Hace tiempo que Centroamérica no logra superar el estadio de “diagnóstico”. Es consciente de lo que le pasa, pero no toma acción. Mientras, se acumulan los rezagos y los riesgos.
Cuando el poder ha despojado al ciudadano de sus libertades, ha pisoteado su dignidad y le ha forzado a llegar a extremos infrahumanos por la carencia de todo, los ciudadanos se levantan.