Los valores que jamás debió perder

Los valores que jamás debió perder
26 Oct 2022

En el programa de hoy analizamos el fenómeno de la corrupción como la principal causa de la desafección con la democracia en la región y del avance del populismo autoritario.

 

En su editorial, Dionisio Gutiérrez se refirió a los ataques hacia la democracia liberal por movimientos de izquierda revolucionaria y de derecha nacionalista: “En un mundo en el que la globalización está a la deriva, el capitalismo bajo ataque y los valores de la democracia liberal están siendo atropellados, América Latina se encuentra huérfana ideológicamente. Sin visión, sin rumbo, sin oferta política suficiente y perdida en los laberintos del socialismo y el nacional populismo”.

También, señaló los problemas y amenazas que acechan a la región latinoamericana y que le impiden lograr el desarrollo: “Para el Occidente desarrollado, alguno lo dicen pero todos lo piensan, América Latina es débil y vulnerable, con pueblos llenos de ansiedad, enojo y frustración. Somos una región que está fuera de la foto global, ausente en los foros importantes. Por acción o por omisión, corremos el riesgo de terminar en la irrelevancia”.

Además, expuso que tanto la izquierda revolucionaria y la derecha nacionalista son las dos caras de un mismo problema estructural, que es el déficit democrático y la falta de valores republicanos en la región: “El nacional populismo y el socialismo o la izquierda populista, cada uno, facilitan la llegada al poder del otro. Los dos son siempre un fracaso, claro, esto sucede cuando al menos queda espacio para elecciones libres. El problema se complica cuando esta norma se rompe”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a con Sergio Moro, senador electo en Brasil y también ex ministro de Justicia y ex magistrado que destapó la “Operación Lava Jato”, considerado el escándalo de corrupción más grande en la historia de América Latina.

Sobre el impacto negativo que tiene el fenómeno de la corrupción en la confianza hacia la democracia, Moro argumentó: “La corrupción afecta un fundamento esencial para la democracia que es la confianza. La democracia se basa en la confianza entre el representante y el representado. Entonces nosotros elegimos personas que nos representan en el Ejecutivo, en el Congreso y la corrupción representa exactamente eso, una pérdida de la confianza. Un abuso de poder para beneficios privados. Esa es la definición usada por Transparencia Internacional. Cuando la corrupción es diseminada, existe un sistema de corrupción que es lo que fue identificado en la Operación Lava Jato. Uno encuentra una corrosión total de esa confianza y eso termina teniendo un efecto negativo de quitar la confianza a los regímenes democráticos y favorecer regímenes populistas y autoritarios, lo que es dañino. La medicina correcta es fortalecer el Imperio de la Ley, o “Rule of Law”, por su expresión en inglés”.

Sobre la influencia que tuvo la operación Lava Jato en Brasil y en la región latinoamericana, el político explicó: “La operación Lava Jato fue una revolución judicial en Brasil. Brasil siempre tuvo una tradición de impunidad de la gran corrupción. Nosotros veíamos los escándalos de corrupción, pero no veíamos las consecuencias. Con la operación Lava Jato hubo un cambio y comenzamos a ver senadores, diputados, directores de Petrobras, siendo responsabilizados y confesando sus crímenes y devolviendo el dinero. Sucedió con el presidente de la Cámara de Diputados y el presidente de la República. Pero ¿Qué debería haber pasado después de las investigaciones de esos casos? El propio sistema política debería haberse reformado, aprobando leyes más duras contra la corrupción. Fue un movimiento muy semejante a lo que pasó en Italia con la operación “Manos Limpias”, que fue una reacción del sistema político que comenzó a aprobar leyes que dificultan la investigación contra la corrupción. Eso me motivó a dejar el sistema judicial”.

Sobre cómo lidia con las amenazas a su persona y familia a raíz de sus esfuerzos por la lucha contra la corrupción en Brasil, el jurista expuso: “Todo fue muy difícil. Hubo muchas agresiones, ataques difamatorios en mi contra y contra mi familia. El propio sistema judicial en un momento avanzó mucho contra la corrupción pero cuatro años después de Lava Jato comenzó una reacción del sistema político y las decisiones comenzaron a ser anuladas. Hoy tenemos al ex presidente Lula que fue condenado por corrupción en tres instancias judiciales y que luego fue liberado por una decisión incorrecta del Tribunal Supremo Brasileño que lo encaró como si fuera una decisión política e infelizmente está postulándose a la presidencia. Pero no nos vamos a detener, lo que encuentro interesante en la Operación Lava Jato es que generó un ola anti-corrupción en todo el continente americano. Tuvimos repercusiones en Ecuador, Colombia y tal vez Perú es el caso más emblemático y creó un clima favorable a las investigaciones y trabajos en otros países. Como lo fue en Guatemala el “Caso La Línea”, que fue un caso emblemático de corrupción. Pero bien, toda acción genera una reacción y en el continente hubo una reacción muy fuerte contra esos avances porque la impunidad de la corrupción existe porque hay personas poderosas detrás de ella y esas personas trabajan por regresar al status quo. No existe democracia consolidada sin tener reglas claras y duras para el combate a la corrupción”.

Finalmente, en el último segmento, Paul Boteo moderó el panel entre Ezequiel Parolari, asesor político argentino y experto en comunicación política, y Guatavo Venturelli, doctor en Ciencias Políticas brasilero, sobre los escenarios electorales frente a la segunda vuelta presidencial en Brasil.

 

 

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