Una tragedia que se pudo evitar

Una tragedia que se pudo evitar
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
20 Feb 2025

Los accidentes son constantes y nada cambia.

 

Esta semana* vivimos unos de los momentos más trágicos para el país. El accidente de la Calzada la Paz dejó luto y dolor en decenas de familias guatemaltecas. No hay palabras que alcancen a dar consuelo por su pérdida.

Lo que más duele de esta situación es que el accidente pudo haberse evitado. Para iniciar, las autoridades de tránsito de la PNC indicaron que el piloto no tenía la licencia adecuada para conducir buses de transporte público.

En segundo lugar, el bus era bastante antiguo y, muy probablemente, no tenía el mantenimiento adecuado. Esta combinación de factores provocó una pérdida irreparable.

Lo peor es que no es la primera vez que sucede. El transporte extraurbano es un peligro constante para los guatemaltecos. Los buses son viejos, van a alta velocidad, no respetan a los otros conductores y muchos pilotos no cuentan con la licencia obligatoria.

Para evitar estas tragedias debe actualizarse la regulación. Se deben prohibir los buses luego de ciertos años de antigüedad y se les debe colocar un controlador de velocidad a las unidades. Además, deben estar sujetos a evaluaciones periódicas. Las sanciones por incumplimiento deben incrementarse.

Pero también deben renovarse las instituciones encargadas de supervisar el transporte extraurbano. Es ampliamente conocido que existe una enorme corrupción en esas instituciones para garantizar impunidad y no hay control real sobre ese tipo de transporte. Vemos con mucha frustración cómo los buses son un atentado en las carreteras.

El riesgo es que toda la conmoción y la tristeza por esta tragedia desaparezca en unas semanas y la situación siga igual, hasta que suceda el próximo accidente fatal.

Esta vez debe ser diferente. Los guatemaltecos merecemos un transporte público seguro. Ya basta de tanta irresponsabilidad.

 

*Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 13 de febrero.