El valor del nivel de conocimiento.
Hace una semana, reseñé en este espacio las variables que configuran un proceso electoral bastante atípico. La idea de hoy es esbozar una teoría sobre el efecto que algunas de estas variables tendrán sobre el comportamiento de los actores electorales.
Quizá los tres cambios más significativos para el proceso electoral 2019 afectarán la capacidad de los partidos de ejecutar su “campaña de aire”, entendida como la comunicación y publicidad de campaña.
La prohibición de contratar libremente pauta en medios de comunicación y la no-inscripción de los medios de comunicación más importantes del país, permite advertir desde ya que esta campaña será bastante ‘silenciosa’ para los estándares tradicionales. No tendremos personajes como Alejandro Sinibaldi en 2011 o Manuel Baldizón en 2015 que saturaban los medios con sus spots publicitarios.
Pero este cambio tiene un efecto concreto para los candidatos pequeños. La posibilidad de aumentar el nivel de conocimiento de un candidato, sin libre acceso a medios, será reducida.
Si esto fuera poco, agreguemos la variable del tiempo. La campaña electoral tendrá una duración de noventa días. Esto es una reducción de casi un mes en comparación con el viejo calendario electoral, que permitía campaña de mayo a septiembre. Y si agregamos que, ante los cambios normativos y la fortaleza del régimen de sanciones, hoy no vemos campaña anticipada, resulta que el tiempo efectivo para dar a conocer las candidaturas y sus propuestas, será mínimo para los estándares guatemaltecos.
El tercer cambio está relacionado con las normas de financiamiento y el acceso a recursos privados. La expectativa es que esta campaña será austera. Y la austeridad implicará menor disponibilidad de recursos para “campaña de tierra”, entendida como mítines, concentraciones, visitas al interior del país, etc.
"Vaya complejidad. Los partidos se enfrentan al reto de promover a sus candidatos en poco tiempo, sin recursos, ni libre acceso a medios".
En este contexto, resulta entonces que la principal ventaja competitiva para un candidato en el proceso electoral 2019 será el capital político propio. O traducido en variables cuantificables, el nivel de conocimiento y el nivel de aprobación que tenga.
A la luz de las encuestas recientes, existen cinco personajes que arrancan con cierta ventaja competitiva frente a sus rivales, producto de sus ya establecidos niveles de conocimiento y aprobación.
Sandra Torres es la única candidata con conocimiento universal (es decir, que la conoce más del 90% de la ciudadanía) pero con niveles de rechazo relativamente altos. Thelma Aldana y Alejandro Giammattei tienen niveles superiores al 50% tanto en conocimiento como aprobación. Zury Ríos es la candidata con mayor nivel de aprobación, pero con niveles de conocimiento relativamente bajos (sobre todo en áreas rurales). Y Edwin Escobar, entorno al 50% tanto en conocimiento como en aprobación.
El problema al que se enfrentan el resto de los candidatos, que en su mayoría se encuentran por debajo de 25% de conocimiento, es como cerrar la ventaja competitiva de estos cinco personajes en tan poco tiempo, sin dinero y sin acceso a medios. Ahí entonces el reto de la elección. Encontrar mecanismos alternos para potenciar el conocimiento de imagen en condiciones de recursos muy limitados.
Esto es como la Fórmula 1: ya no solo se trata de contar con el mejor vehículo o el mejor piloto. Ganar la carrera implica ser muy eficientes en el consumo de combustible, porque este ya no es infinito.