Razón de Estado presenta su acostumbrado especial navideño. En esta ocasión transmitimos un mensaje de Dionisio Gutiérrez, un documental para los hogares latinoamericanos y una entrevista sobre las empresas familiares.
En su editorial, junto a la vicepresidente de Fundación Libertad y Desarrollo Ana de Gutiérrez, Dionisio Gutiérrez reflexionó sobre el balance del año y su saldo final: “Llegamos al final de un año más, que exige que nuestra fe en la humanidad no se rinda ante la brutalidad de la barbarie, por la violencia y por la muerte de inocentes; debido a tanto político impresentable y mentiroso, y a causa de castigos injustos o el pago de culpas ajenas”.
También, señaló sobre las expectativas para el nuevo año, los retos que tiene una región como la latinoamericana: “Estamos a las puertas de un nuevo año, en el que aspiramos a que los hombres y mujeres de la América Latina no sean más aquel personaje humilde y estoico que sube, la piedra al cerro, los déspotas al poder, y luego emigra para sobrevivir; no precisamente cruzando el Rio Bravo en dirección a la Patagonia”.
Además, culminó con un mensaje de esperanza y aliento sobre el crecimiento personal y la construcción del mundo que queremos: “Los tiempos que vivimos nos exigen que encontremos la serenidad para reconciliarnos, la inteligencia para hacer realidad nuestras metas e ilusiones, y la humildad para aceptar que a esos lugares solo nos llevarán la determinación, el compromiso y los sacrificios necesarios”.
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a los hermanos y empresarios españoles, Mario y Rafael Sandoval, del Restaurante Coque, ubicado en la calle Marqués del Riscal, en la ciudad de Madrid, España. En la conversación, abordaron la historia de su familia, los retos que enfrentan las empresas familiares y la importancia de conservar las tradiciones.
Sobre el legado familiar que dejaron sus padres, los fundadores de la empresa, Mario Sandoval explicó: “Yo creo que hemos hecho poco nosotros ¿no? Los que lo hicieron fueron nuestros padres. Tanto Rafael como Teresa fueron los creadores de una historia de superación, una historia de buscar la excelencia, de sentirte acogido en una casa donde te puedes alimentar, alimentar el alma. Y ellos nos enseñaron, nos educaron a respetarnos entre nosotros, a trabajar como un gran equipo y sobre todo a diferenciar lo bueno de lo excelente, porque esto no se aprende en dos días, esto se aprende con mucho tiempo y ellos dedicaron mucho tiempo a nosotros, a nuestra educación, a nuestro, a nuestra forma de entender la vida y lo que representa”.
Sobre el sello de autenticidad que ha hecho de los restaurantes una marca familiar, Rafael expuso: “Aquí hay un componente de familia que inicia justamente con los valores que nos inculcaron nuestros padres, nuestros abuelos. Siempre hemos vivido alrededor de ellos y hemos sido esponjas también. También es importante decir que mis hermanos han sido excelentes. Sobre todo hemos tenido muchos defectos, pero trabajadores. Es verdad que hemos salido con bastante trabajadores porque realmente hay gente muy, muy, muy lúcida, pero uno tiene constancia y entonces se quedan en la mitad del camino”.
Sobre el orgullo y la constancia de años para llevar con ellos las tradiciones familiares, Rafael prosiguió: “Nosotros preferimos no ser tan lúcidos, pero tener esa constancia que llegas al final y bueno, estamos orgullosísimo. Si nuestro abuelo levantara la cabeza y viera a Coque en un restaurante aquí en el centro de Madrid de estas características, estaría orgulloso de nosotros, la verdad. Y aquí hay una faceta fundamental que es la unión, porque los valores, al final, cuando vienen las horas malas dadas, estamos más unidos y cuando las alegrías siempre las multiplicamos por fieles”.
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