Razón de Estado presenta un programa especial en el que abordamos el declive democrático en América Latina y la judicialización de la política en el contexto electoral de Guatemala.
En su discurso inaugural, a propósito de la presentación de la Primera encuesta electoral para la segunda vuelta en Guatemala, Dionisio Gutiérrez habló de su trayectoria cívica: “En medio del conflicto armado, entre bombas, secuestros y asesinatos, hace 44 años, decidí convertirme en un militante de la democracia liberal y republicana, pues llegué a la conclusión de que, para sacar adelante cualquier proyecto de vida, había que diseñar y construir, primero, Estado, instituciones que se respetan, división de poderes, leyes que se cumplen y que son iguales para todos”.
Habló de su esfuerzo pionero en presentar las primeras encuestas electorales en Guatemala cuando la democracia en el país estaba en sus inicios: “Como presidente de la Cámara de la Libre Empresa, en las elecciones de 1990, hicimos, por primera vez en Guatemala, encuestas de opinión pública para identificar las preferencias electorales de los ciudadanos antes de la votación. El objetivo fue vertebrar aquel proceso electoral y darle visibilidad, certeza y confianza para evitar sorpresas o gente que se pasara de lista”.
También denunció el retroceso democrático que ha experimentado Guatemala en sus últimos gobiernos: “En los últimos 15 años hemos sufrido un retroceso institucional y democrático alarmante. Por unas y por otras, lo que avanza en Guatemala es la consolidación de un Estado al servicio de la corrupción y el narcotráfico. Y hoy, ese Estado, pretende perpetuarse en el poder violando la ley, burlándose del ciudadano, practicando justicia selectiva, coartando libertades civiles, atropellando a las autoridades electorales”.
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó al abogado guatemalteco, catedrático universitario y ex magistrado de la Corte Suprema, Luis Fernández Molina, sobre la judicialización de las elecciones en Guatemala y los escenarios electorales para el país. Seguido de una conversación con la doctora de Ciencias Políticas e investigadora del Programa de Opinión Pública de América Latina (POP), Dinorah Azpuru, sobre la degradación institucional y democrática que experimenta la región.
Sobre la judicialización de las elecciones en Guatemala, el ex magistrado señaló: “El interés que priva y domina en la cooptación de los tribunales de Justicia es sencillamente mantenerse en el poder y que no haya consecuencias posteriore: léase Investigaciones expedientes sobre las actuaciones que han tenido en años recientes quienes han detentado dicho poder”
Sobre los casos administrativos y penales contra el Movimiento Semilla y el candidato presidencial Bernardo Arévalo, el jurista explicó: “Es clara la sorpresa y el escozor que causó que Bernardo Arévalo ocupara el segundo lugar, cuando toda la logística y toda la inteligencia se había armado para que quedara en segundo lugar el candidato oficial… Pero ahora Sandra Torres es quien dada la coyuntura ellos tienen que abanderar como candidata oficial. Desde el principio, al no admitir la inscripción de muchos candidatos y posteriormente judicializar y eliminar de los listados a candidatos… Pareciera evidente que todo se ha armado. Y, más que evidente, demasiado burdo. Lo bueno es que la población lo capta perfectamente”.
Más adelante, Dinorah Azpuru argumentó las razones de la caída en la aceptación de la democracia cada vez más pronunciada en los países latinoamericanos: “La percepción que la gente tiene de la democracia es solamente uno de los aspectos que hay que considerar. En esta relación ciudadano-democracia hay que enmarcar esta percepción en lo que le llamamos en ciencia política la “cultura política ciudadana” o “cultura de la democracia”. La percepción acerca de lo que es un concepto difuso como: ¿Usted qué piensa la democracia?, también implica confianza en las instituciones, implica ciudadanos que estén integrados a los procesos políticos a través de no solo el voto, también implica conocimiento del sistema político y respeto y tolerancia hacia las ideas de otros”.
Sobre el desprestigio rechazo cada vez más palpable de los ciudadanos hacia los partidos políticos, la académica señaló: “Hemos encontrado que, sí, evidentemente los partidos han sido tradicionalmente, desde hace muchos años, la institución política de la democracia representativa que menos confianza genera. Por su parte, los congresos en América Latina salen mejor evaluados y otras instituciones como el gobierno municipal son las que salen mejor evaluadas todavía. Evidentemente la corrupción es uno de los principales temas que ha impactado a la gente en cuanto a su percepción de la democracia y la falta de logros concretos en cuanto al mejoramiento de la calidad de vida de la gente. Tampoco es de extrañar que los partidos estén más abajo del resto de instituciones porque eso es parte de su misma dinámica, lo que habría que ver es cuáles son las diferencias entre países. Por ejemplo en Perú y Guatemala menos del 10% de la población se identifica con un partido, mientras que en países como Uruguay y Costa Rica es porcentaje es mucho más alto”
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