En el programa de esta semana, analizamos la leyenda negra y las oportunidades y retos de Hispanoamérica.
Dionisio Gutiérrez comenzó recordando el grito de tierra del 12 de octubre de 1492: “Gracias a la llegada de los españoles, América Latina pasó a formar parte de la cultura occidental y a ser heredera de Grecia, Roma, el Renacimiento, los derechos humanos y los valores de la libertad.”
Expresó que, “quienes acusan que aquel evento histórico trajo consecuencias trágicas olvidan que también dio lugar al mestizaje cultural, que hoy define nuestra identidad y nos hace beneficiarios de una cultura extraordinaria.”
Además, Gutiérrez señaló que hay personas malintencionadas que utilizan la conquista para promover agendas “retorcidas, autoritarias y populistas”, que buscan “excusas para el conflicto y la vuelta al pasado, en lugar de construir nuestro futuro desde la importancia de la Hispanidad y el legado cultural compartido por España y América Latina.”
Por otro lado, subrayó que debemos reconocer que la historia de la humanidad está marcada por “invasiones, atrocidades y conquistas.” A partir de esta aceptación, las naciones “aprendieron de su historia, evolucionaron y construyeron su futuro en libertad.”
Por último, Gutiérrez recordó que “Roma no se construyó en un día.” Para llegar “a donde están hoy las geografías hacia donde el mundo atrasado quiere emigrar, toma siglos, generaciones y libertad.” Lo positivo, concluyó, es que “somos naciones jóvenes con pueblos que tienen tareas pendientes y mucho que aprender.”
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Alberto Gil Ibáñez, doctor en derecho, escritor y ensayista, y a Luis Alfonso Herrera, doctor en derecho, profesor y escritor, sobre Hispanoamérica y la leyenda negra.
Gil indicó que la leyenda negra es un relato “para combatir lo que fue la predominancia del mundo hispano en el mundo.” Es una “guerra cultural contra el mundo hispano hasta llegar hoy que estamos divididos y pobres.”
En cuanto a las demandas de disculpas por la conquista de América Latina que algunos líderes plantean, expresó que muchos de estos olvidan que son descendientes de españoles. Además, señaló que las naciones latinoamericanas fueron hechas por “los criollos, los mestizos y los indígenas.” Por lo tanto, indicó que se cae en una dinámica de autoodio “porque odiar a España, cuando un porcentaje amplio de la población tiene sangre española, es odiarse a sí mismo.”
Asimismo, indicó que a quien correspondería pedir disculpas sería al Gobierno y no al Rey, pero que debemos preguntarnos si “el Gobierno actual de España se siente particularmente heredero de Hernán Cortés.” También debemos recordar que muchos de los españoles tienen “antecesores que nunca fueron a América.”
Respecto a los intereses que hay detrás de la revitalización de esta narrativa en América, Gil expresó que beneficia a quienes quieren que “el mundo hispano no se vuelva a unir, porque si estamos divididos y enfrentados y buscando culpables, no cooperamos y no somos lo que podríamos: el tercer gran poder.” Por el contrario, Hispanoamérica debería “cambiar el relato a uno empoderado que nos devuelva al progreso y a la cooperación.”
Por último, Gil indicó que, para fortalecer los lazos entre España y América Latina, primero debemos liberarnos de “las élites extractivas que sirven al ´yanki´ de turno en vez de servir a la comunidad hispana.” Segundo, “cambiar la inercia autodestructiva de auto odio por inercia cooperativa, buscando sinergias, el mercado y la cultura.”
Por su parte, Herrera subrayó que, en el contexto de la celebración del Día de la Hispanidad, es desagradable ver cómo un expresidente del Gobierno español sea cómplice de la dictadura en Venezuela: “Lo que esperaría justamente de un país hermano es precisamente lo contrario, de colaboración para que esta situación de falta de Estado de derecho, de falta de respeto a los derechos humanos y del funcionamiento de una república democrática se cambiara.”
Respecto al proyecto de crear repúblicas en América Latina tras la independencia de España, indicó que ha sido fallido: “Es un proyecto que nace contra sí mismo. Negamos lo que hemos sido históricamente, un régimen monárquico, y hemos querido tomar atajos copiando lo que en otros países desarrollaron a partir de su experiencia. Y claro, cuando uno copia y pega instituciones, normalmente los resultados son negativos.”
En cuanto al uso de la ideología indigenista por parte de líderes populistas en América Latina, Herrera expresó que es una “manifestación de la estrategia de lucha de clases, de división y de generar resentimiento.” Lo cual no quiere decir que “no exista exclusión y discriminación, las cuales se agravaron con la llegada de las repúblicas”, pero estas deberían abordarse desde políticas de inclusión a través de la empleabilidad: “Incorporarles en el proceso productivo y, por supuesto, respetar sus tradiciones.”
Para finalizar, sobre lo que debe hacer España para que Edmundo González tome posesión en Venezuela, Herrera indicó que “tiene una responsabilidad como Estado en la articulación a nivel internacional que apunte a una transición en la entrega del poder.”
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