Sus partidos políticos son cascarones electoreros y sus instituciones no funcionan. En muchas, la corrupción tomó el control y hace que las cosas “anden”, pero solo para unos pocos.
La izquierda se pregunta por qué es tan difícil para los empresarios hablar de desigualdad y política. Los empresarios se preguntan por qué a la izquierda le cuesta entender la economía.