En América Latina, los proyectos populistas que alcanzaron el poder por la vía electoral, llegaron para quedarse.
El desarrollo de las naciones pasa por un complejo tejido de acuerdos políticos y sociales que no serán fáciles de lograr.
Este año la economía del mundo estará luchando por encontrar rumbo y estabilidad para crecer y respirar.
Las élites no han entendido que la economía depende de la política y no a la inversa. Lo que hace falta es rescatar la política.
Latinoamérica deberá jugarse en 2017 para conquistar su estabilidad e institucionalidad.
El escaso crecimiento, la falta de solución a los problemas más sentidos de la población, la fragilidad democrática, mantienen una “espada de