En el programa de hoy analizamos la crisis de la globalización frente al auge de ideologías iliberales en buena parte del mundo. También abordamos el futuro de la libertad de expresión tras la irrupción de las redes sociales.
En su editorial, Dionisio Gutiérrez hizo referencia al optimismo frente al orden liberal luego de la Guerra Fría: “Cuando el mundo occidental y el planeta entero recibieron la noticia de la caída del Muro de Berlín en 1989, se pensó que el capitalismo había vencido al totalitarismo y al comunismo, creímos que nacerían nuevas democracias en el mundo y que el desarrollo global en libertad sería la norma. Los expertos llamaron globalización a aquella nueva era y lo definieron como un proceso de convergencia económica, política, cultural y tecnológica”.
Además, señaló el alto crecimiento económico y las mejoras institucionales que experimentó el mundo en los años siguientes de este evento: “El comercio global se disparó de 39% del Producto Interno Bruto mundial en 1990 al 58% en 2019. La pobreza extrema cayó de 36% al 9% en el mismo período; y la población migrante pasó de ser el 2.9% de la población mundial al 3.3%. Se suponía que, con la integración económica, vendría también la integración de cosmovisiones, ideas y culturas. Se pensó que, con el crecimiento económico, las naciones antes pobres y autoritarias, abrazarían la democracia, el libre mercado y el respeto a los derechos fundamentales”.
También, expuso el malestar y el creciente descontento que está provocando la globalización y el surgimiento de una suerte de choque cultural entre potencias: “La globalización ha dejado innegables beneficios, pero también perdedores. Algunos perdedores de la globalización creen hoy que no son tenidos en cuenta ni respetados. Este resentimiento lo aprovechan líderes autoritarios que basan su política en la explotación del rencor”.
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Miguel Ángel Quintana, doctor en Filosofía y profesor universitario, sobre la crisis del orden liberal mundial, el malestar hacia la globalización y el rescate de los valores de Occidente.
Sobre la idea del “fin de la historia” y del triunfo de la democracia liberal, el intelectual explicó: “La previsión del ‘Fin de la Historia’ que se hizo cuando terminó la Guerra Fría, en realidad se interpretó un poco mal porque esa no era la idea de Fukuyama. Pero sí que él preveía que esa lucha de ideologías iba a ser superada y parece que eso provocó un relajamiento de que ya todo estaba conquistado y hecho. Eso permitió el surgimiento de ideas alternativas que en cierta forma reflejan preocupaciones y problemas reales”.
Sobre el desprestigio que parecen experimentar las élites occidentales frente a la decadencia de los valores occidentales, el catedrático universitario afirmó: “Hay una desconexión entre las élites y el pueblo. El pueblo no se fía de las élites y viceversa. Hay estudios de que en 2016, incluso antes de que llegara Trump al poder, había una desconfianza profunda en las élites de Washington hacia la población en general, para poder debatir en espacio público. La desconfianza es mutua. Se olvidó que la libertad es un principio importante y también se olvidó que la identidad también es importante. Lo que está pasando en estos últimos años, sobre todo desde 2016 con la victoria de Donald Trump en EEUU, el Brexit en Inglaterra, la derrota al gobierno colombiano en el referéndum por los acuerdos de paz, en todos estos casos se produce algo inesperado con el voto popular”.
Sobre el auge que están teniendo ideas como el arraigo y la pertenencia a lo nacional frente a la globalización, el experto analizó: “La libertad es un valor occidental pero no es el único. También está la idea de formar parte de un pueblo, la gente quiere individualmente ser libre pero también quiere sentir que como grupo es libre. Es lo que en filosofía llamamos ‘libertad negativa’ y la ‘libertad positiva’. Entonces hay un deseo de que no se metan conmigo pero también de que quiero tener la capacidad de hacer cosas. Todos estos valores se simplificaron en exceso para dejarlos en una libertad en abstracto. La solución es proponer una recuperación de esos valores que nos han traído hasta aquí y que nos ha permitido esas cotas de bienestar y libertad y que hemos dejado escapar. Hay corrientes de extrema izquierda progresista, sobre todo en las universidades norteamericanas que dicen que nuestra civilización es intrínsecamente perversa, colonialista, heteropatriarcal, y que hay que abandonarla. Y esto está ocurriendo en perfiles de clases altas de un país muy rico como Estados Unidos”.
En el segmento final, Paul Boteo moderó el panel entre José Kont, director ejecutivo de iLifeBelt; Silvia Penados, directora general de Soluciónweb; y Luis Miguel Reyes, de Fundación Libertad y Desarrollo, sobre el futuro de la libertad de expresión y las redes sociales a raíz de la compra de Twitter por Elon Musk.
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