Razón de Estado presenta a su audiencia un especial de fin de año. En esta oportunidad presentamos una entrevista sobre la gestión de las emociones y del ego, y la resiliencia ante la adversidad y los obstáculos.
En su editorial, Dionisio Gutiérrez se refirió a la necesidad de buscar el sentido de nuestras vidas como forma de alcanzar el bienestar: “Descubrir eso que llaman el sentido de la vida sigue siendo una de nuestras más caras aspiraciones. Aprender a vivir no es poca cosa, sobre todo cuando se dispone de un tiempo tan corto. Como dicen, no es el tiempo el que pasa rápido, es la vida; por eso, el gozo de vivirla está en el camino, no en el destino”.
Además, comentó lo perjudicial que es vivir al límite sin detenernos en saborear el presente: “La prisa, la presión, las pasiones, el peligro, el miedo alteran el curso de nuestro juicio; por eso, la lógica deja de ser la guía de nuestra conducta. No toda acción humana es racional ni el ser humano es racional por naturaleza”.
También, señaló que para vivir una buena vida, es fundamental conseguir un propósito: “Por eso, busquemos cada día las tres cosas que hacen grande al ser humano: algo qué defender, algo por qué luchar y algo por qué vivir. Recordemos siempre que el reto de la vida es luchar por ser feliz a pesar de las tristezas; y descubramos que el dolor y el sufrimiento se superan cuando los vemos como oportunidades para amar”.
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó al médico español Mario Alonso Puig, sobre la gestión del ego, la inteligencia emocional y cómo salir de la zona de confort siendo resilientes ante el cambio.
Sobre los problemas que aquejan a la sociedad y tienden a romper el tejido afectivo y social, el especialista argumentó: “Lo que estamos viviendo es una deshumanización de la sociedad. Una sociedad deja de valorar y respetar la grandeza del ser humano y pueden haber deseos de abusar y dominar manifestado de distintas maneras. Es urgente volver a esa sociedad humana donde podamos tener diferencias de opinión pero nos reconozcamos parte de una sola humanidad. Si no volvemos a esta idea de respeto al ser humano, lo que vamos a ver es lo que estamos viendo ahora. El ser humano en su naturaleza tiene una belleza extraordinaria, por eso es tan importante el viaje interior”.
Sobre el daño que hace el ego en el espíritu y la psiquis del ser humano, el médico: “Cuando el ego domina la vida del ser humano, sólo interesa el control, el poder y el estatus, es decir “el tener”. Es un mundo materialista y desespiritualizado, donde lo espiritual se convierte en algo meramente psicológico y lo psicológico en algo meramente biológico. Cuando nos conectamos con el ego, que nos genera división y separación y es como si una ola se olvidara de que es mar y viera a las demás olas como rivales. Hasta que no reconectemos con la unidad fundamental que todos somos, vamos a continuar con estas luchas de ego que estamos viendo. Hasta que no nos demos cuenta de que el ego nos promete todo y luego no nos da nada, no vamos a despabilar”.
Sobre el problema que puede representar para nuestro crecimiento quedarnos en nuestra zona de confort, el autor explicó: “Hay 3 zonas de confort: la profesional, una persona se ha acostumbrado a trabajar de una manera y en un campo; luego está la zona de confort personal y luego la zona de confort más profunda es la de la identidad. Cuando yo me identifico con lo que no soy, no estoy viviendo de acuerdo a mi verdadero potencial. El viaje interior es reencontrarnos con nuestra esencia. Como no pasamos tiempo intentando conocernos, sino que nos juzgamos, estamos dando palos de ciego sin saber a dónde vamos. La verdadera transformación ocurre cuando una persona reconoce su esencia”.
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