Guatemala pareciera estar enfrascada en una trampa de pobreza, en la que no es capaz de generar ahorro interno ni atraer inversión extranjera. El problema es que sin inversión, es imposible que un país salga de la miseria. ¿Cómo lograrlo?
Guatemala es actualmente el país que reporta la menor tasa de inversión en América Latina. En los últimos dos años la inversión total representó alrededor de 14.2% del PIB, mientras que el promedio de la región fue de 21.2%. En países como Colombia, Perú y Panamá la inversión se encuentra hoy en día entre 25% y 29.8% del PIB. Incluso El Salvador, que atraviesa un estancamiento económico crónico, supera ligeramente la inversión en Guatemala.
En general, la inversión en el país ha sido menor que el promedio de la región en los últimos treinta y cuatro años. De forma excepcional, a partir de finales de los años noventa y la primera mitad de la década pasada, la inversión en el país estuvo muy cerca del promedio de la región. Sin embargo, esta situación se revirtió a raíz de la crisis económica mundial, que provocó que la inversión total cayera abruptamente de 20.8% en 2007 a 13.1% en 2009. Desde entonces la inversión no ha logrado recuperarse y tiene más bien un crecimiento vegetativo.
Fuente: FMI
La caída que experimentó la inversión en Guatemala fue tanto en el sector privado como en el público. La inversión privada pasó de representar el 17% del PIB en el año 2006 a tan solo 12.4% en el año 2013; en tanto que la inversión pública pasó de 3.8% en 2009 a 1.8% en el 2013. En el caso del sector público la caída estuvo relacionada a un proceso de ajuste presupuestario. En el año 2009 el déficit fiscal se ubicó en 3.1% del PIB, mientras que en el año 2014 éste se redujo a 1.9%. También fue causado por un incremento en los gastos corrientes, que pasaron de 9.2% del PIB en 2008 a 10.5% en 2014. En el sector privado la caída se debió a una reducción en la construcción, pero también a una menor compra de maquinaria y equipo, como proporción del PIB.
Fuente: Banguat
El bajo nivel de inversión que reporta Guatemala se debe, principalmente, a que se tiene poca capacidad de ahorro. Para que exista inversión, debe haber recursos que no sean consumidos y que sean dedicados para fundar más empresas o para hacer crecer a las ya existentes. Sin embargo, en promedio, en la última década, el país ha sido el cuarto de América Latina con la tasa de ahorro más baja, después de Belice, El Salvador y Nicaragua. Actualmente el ahorro del país representa el 12.2% del PIB y en América Latina el promedio es de 17.4%. La baja tasa de ahorro que reporta Guatemala no es de extrañar si se considera los pocos ingresos que reciben las personas. La mayoría de la población vive con el día a día, gastando la mayor parte de sus ingresos en cubrir necesidades básicas y sin posibilidades de ahorrar. También influye que sólo el 22.8% de la población económicamente activa se encuentra afiliada al IGGS. Esto implica que más del 75% de la población no está realizando provisiones para retirarse en la vejez. En otros países de América Latina, como Chile o Uruguay, más del 60% de los trabajadores realizan aportes mensuales para su retiro, lo cual contribuye a que aumente la tasa de ahorro de esto países.
75%DE LA POBLACIÓN NO ESTÁ REALIZANDO PROVISIONES PARA RETIRARSE EN LA VEJEZ FUENTE: PORCENTAJE DE AFILIACIÓN IGGS | Por último, otro factor que influye en los bajos niveles de ahorro que presenta Guatemala es que el 40% de la población tiene menos de 15 años. Esto significa que no están en el mercado laboral y por consiguiente no generan ningún ingreso; están en una etapa de la vida en la que solamente consumen. Cabe mencionar que aunque en Guatemala hay aproximadamente 300,000 niños menores de 14 años que trabajan -lo cual es una auténtica tragedia y debe ser erradicado lo más pronto posible- la mayoría de niños no lo hacen. |
Lo cierto es que en la medida que los países experimentan una transición demográfica y la mayoría de su población se encuentra en edad productiva, esto es entre 15 y 64 años, en esa medida aumentan sus posibilidades de generar ahorro y por tanto de tener recursos disponibles para la inversión. En el caso de Guatemala, su composición demográfica limita su capacidad de ahorro.
