Cuatro países de América Latina celebrarán elecciones presidenciales y legislativas en 2025.
La región, sumida en crisis políticas, sociales y económicas, debe estar al tanto de los resultados de las mismas y sus tendencias ideológicas. Ante un contexto de inconformidad e incertidumbre, es de esperar que el voto esté marcado por el castigo y por opciones alternativas que ofrezcan promesas atractivas a sus problemas.
Ecuador
Ecuador será el primer país de los cinco en llevar a cabo elecciones generales el 9 de febrero. El país está especialmente marcado por una crisis de inseguridad, de apagones eléctricos y de crisis económica, que determinará el voto de los ecuatorianos. Los candidatos que encabezan las encuestas son el actual presidente, Daniel Noboa del partido Acción Democrática Nacional, de derechas, y Luisa González del partido Revolución Ciudadana, liderado por el expresidente Rafael Correa, de izquierdas.
Las encuestas muestran un resultado incierto, pues en algunas Noboa lidera la intención de voto y, en otras, lidera González. Sea cual sea el resultado, se espera una segunda vuelta. Expertos indican que las elecciones se definirán entre “castigar a Noboa, que no ha logrado solucionar los problemas más graves del país, o rechazar el regreso del correísmo, al que persigue la sombra de la corrupción y el autoritarismo”.
Bolivia
Las elecciones en Bolivia se celebrarán el 10 de agosto, las cuales estarán definidas entre la continuación del evismo o la alternativa opositora, así como la confrontación de Luis Arce con Evo Morales. El país también enfrenta una crisis económica, la cual ha debilitado la popularidad del oficialismo y podría representar una oportunidad para la alternancia en el poder.
En diciembre de 2024, se habló de un compromiso de unidad con otros personajes opositores para vencer en los comicios al Movimiento al Socialismo, sin embargo, anteriormente, los esfuerzos en conjunto no han tenido el éxito esperado. Ante esta situación, se han confirmado candidaturas opositoras como la de Jorge “Tuto” Quiroga.
Chile
En Chile, las elecciones del 16 de noviembre se llevarán a cabo en un contexto donde el gobierno de Boric dejó qué desear para sus votantes en 2021 tras el rechazo de la reforma constitucional y las promesas de reforma social. En la izquierda, los líderes y candidatos son inciertos. Michelle Bachelet, a quien las encuestas posicionan con mayor probabilidades de votos de posibles candidatos de izquierda, ha declarado que no participará en el proceso electoral de este año.
Por el contrario, las encuestas indican que los candidatos de derechas son quienes, por el momento, tienen mayor apoyo. Evelyn Matthei, del Partido Unión Demócrata Independiente de derechas, tiene alrededor del 23 al 28 % de menciones en sondeos. Además de Matthei, y excluyendo a la única persona de izquierda, Michelle Bachelet, que se posiciona entre las primeras menciones, se escucha a José Antonio Kast, del Partido Republicano de la extrema derecha, y a Johannes Kaiser, de derecha conservadora, cuya popularidad parece ir en aumento.
Honduras
Las elecciones en Honduras se celebrarán el 30 de noviembre, tras unas primarias el 9 de marzo. El ejercicio electoral estará marcado por la lucha contra la corrupción, la inseguridad, el narcotráfico y la economía.
El partido oficialista de izquierdas, Libre, involucrado en acusaciones de corrupción y vínculos con el narcotráfico, podría postular a Rixi Moncada, respaldada por Xiomara Castro y el expresidente Zelaya. Sin embargo, esta es una constante en los partidos más fuertes en el país. Por ejemplo, el Partido Nacional, que se proclama de derechas, históricamente vinculado a la corrupción y al narcotráfico, sigue siendo una fuerza relevante, con Ana García, esposa del expresidente Hernández, como posible candidata.
Por su parte, el Partido Liberal, autodenominado centrista, también enfrenta su propia cuota de controversias, pero Salvador Nasralla, exmiembro de dicho partido, destaca como uno de los candidatos más populares en las primarias.
Conclusión
El 2025 estará marcado por elecciones cruciales para el futuro político de la región. En un contexto de creciente desconfianza política, crisis económicas y sociales, y la consolidación de opciones autoritarias, el voto de los latinos podría verse definido más allá de un análisis ideológico, reflejando un deseo de cambio en áreas como la seguridad, la corrupción y la estabilidad económica. Esperamos que las decisiones de estos países los conduzcan hacia naciones más libres, democráticas y prósperas, y que marquen un nuevo rumbo en la política latinoamericana.