Hoy en Razón de Estado presentamos un programa especial de Semana Santa, en el que analizamos el papel de las religiones en el desarrollo y la falsa idea de que Jesús era socialista.
En su editorial, Dionisio Gutierrez se refirió al mal uso que muchos le han dado a la religión a través de la historia: “Como si no tuviéramos desafíos importantes en mantener las cosas de la vida terrenal, a flote y en orden, ciertos grupos y personas han sido capaces de enredar, manipular y usar la religión con fines ideológicos, para objetivos económicos, o con peores propósitos. Por eso, así como la política, las religiones del mundo tampoco pasan sus mejores días. Las proyecciones no son optimistas”.
También señaló la importancia de las religiones para el ser humano: “Los seres humanos, con frecuencia, buscamos ese tan necesario refugio espiritual en el lugar equivocado. Por eso, es importante, para quienes así lo deseen o lo necesiten, encontrar la conexión espiritual de forma más directa, sin intermediarios que se aprovechen”.
Además, se refirió a los errores que cometen las iglesias cuando interfieren en los asuntos políticos: “En la década de los 60, el mundo se encaminaba hacia el socialismo. Casi la mitad de la humanidad vivía bajo su dominio, y según la Curia de la época, era cuestión de tiempo para que la otra mitad cayera. A partir de aquellos días, el capitalismo en libertad triunfó y en los siguientes 50 años trajo el mayor bienestar que la humanidad haya alcanzado. Y la Iglesia aprendió de sus errores”.
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Lawrence Reed, presidente emérito de la Fundación para la Educación Económica (FEE), sobre la creencia extendida de que Jesús fue socialista y la tergiversación de varios pasajes de la Biblia con propósitos ideológicos.
Sobre la aseveración de Mijaíl Gorbachov de que Jesucristo fue socialista porque quería el bien de la humanidad, Reed explicó: “Esa es realmente una declaración ridícula del señor Gorbachov porque ¿Quién no querría un mejor futuro para la humanidad? Prácticamente todo el mundo quiere eso. Si querer un mejor futuro para la humanidad es lo único que se necesita para ser socialista, entonces todo el mundo es socialista. Pero eso no es cierto porque el socialismo no es bueno para la humanidad y es mucho más que querer cosas buenas”.
Respecto a que Jesús fue un revolucionario socialista porque defendió a los desposeídos y criticó a los poderosos de su época, el escritor expuso: “Jesús nunca abogó por la concentración de poder en las manos de los humanos. Nunca habló de la obligación del Estado de redistribuir la riqueza, nunca pidió la planificación de la economía por un gobierno central, nunca pidió la propiedad estatal de los medios de producción, por lo que de ninguna manera era un socialista. Él no estaba tan interesado en la economía como sí lo estaba en tu alma y en tu personalidad”.
Por último, el intelectual comentó sobre la creencia errónea de que el socialismo es la mejor opción para los pobres: “El socialismo usualmente se vende a sí mismo de forma astuta. Habla de cómo se debe ayudar a los pobres y de que se deben hacer cosas buenas por la gente que más lo necesita, y muchas personas son engañadas con eso. Pero debemos ir más allá de la retórica y ver cómo ha sido en la práctica la historia real de estos socialismos. No es simplemente habladuría, es el uso de poder concentrado para la redistribución obligatoria de la riqueza”.
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