Es difícil aumentar la tasa ahorro de Guatemala con los precarios niveles de vida de la población y el actual contexto demográfico. Ni siquiera con una urgente reforma del sistema previsional del país se lograría generar la cantidad de ahorro necesario para impulsar la inversión de forma significativa. Tampoco se lograría a través del gobierno, ya que implicaría mayores impuestos o niveles superiores de deuda pública, lo que tarde o temprano terminaría afectando la inversión privada.
Bajo estas circunstancias, la única salida en el corto o mediano plazo es la atracción masiva de inversión extranjera directa. Ante la imposibilidad de generar ahorro interno, se tiene que recurrir al ahorro generado en otros países y que puede ser invertido en nuestras fronteras. El problema es que tampoco somos capaces de atraer grandes cantidades de inversión extranjera. Si bien ésta ha crecido nominalmente en años recientes, en la última década tan solo ha representado el 2.2% del PIB, en promedio. En Costa Rica, Nicaragua y Honduras la inversión extranjera directa ha representado entre 5.2% y 6.2% del PIB en los últimos diez años. En Panamá ha llegado incluso a 10% del PIB. En el año 2013, Centroamérica recibió $10,691 millones en inversión extranjera, de los cuales Guatemala solo logró atraer $ 1,309 millones. Los mayores receptores fueron Costa Rica y Panamá.
Al final, Guatemala pareciera estar enfrascada en una trampa de pobreza, en donde no es capaz de generar ahorro interno y tampoco atrae inversión extranjera. El problema es que sin inversión, es imposible que un país salga de la miseria. Los países de América Latina más dinámicos, son aquellos que reportan altas tasas de inversión. Panamá, Perú y Uruguay son los países que crecieron más en la última década, en términos per cápita, y su tasa de inversión se encuentra entre 21% y 25% del PIB. También redujeron la pobreza de forma significativa. Perú redujo la pobreza de 52% a 23% entre 2003 y 2012; mientras que Panamá la redujo de 36% a 25% en el mismo período.
Entre 21% y 25% del PIB CRECIERON PANAMÁ, PERÚ Y URUGUAY EN LA ÚLTIMA DÉCADA FUENTE: FMI |
Y qué se puede decir de los países de Asia Oriental, que ha sido la región más exitosa del mundo en las últimas cinco décadas. Las tasas de inversión en estos países han superado el 35% de forma continuada en los últimos treinta años, llegando en algunos períodos a más del 40%. El resultado ha sido un crecimiento económico sin precedentes en la historia moderna del mundo y la transformación total de sus sociedades. En la década de los sesenta esta región era más pobre que América Latina y hoy en día varios de estos países son considerados desarrollados. En Guatemala se necesita discutir de forma profunda sobre los niveles actuales de inversión. Si no somos capaces de imitar a nuestros vecinos más exitosos de América Latina y a los países de Asia Oriental, estaremos varias décadas más en medio de la pobreza y el subdesarrollo. Sin inversión no hay desarrollo. Es un hecho demostrado por la evidencia empírica. La pregunta es ¿Cómo lograr salir de esta trampa de pobreza? ¿Cómo lograr generar y atraer las cantidades masivas de inversión que el país necesita? Es una discusión que debe iniciar cuanto antes y que debe ser ajena a cualquier extremismo ideológico.
Guatemala pareciera estar enfrascada en una trampa de pobreza, en la que no es capaz de generar ahorro interno ni atraer inversión extranjera. El problema es que sin inversión, es imposible que un país salga de la miseria. ¿Cómo lograrlo?