La demografía y el futuro del mundo

La demografía y el futuro del mundo
08 Dic 2024

En el programa de esta semana, analizamos los cambios demográficos que atraviesa el mundo.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando cómo, en los últimos 25 años, en tres países de Asia, uno de África y uno de América Latina, la mitad de los niños nacidos sufrió desnutrición crónica, lo que ha dejado secuelas permanentes en su desarrollo cognitivo.

Por otro lado, mencionó que, en 2045, “las minorías serán mayoría en Estados Unidos”, un cambio demográfico que refleja la transformación global en curso. Europa también experimentará una gran transformación para 2050, con la llegada de inmigrantes de diversas partes del mundo que cambiarán la composición de sus sociedades, indicó Gutiérrez.

En América Latina, a pesar del bono demográfico de jóvenes, la región sigue atrapada “en el populismo, el subdesarrollo político, la corrupción y el narcotráfico”, con gobiernos que no logran impulsar el desarrollo y el bienestar de sus naciones.

Por otro lado, Gutiérrez presentó la dualidad de los movimientos demográficos, y cómo “demográficos han reducido las diferencias globales prácticas y han pintado las ciudades de colores, pero también es cierto que están creciendo las molestias e incluso los conflictos por el rompecabezas social, étnico y cultural que se ha formado en un mundo cada día más complejo e insuficiente”.   

Para finalizar, Gutiérrez indicó que, aunque los movimientos demográficos están cambiando la geografía social, será la lucha constante de los seres humanos “por sobrevivir, y su permanente búsqueda de seguridad, oportunidades y libertad las motivaciones que le harán incluso ofrecer su vida por su futuro y el de los suyos”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Astrid Arriaza, doctora en demografía y estadística, y a Enrique Couto, fundador de Visualpolitik, sobre los cambios demográficos que atraviesa el mundo y sus retos.

Arriaza resaltó que la migración es uno de los temas fundamentales de la demografía. Indicó que hay estudios que demuestran que “existe una disminución de la fecundidad y una disminución de la población en áreas que expulsan una gran cantidad de personas en busca de oportunidades de trabajo”. 

Además, Arriaza explicó que para países receptores con poca capacidad de controlar “dónde se distribuyen y la cantidad de migrantes, así como algunas de sus características para planificar y ejecutar políticas públicas”, genera mayor presión en los sistemas por este fenómeno en comparación con los países que tienen mayor control sobre la misma.

De manera similar, Arriaza indicó que en los países más desarrollados, que tienen una larga historia de incorporación migratoria y de implementación de políticas públicas al respecto, la integración al sistema económico y social suele representar un desafío menor. Esto se debe a que, en contraste, en aquellos países donde el flujo migratorio no era un problema hasta hace poco o no se percibía como tal, y especialmente en aquellos con sistemas que enfrentan limitaciones para implementar políticas para su propia población, el reto es considerablemente mayor.

Respecto a la disminución en las tasas de natalidad y su correlación con la generación de riqueza, Arriaza afirmó que esta tendencia comenzó en países desarrollados, pero agregó que ya es una tendencia global: “Esto ya sucede en Asia, en África, en Latinoamérica, y no existe un país en el mundo en donde no se haya mostrado un declive o una reducción de la tasa de fecundidad de la población”. Sin embargo, explicó que sí existen diferencias en la velocidad en que la natalidad se reduce en el mundo.

Por último, Arriaza comentó que, para algunos autores, la reducción en la tasa de natalidad sí es un efecto inevitable del desarrollo, especialmente, como producto del acceso a la educación: “El incremento en el acceso a educación de la población, particularmente en mujeres, tiene un efecto que reduce la tasa de fecundidad de manera natural, ya que las mujeres están inmersas dentro de una institución que les provee conocimiento que las desvincula de un rol [únicamente] reproductivo”.

Por su parte, Couto indicó que, para aprovechar sus proyecciones demográficas, América Latina tiene dos vías. Primero, aprovechar los flujos migratorios: “Pueden llevar a muchísima gente joven a las economías ricas para generar lazos comerciales, económicos y de ahorro”. Por otro lado, “las empresas, las industrias, demandarán instalarse en aquellos lugares donde va a haber gente joven, eso es una ventaja competitiva enorme”.

A pesar de que América Latina tiene la “materia prima”, tiene jóvenes en edades productivas, Couto expresó que le “faltan una serie de condiciones: educación, formación y seguridad jurídica para que las empresas nazcan, crezcan y se desarrollen”. 

Por otro lado, Couto indicó que, las proyecciones indican que, “para 2050, el 25 % de la población mundial vivirá en África y se estima que, para finales de siglo, será casi el 40 %”. Esto hará que tengamos que “adaptarnos a las nuevas realidades”. Además, mencionó que, a su criterio, esta tendencia será difícil de revertir, pues “las políticas de incentivo a la natalidad no han funcionado”.

Respecto a los retos que enfrentan los sectores productivos que dependen de una población joven y si la migración desde países con menores oportunidades hacia países más desarrollados es una solución, Couto explicó que podría ser más fácil entre países que comparten similitudes culturales. Por ejemplo, “los lazos que unen a América Latina y España lo hacen mucho más fácil, como también lo es entre América Latina y Estados Unidos, pero en el resto del mundo es complicado”. También expuso el ejemplo de Dinamarca, donde se ha encontrado que, “la población migrante que llega de países mucho más pobres no alcanza niveles de productividad capaces de generar riqueza”.

Para finalizar, Couto resaltó que la forma de mitigar el desafío demográfico en países desarrollados será la automatización.

 

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