¿Qué está pensando el guatemalteco en el marco de la crisis?
Desde que la pandemia Covid-19 llegó a Guatemala el pasado 13 de abril, se han realizado tres diferentes esfuerzos de evaluar el estado de opinión pública de los guatemaltecos.
La empresa CID-Gallup realizó entre el 16 y 19 de marzo una encuesta vía Facebook, con 2,030 entrevistas a residentes en Guatemala con acceso a Internet. CACIF realizó una medición entre su estructura gremial para era evaluar el impacto de la pandemia en el empresariado. Para ello, encuestaron a 505 empresas -entre el 30 de marzo y el 3 de abril. Finalmente, la Fundación Libertad y Desarrollo (FLD) realizó un sondeo a través de redes sociales, entre el 6 al 8 de abril, a 2,926 personas residentes en Guatemala.
El sondeo de la FLD permitió conocer cuáles son las principales preocupaciones de los guatemaltecos en el marco de la crisis. Los entrevistados indicaron que su mayor fuente de preocupación es que algún miembro de su familia se contagie con la enfermedad, con 93% de menciones. Por su parte, 80% de los entrevistados indicó que tiene temor de quedarse sin fuente de ingresos a causa de la pandemia. Y un 77% mostró su preocupación de contagiarse directamente de la enfermedad.
Este dato se concatena con la información recabada por CID-Gallup. 48% de sus entrevistados señaló que percibe “mucho riesgo” de contagio en su comunidad o barrio; y 29% considera que tiene “algo de riesgo”, para un total de 77% de menciones de preocupación de contagiarse directamente con el virus.
Por otro lado, CID-Gallup reveló que 58% de personas tiene una visión positiva respecto a la capacidad de las autoridades de hacer frente a la pandemia (23% tiene “mucha confianza” y 35% tiene “algo de confianza”); frente a 42% con de visión negativa sobre las autoridades (31% de “poca confianza” y 11% de “nada de confianza”). CID-Gallup también identificó que las medidas implementadas por Gobierno para atender la pandemia cuentan con 88% de menciones positivas (59% está muy de acuerdo con ellas y 29% indicó estar “algo de acuerdo”) frente a un 12% de menciones negativas.
En esta línea de ideas, el sondeo de la Fundación Libertad y Desarrollo permite evaluar con más profundidad las acciones de la administración gubernamental. Prácticamente 9 de cada 10 entrevistados considera adecuado la suspensión del servicio de transporte público (89% de menciones); la suspensión del ciclo lectivo (97% de menciones); la suspensión de eventos públicos, religiosos o deportivos (96% de menciones); el cierre de fronteras y la prohibición de ingreso de extranjeros al país (88% de menciones) y la prohibición de movilizarse entre departamentos (88% de menciones).
Por su parte, 58% considera muy suave que se haya realizado una suspensión parcial de las actividades laborales y económicas. Y un 44% considera también que el toque de queda de 4 de la tarde a 4 de la mañana también es muy ligero. En ambos casos, los entrevistados señalaron que la suspensión de actividades debió ser absoluta o que el toque de queda debió ser más extenso.
Frente a ello, sólo un 8% de personas considera como muy estricta la suspensión del transporte público.
La encuesta de CACIF arroja datos importantes sobre el impacto de la crisis en la actividad empresarial. 47% señala que su empresa opera de forma parcial; 23% de empresas están totalmente suspendidas; 18% implementó el trabajo desde casa; y únicamente 12% operan con normalidad. Este dato se concatena con la medición de la FLD que enfocó en un público más amplio, en la que 21% de las personas señalaron que su empresa o institución donde labora suspendió totalmente sus actividades; 32% indicó que la empresa o institución opera de forma parcial, 39% indica que ahora laboran desde casa y únicamente un 6% indica que la empresa/institución opera toda normalidad.
Para las empresas, el mayor impacto de la crisis ha sido la disminución en la demanda (45% de menciones), el retraso de pagos (24% de menciones) o el cese total de actividades de sus clientes (20% de menciones). A nivel de riesgo futuro, 48% de las empresas señala que la mayor amenaza en el corto plazo es quedarse sin caja para cubrir obligaciones; mientras un 43% indica que su riesgo es perder facturación o clientes.
A nivel de personas, el sondeo de la FLD identificó que en caso de quedarse sin empleo o fuente de ingresos, 15% de los entrevistados podría cubrir sus gastos únicamente de dos semanas o menos; 21% podría hacer frente a sus gastos por 1 mes; 31% hasta 2 meses; y 20% de 2 a 6 meses.