Ley de Servicio Civil es de esperarse que este presupuesto sea un nuevo botín para una extensa red de intereses que se ha tejido a lo largo de las últimas décadas. Lo que recibiremos los guatemaltecos a cambio de nuestros impuestos será lo de siempre: servicios públicos de muy mala calidad.
“Lo que recibiremos los guatemaltecos a cambio de nuestros impuestos será lo de siempre: servicios públicos de muy mala calidad. ”
Los supuestos sobre los cuales se elaboró el proyecto de presupuesto consideran que la economía mundial tendrá un desempeño ligeramente mejor al que ha reportado el presente año, lo cual parece razonable. Sin embargo, es importante considerar que la incertidumbre es la que ha caracterizado a los mercados mundiales en los últimos meses. La volatilidad de las bolsas de valores, las dudas sobre la economía de China, la situación vulnerable de Grecia y su previsible impacto en la zona Euro, así como la posible subida de tasas de interés por parte de la Reserva Federal el próximo año, son aspectos que continúan vigentes y que podrían impactar negativamente en el desempeño de la economía mundial en 2016, con el consiguiente efecto en la recaudación de ciertos impuestos.
En el caso de la economía de Guatemala, ésta se ha beneficiado con la caída en el precio de las materias primas, sobre todo del petróleo, el trigo y el maíz, al ser importadores netos de estos productos; aunque se han visto afectados algunos productos de exportación, como el azúcar. En este sentido es previsible que el crecimiento de la economía guatemalteca en 2016 sea muy similar a la registrada en el presente año, a menos que se concreten algunos de los riesgos antes mencionados sobre la economía mundial.
Es importante mencionar que la crisis política que atravesó el país en los últimos meses parece no haber tenido un impacto significativo sobre la economía nacional, aunque claramente sí afectó la institucionalidad de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT). Los proyectos de inversión que se detuvieron en un inicio, probablemente sean puestos en marcha de nuevo, ahora que parece haber menguado la crisis política.
Los supuestos sobre el comportamiento de las variables económicas en los que descansa el presupuesto 2016 parecen razonables; sin embargo la debilidad por la que atraviesa la SAT y los efectos de una reforma fiscal que ha sido seriamente cuestionada, son aspectos que podrían impedir que se logren las metas fiscales el próximo año. Desde el 2012 el incumplimiento en las metas de recaudación tributaria ha sido la norma y el presente año no será la excepción. El presupuesto vigente presenta ingresos tributarios de Q 54,701 millones, sin embargo la SAT estima que finalmente sólo se logrará recaudar Q 50, 424 millones. A final de año, la brecha fiscal alcanzaría Q 4,247 millones, la más alta desde el año 2009, cuando ésta sobrepasó los Q 6,600 millones debido a la crisis económica.
Para el año 2016 se tiene contemplado que los ingresos tributarios sean Q 54,555.80 millones, un incremento de 8.2% respecto a los ingresos efectivos que se alcanzarían en el presente año, según la SAT. Sin embargo, durante el presente año la recaudación crecería solamente 2.8% respecto al año 2014. El impuesto sobre la renta, el IVA sobre las importaciones y la regalías por explotación de hidrocarburos, han mostrado una reducción en los primeros ocho meses del año. Esto hace suponer que en un escenario optimista, la recaudación crecería entre 4% y 5% el próximo año, tres puntos porcentuales menos que lo estimado en el proyecto de presupuesto.
Además, la estimación de la recaudación del impuesto a la distribución del cemento es de Q 351 millones, lo cual está sobrestimado en Q 250 millones debido a que la CC anuló recientemente el incremento a éste impuesto, que se había aprobado en el presente ejercicio fiscal. Lo más prudente sería que el Congreso revise las estimaciones de los ingresos fiscales que contiene el proyecto de presupuesto, para evitar cometer nuevamente un error de sobrestimación en los mismos.
2.8%CRECERÍA LA RECAUDACIÓN DURANTE EL PRESENTE AÑO RESPECTO AL AÑO 2014. | Lo que puede concluirse es que la SAT se encuentra sumamente debilitada después de este gobierno. La reforma fiscal que se aprobó en el 2012 no obtuvo los retornos que pretendía y más bien resultó contraproducente. Las rotaciones constantes y los escándalos de corrupción han dejado a la SAT sumamente desprestigiada. Es una institución que tiene que ser por el gobierno que tome posesión el próximo año. |
Por la parte de los gastos, el proyecto de presupuesto para 2016 se incrementa en Q 1,714 millones respecto al presupuesto vigente para el presente año. Este incremento se debe en gran parte al aumento en el rubro de Servicios de la Deuda Pública, que pasa de Q 9,308 millones en 2015 a Q 12,448 millones en 2016. El pago de intereses se incrementa en Q 971 millones, mientras que las amortizaciones aumentan en Q 2,169 millones. Estas cifras ponen el foco una vez más en la pesada carga en la que se ha convertido la deuda pública para las finanzas del Estado. En este presupuesto se han agregado Q 1,710 millones para el pago de las pérdidas operativas del Banco Central, que pocas veces han sido consideradas dentro del presupuesto. Los costos de la política monetaria también pasan la factura dentro del presupuesto del Estado.
El presupuesto del Ministerio de Educación se incrementaría en Q 592.3 millones, algo que a simple vista parecería positivo. Sin embargo, estos fondos se destinarían principalmente para el aumento salarial contemplado para el próximo año en el pacto colectivo de este Ministerio. Del año 2007 a la fecha el presupuesto de esta cartera se ha duplicado. En parte se ha debido al incremento de personal, que pasó de 129 mil a 202 mil en los últimos ocho años; pero también se ha debido al pacto colectivo de la cartera, que contiene aumentos salariales que ponen en peligro las finanzas del Estado.
Este es un fenómeno que se ha experimentado de forma generalizada en el presupuesto durante la última década. En el año 2007 el pago de salarios representaba el 20.8% del total del Presupuesto del Estado, mientras que en 2014 éste representó el 29%. Lamentablemente, este incremento de personal y de salarios no se ha realizado de forma ordenada ni con la transparencia que corresponde. Las plazas dentro del Estado han sido otra fuente de corrupción y han servido para pagar favores políticos. Es parte del botín que se reparten todos los años.
Por último es importante mencionar que, debido a que los organismos internacionales le han cerrado las puertas temporalmente al gobierno de Guatemala, el déficit fiscal será financiado principalmente con colocación de deuda interna. Esto tiene sus inconvenientes, dado que podría provocar un aumento de las tasas de interés y también disminuir el ritmo de crecimiento del crédito al sector privado. Lo mejor sería que no existiera déficit fiscal. Sin embargo, es algo que en el corto plazo resulta imposible de lograr.
Lo cierto es que el nuevo gobierno tiene que tomar muy en cuenta las señales que envían los organismos internacionales al no querer otorgar préstamos al país. Sólo un presupuesto transparente es útil para lograr el desarrollo de Guatemala. Por eso resulta impostergable la modificación de Ley de Compras y Contrataciones y la Ley de Servicio Civil. Si no se hacen esas modificaciones, el presupuesto del Estado continuará siendo el botín de políticos inescrupulosos.
Sin cambios en la Ley de Compras y Contrataciones y en la Ley de Servicio Civil es de esperarse que este presupuesto sea un nuevo botín para una extensa red de intereses que se ha tejido a lo largo de las últimas décadas. Como todos los años, los gastos superan a los ingresos, por lo que tendremos un nuevo aumento de la deuda pública.