Con la apertura democrática y la firma de la Paz, temas previamente ignorados encontraron un espacio en la arena pública. 

Durante algunos años dio la impresión de que las puertas cerradas del primer mundo eran flexibles y permisivas con los espaldas mojadas.

Nuestra democracia sigue luchando por ser un instrumento de desarrollo y bienestar. Hace 20 años nació en Guatemala la esperanza de la democracia.

El miedo de parecernos a la tierra de Macondo se convierte hoy en un deseo. En Latinoamérica tenemos grandes problemas, pero también tenemos grandes oportunidades.