En el programa de esta semana, analizamos la narrativa detrás de la desigualdad y el verdadero problema: la pobreza.
Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre el panorama económico de los países capitalistas y desarrollados: “Hay suficientes ricos y una clase media grande, fuerte y dominante; eso sí, hay que trabajar y duro, pero se sale adelante. Los pobres son una minoría a la que se debe dar todo el apoyo para que se eduquen y encuentren oportunidades para salir de la pobreza.”
Por el contrario, en los países socialistas “los ricos son los gobernantes, no precisamente por honrados o trabajadores. No hay clase media; y el pueblo, los gobernados, son todos igualmente pobres o lo serán pronto.”
A raíz de estos panoramas económicos surge uno de los grandes debates de nuestro tiempo: la desigualdad económica. Gutiérrez indicó que, a pesar de que “ideólogos mal intencionados de izquierda populista se desgarran las vestiduras denunciando la desigualdad”, el verdadero problema radica en la pobreza. La pobreza, indicó, tiene solución, contrario a la desigualdad, pues todos somos distintos y esto será así, a menos que vivamos en dictadura.
Además, Gutiérrez expresó que los políticos deberían dejar de lado la demagogia y, en su lugar, “gobernar para reducir la pobreza desde el capitalismo liberal, el único sistema económico que lo ha logrado.”
Por último, recordó que “solo las dictaduras pueden hacernos a todos iguales y será en pobreza, esclavitud y desesperanza.” Por lo tanto, debemos enfocar nuestros esfuerzos en “la educación, la creación de oportunidades, la certeza jurídica y la libertad económica. Esta es la ecuación que, más que reducir la desigualdad, sacará de la pobreza.”
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Juan Sebastián Landoni, doctor en economía, y a Luis Espinosa Goded, economista y profesor universitario, sobre la desigualdad y la importancia de no confundirla con pobreza.
Landoni comenzó afirmando que el verdadero problema que se debe resolver es la pobreza y no la desigualdad. Para abordar la pobreza, indicó que es necesario “generar condiciones para que haya más demanda de empleo y los salarios suban y, sobre todo, mejoren los que están en el margen, los más pobres.”
En cuanto a las políticas públicas más efectivas para reducir la pobreza, Landoni mencionó la igualdad ante la ley, que permita a los emprendedores a incorporarse en los negocios “sin restricciones, sin regulación porque más emprendedores es más oportunidades de empleo.”
En contraposición, afirmó que las políticas públicas asistencialistas son las que más daño causan al problema de la pobreza: “Cuando implementamos políticas asistencialistas, lo que tendemos a hacer es crear desincentivos a la productividad de los que recibe la dádiva populista y crear desincentivos a la productividad.”
Por su parte, Espinosa comenzó destacando la importancia de distinguir entre desigualdad y pobreza: “El problema no es la desigualdad. No es que unos tengan más que otros. El problema es que hay pobres.”
Además, afirmó que el debate en torno a eliminar la desigualdad carece de peso, dado que “los seres humanos somos, por definición, diferentes en todas nuestras características” y solo conseguiríamos ser iguales en un estado de pobreza. Sin embargo, expresó que hay una forma de igualdad deberíamos buscar: “Todos tenemos que tener igualdad ante la ley y las mismas oportunidades para prosperar, pero no los mismos resultados ni los mismos ingresos.”
Respecto a las políticas deficitarias, indicó que, paradójicamente, terminan siendo desiguales, ya que “los ciudadanos del presente disfrutan y lo pagan los ciudadanos del futuro. Se carga una deuda insostenible que hace que [los ciudadanos del futuro] no puedan prosperar.”
Por último, Espinosa subrayó que la desigualdad, además de ser natural, es necesaria porque, de lo contrario, “no habría ni mérito, ni recompensa, ni incentivos a esforzarse.”
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