¿Guatemala necesita otra revolución?

¿Guatemala necesita otra revolución?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
18 Oct 2024

Guatemala necesita hacer cambios, pero no revoluciones.

Es innegable que la Revolución de Octubre trajo cambios al país. Guatemala adoptó tendencias que se estaban dando en todo el mundo. Por ejemplo, se estableció la seguridad social, que había sido adaptado por Estados Unidos una década antes, bajo el gobierno de Franklin D. Roosevelt. Además, la Constitución de 1945 reconoció el derecho de las mujeres a votar, lo que había sucedido en Inglaterra diecisiete años antes.

Y así podría citarse otros cambios que se dieron en Guatemala en el contexto de lo que sucedía a nivel mundial. El mismo derrocamiento de Jorge Ubico y de Ponce Vaides ocurrió en una ola democrática en América Latina.

La Revolución fracasó cuando Árbenz implementó la reforma agraria y expropió fincas, irrespetando la propiedad privada. Algunos indican que se estaba siguiendo el modelo de Taiwán, que había aplicado una reforma agraria a finales de los cuarenta. Pero en el caso de ese país, las tierras se las quitaron principalmente a los japoneses, que habían invadido la Isla durante décadas.

En ese sentido, los taiwaneses no pusieron resistencia, porque las tierras se las quitaron a los “invasores” japoneses y no a sus mismos ciudadanos. Pero en el caso de Guatemala, se les estaba quitando su propiedad a ciudadanos guatemaltecos, que tenían todo el derecho a la propiedad privada.

En Guatemala no necesitamos otra revolución, sino cambios al Sistema de Justicia para que funcione, lo que nos traería paz y prosperidad. Para ello, no es necesario convocar una Asamblea Constituyente y hacer una nueva Constitución. La que tenemos no es perfecta, pero funciona.

Los cambios a la Constitución vigente deben ser mínimos, solo para mejorar nuestro Sistema de Justicia y, que al fin, logremos tener un auténtico Estado de Derecho, la condición indispensable para el desarrollo.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 17 de octubre de 2024.