El desarrollo requiere respeto a derechos individuales
Una aspiración natural del ser humano es tener algo propio, que pueda disfrutar según sus gustos y preferencias. Tener casa, vehículo, teléfono y/o terreno propio es parte de los deseos naturales y válidos.
Es tan natural el deseo que los niños tienen un instinto por no compartir sus juguetes. Sin pensarlo, tienen noción de lo que es suyo y que no están dispuestos a renunciar.
Pero la propiedad privada no solo es un instinto humano, sino también una condición indispensable para el desarrollo económico y social. Según el Índice Internacional de Propiedad Privada, los países en donde más se respeta la propiedad privada son veinte veces más ricos que aquellos en donde menos se respeta.
Este dato no debe sorprendernos. En la medida en que se respeta la propiedad privada, las personas emprenden más negocios porque tienen la certeza de que podrán disfrutar del fruto de su trabajo.
En cambio, en donde no se respeta la propiedad privada, las personas no querrán tener negocios, ni trabajar con esfuerzo, porque alguien más vendrá y les quitará lo que les pertenece.
Guatemala está entre los países que no respeta la propiedad privada, según el índice antes mencionado. En muchas partes del país no hay certeza sobre la propiedad. Además, los ladrones, extorsionistas y criminales están listos para quitarles sus pertenencias a los guatemaltecos.
El sistema de justicia no funciona. Las personas ponen denuncias por los robos que han sufrido, pero los criminales se pasean libremente haciendo de las suyas.
Si no arreglamos nuestro sistema de justicia para que proteja la vida, la libertad y la propiedad de las personas, seguiremos en la pobreza por varios siglos más. ¿Actuaremos algún día?
*Columna publicada originalmente en Nuestro Diario