¿Estamos cayendo en el precipicio del autoritarismo?

Articulo largo
Corto

En el programa de esta semana, analizamos el autoritarismo y su intento de infiltrarse y socavar las bases de la democracia. 

 

Dionisio Gutiérrez inició reflexionando sobre el declive de la democracia: “La democracia, como sistema, está quedando acorralada. No con fusiles, sino con votos. La desgracia totalitaria no está llegando en forma de golpe de Estado, sino de gobierno electo. El nuevo tirano no entra al palacio derribando puertas, sino ganando elecciones, y una vez adentro, se quita la máscara”. 

Agregó que el inicio del debilitamiento democrático comienza con señalamientos a “los jueces que estorban”, diciendo que “los periodistas mienten, la oposición traiciona y la libertad divide”. De esta manera, “lo que era una democracia imperfecta, se convierte en una ficción autoritaria disfrazada de proceso popular”, señaló. 

Ante estos peligrosos escenarios, Gutiérrez recordó que “las libertades no desaparecen de golpe, se disuelven”. Por ende, debemos estar atentos a la forma en que lo hacen: “Se empieza con el control de los medios. Sigue la reforma de la justicia. Luego, se persigue a la oposición, se manipulan elecciones, se envenena el lenguaje. Y cuando el ciudadano quiere reaccionar, ya es tarde. La tiranía se ha instalado y lo hace con traje, sonrisa y mayoría parlamentaria”.

Además, añadió que el autoritarismo moderno es sigiloso: “No grita, administra. Administra el miedo, la mentira, el relato único. Y si alguien se atreve a discrepar, se le cancela, se le expulsa, o se le silencia bajo la acusación de ser enemigo del pueblo”. Incluso, algunas veces se desarrolla con el consentimiento de los ciudadanos, agregó. 

Para finalizar, Gutiérrez instó a despertar, a darse cuenta que nadie está a salvo. Así como a “reconocer que libertad no es solo decir lo que uno quiere, es permitir que el otro diga lo que no queremos oír” y también a organizarnos como sociedad para vigilar al poder: “La historia nos enseña que las democracias mueren cuando los ciudadanos bajan la guardia y se acostumbran al abuso”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Tomás Arias, doctor en derecho y profesor universitario, y a Jonatán Lemus, doctorando en gobierno y politólogo, sobre el autoritarismo y su intento de infilstrarse y socavar las bases de la democracia. 

Arias inició resaltando que el autoritarismo democrático es un fenómeno que comienza con el declive de las instituciones: “El público que participa en el proceso electoral que se decepciona, que no se ve representado, busca las vías rápidas”. Además, mencionó que la ausencia de institucionalidad también facilita el deterioro democrático.

Sobre el papel que juegan las redes sociales en el debilitamiento o fortalecimiento de la democracia, Arias expresó que “el problema está en la calidad de la información”, pues no necesariamente estamos mejor informados y se observa a muchos políticos usando redes sociales para ganar afinidad de manera rápida.

Por otro lado, Arias instó a los ciudadanos a “estar en alerta y no confiar en el poder”. Agregó que, para ser un verdadero ciudadano responsable, debemos poner barreras al poder: “Dudar, criticar, preguntar. Debemos desarrollar más nuestro sentido crítico”. 

Lemus, por su parte, indicó que la diferencia entre una democracia autoritaria y una dictadura tradicional es que, en la primera, hay un disfraz de democracia: “Estamos viendo políticos con popularidad muy grande y que dan la sensación de que hay legitimidad democrática. Sin embargo, en el fondo, sus agendas son concentrar el poder”. 

Respecto a América Latina y su propensión a caer en populismos, señaló que, después de la década los noventa, “el sistema democrático ha tenido mucha dificultad para dar resultados. Por ejemplo, en el tema de seguridad y corrupción, lo que genera un descontento generalizado y hace a las personas más susceptibles a estos discursos”. 

Lemus señaló que algunos de los factores políticos, sociales y económicos que favorecen al autoritarismo son los votantes y su desencanto con la democracia, un resentimiento hacia los cambios económicos que trajo consigo la globalización y un factor de polarización entre valores tradicionales y progresistas. 

Adicionalmente, indicó que las élites tienen una tarea con el compromiso democrático: “Que cuando surjan estos líderes [con tendencias autoritarias], resistan los ataques de esos líderes contra las instituciones democráticas. Ese liderazgo podría hacer que haya votantes que se sumen a esta causa pro instituciones democráticas, creando un círculo virtuoso”. 

Lemus expresó que, muchas veces, los líderes populistas que prometen erradicar los problemas de sus países terminan replicando las mismas prácticas de gobiernos anteriores: “Estos líderes que proclamaban erradicar la corrupción estuvieron detrás de los otros y utilizan las mismas prácticas. La diferencia es que eliminan el acceso a la información pública, lo cual es una tendencia global. Por otro lado, estos líderes llegan para resolver problemas, pero no estamos viendo que utilicen el poder para pasar las grandes reformas que se necesitan en América Latina”. 

Para finalizar, Lemus agregó que debemos recordar que sí es posible resolver los problemas que enfrenta la región desde la democracia. 

Para ver el programa completo, haga clic aquí. 

 

Articulos Relacionados

- Razón de estado
- Razón de estado

Newslatter

¡Suscríbete!
 

Recibe nuestras publicaciones y noticias