Liderazgo en medio de la crisis del Coronavirus

Liderazgo en medio de la crisis del Coronavirus
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Directora de Comunicación y Prensa de la Fundación Libertad y Desarrollo. Comunicadora Social graduada de la Universidad Rafael Landívar. 
18 Abr 2020

En el marco de la crisis del Coronavirus varios liderazgos se han desgastado por una mala lectura de la situación y por errores cometidos en las políticas aplicadas; otros se han fortalecido y han adquirido mucha aceptación en la opinión pública. 

La vida dio un giro de 180 grados para la mayoría de la población del mundo en los últimos meses. El Coronavirus puso en jaque nuestras rutinas, nuestra economía, la política y la forma en que nos organizamos. Vivimos una de las épocas más vulnerables de la humanidad y nos preguntamos qué será de nosotros en los próximos meses e incluso en los próximos años. 

Estamos en medio de una crisis que parece una película apocalítica, donde los héores y protagonistas son los líderes de turno que deben demostrar su expertise y tomar decisiones en medio de la tormenta para poder salvar al mundo. Líderes como presidentes, alcaldes, empresarios, académicos y sobre todo médicos en la primera línea de batalla. Y es que, es en medio de la crisis del COVID-19 que dichos liderazgos saldrán fortalecidos o acabarán sepultados.

Para el sector político esto, precisamente, es uno de los grandes retos que enfrenta. La Pandemia del COVID-19 se produce en un momento en que la política se ha debilitado en el mundo. Vivimos en una era donde el protagonista de un reality show llega a la presidencia y donde propuestas populistas tanto de izquierda y de derecha hicieron eco en la población porque se cansaron de los candidatos de siempre. 

El término o efecto “Rally'round the flag" explica que en un momento de crisis, el ciudadano tiende a apoyar incondicionalmente a quien ostente el poder independientemente de su ideología. Sin embargo, este apoyo “ciego” es muy probable que termine cuando sus políticas o decisiones lleven consigo un toque de locura o negligencia.

Ejemplos como el de Bolsonaro en Brasil y el desacuerdo que tuvo con Mandetta, su exministro de salud, sobre guardar cuarentena, demuestra cómo la opinión pública apoyó al experto que tiene claro que la vida y salud de su país son la prioridad. En un sondeo difundido por la firma Datafolha, la gestión de la crisis del Coronavirus hecha por Mandetta tenía la aprobación del 76% de los brasileños; mientras que apenas un 33% de las personas encuestadas dijo apoyar las posiciones de Bolsonaro.

Pero existen dos lados de la moneda. Hay líderes con mucha aceptación por parte de los ciudadanos; como Ángela Merkel con su famosa frase “el Coronavirus es el mayor desafío para Alemania desde la Segunda Guerra Mundial”con la que solicitó a la población alemana a respetar las reglas contra el contagio. Según una encuesta de la televisión pública ARD, el 75% de los alemanes está satisfecho con la gestión de crisis del Ejecutivo al ser uno de los países con la menor tasa de muertes por contagios.

La coyuntura está dejando una gran lección: los líderes políticos que llegaron a la presidencia por golpes de suerte o por capital mediático no están logrando sacar a su país de la crisis y tampoco afianzar su liderazgo dentro de la opinión pública. Las formas políticas de esta crisis importan. No cabe duda que si los resultados de malas prácticas o reacciones tardías como las de AMLO en México, Trump en Estados Unidos o Pedro Sánchez en España terminan en escenarios catastróficos (como ya lo están siendo), erosionarán cualquier intento de reelección o de propuesta por parte de sus gobiernos. Y cuando hay un vacío en el liderazgo de una nación, la oposición toma ventaja y surgen de otros sectores voces a las que vale la pena escuchar. 

Las próximas elecciones para cargos públicos en los diferentes países permitirán conocer si la población mundial entendió de que al mando de las políticas e instituciones públicas deben estar profesionales bien preparados y con amplia experiencia; no solo para las crisis sino también para alcanzar objetivos que permitan desarrollo. Deben estar líderes que no le respondan a grupos de interés, sino que sean profesionales capaces de escuchar, negociar, comunicar y ejecutar planes que velen por el bienestar de toda una nación. 

Referencias:

https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2020/02/26/el-coronavirus-probara-si-podemos-unirnos-ante-una-crisis-global/
https://theconversation.com/a-matter-of-trust-coronavirus-shows-again-why-we-value-expertise-when-it-comes-to-our-health-134779https://www.elmundo.es/opinion/2020/04/07/5e8c695821efa010058b4577.html