Las vacunas han sido y están siendo utilizadas por países como China para avanzar su agenda y aumentar su influencia política en los países del mundo, particularmente en América Latina, seguramente para ganar espacios diplomáticos a los Estados Unidos.
Guatemala está en el sótano de vacunación del covid19. Es el cuarto país con menos personas vacunadas en el continente solo por encima de Paraguay, Honduras y Trinidad y Tobago (no hay cifras oficiales de Venezuela, Cuba y Nicaragua).
El problema de Guatemala es dual, por un lado la compra de las vacunas fue retardada. Las primeras dosis llegaron a finales de febrero con la donación de 5 mil dosis de la embajada de Israel y 200mil dosis de la embajada de la India. Con eso arrancó el Plan de Vacunación diseñado por el Ministerio de Salud. Poco tiempo más tarde, se anunció la llegada de 81mil 600 dosis adquiridas a través del mecanismo de COVAX. En días más recientes, se informó de la compra de 16 millones de dosis de la vacuna Sputnik V que permitirían vacunar al menos 8.3 millones de guatemaltecos.
El segundo problema que enfrenta el país es el ritmo y velocidad para administrar las vacunas. Indistintamente de si se logra adquirir las vacunas, sin una administración eficiente de las mismas, para lograr inocular a un porcentaje considerable de la población y alcanzar la famosa inmunidad de rebaño, seguiremos estando en los últimos lugares respecto al resto de países de la región. Desde el inicio del Plan de Vacunación solo 155 mil personas han sido vacunadas con la primera dosis y tan solo 1, 826 personas ya tienen el esquema completo de inoculación. Menos del 1% del total de la población ha recibido al menos la primera dosis de la vacuna.
El drama de la ineficiencia del gobierno en la gestión de recursos para la vacunación se hace incluso más evidente cuando nuestros vecinos tienen titulares como que ya alcanzaron el medio millón de vacunados. Por si eso no fuera poco, adquirieron 105mil dosis de la vacuna a través de COVAX y 1 millón de la vacuna SINOVAC (producción China). Además, el presidente Nayib Bukele, presumió de su estrecha relación con Xi Jinping cuando anunció a través de su cuenta en Twitter que recibirían una donación adicional de 150mil vacunas. La popularidad del gobierno se ha mantenido elevada y no caben dudas que su eficiencia le permitirá seguir consolidando su populismo carismático en el país vecino.
Con estas comparaciones algunos cuestionan, ¿por qué Guatemala no tiene relación con China? Se trata de un asunto de diplomacia, desde 1960 Guatemala tiene relaciones diplomáticas con la República de China (Taiwán)(tenían relaciones desde antes, pero se estableció una embajada formalmente hasta después de la primera mitad del siglo XX). De los 15 países del mundo con los que Taiwán mantiene relaciones diplomáticas, Guatemala es el país más grande en términos de población. Una relación que vale mucho para la provincia autónoma china que ahora sufre acoso de la potencia continental de China.
Caso contrario, El Salvador rompió relaciones diplomáticas con Taiwán en 2018 con el gobierno de Salvador Sánchez Cerén. En su momento, Taiwán acusó a China de prometer paquetes de ayuda a los países para establecer relaciones diplomáticas. En sus declaraciones, el Ministro de Relaciones Exteriores taiwanés, Joseph Wu, dijo que no estaba dispuesto a tener una competencia de dinero con la potencia China. Esta situación además, incomodó a los Estados Unidos por tener en su propio patio trasero a uno de sus principales enemigos.
Algunos pensarán que resulta bastante tentador cambiar de bando, es decir, romper relaciones con Taiwán para aliarse con China y así ser beneficiarios directos de cuestiones como las vacunas, o de cosas más superficiales como la construcción de estadios como sucedió con Costa Rica hace unos años. Sin embargo, no debemos olvidar al menos dos cuestiones:
- La relación de Guatemala con Taiwán ha traído beneficios en materia de educación y préstamos blandos para infraestructura.
- Las vacunas han sido y están siendo utilizadas por países como China para avanzar su agenda y aumentar su influencia política en los países del mundo, particularmente en América Latina, seguramente para ganar espacios diplomáticos a los Estados Unidos.
Los aliados que tenemos son reflejo de los valores que a nivel de país se tienen. No podemos olvidar que China es un gobierno autoritario que comete severos atropellos en contra de los derechos y libertades de sus ciudadanos. Aliarse con China es prácticamente estar en contra de los valores de la democracia, el estado de derecho y la división de poderes. Por eso, a pesar de lo tentador que pueda resultar romper relaciones con Taiwán, se debe actuar de manera más estratégica e inteligente respecto a las relaciones con China.