En el programa de hoy analizamos la creciente hegemonía de China y los escenarios geopolíticos y económicos para el hemisferio en el futuro cercano.
En su editorial, Dionisio Gutiérrez se refirió a los intereses expansionistas e imperiales de Xi Jiping en los últimos años: “En lugar de buscar las formas de cooperar, crecer y evolucionar juntos para ser un mejor planeta, el jefe de Pekín está jugando a que nos matemos unos a otros, y que sobreviva el más fuerte; como si no supiera que ser fuerte solo se logra cuando nos tenemos los unos a los otros, vivos, en paz, intercambiando bienes y servicios, respetando derechos y libertades, y trabajando en equipo”.
Además, señaló los métodos que usa China en su política exterior para hacer alianzas y obtener lealtades: “Jinping atropella al pueblo que dice gobernar, usa su poder para sobornar y corromper, no naciones, sino continentes, de lo cual, África y América Latina dan cuenta; ayudó al criminal que manda en Moscú a invadir una nación soberana, y hoy, a pesar de la paliza que los valientes ucranios le están dando al déspota del Kremlin, el jefe pekinés redobla su apoyo al hijo de Putin, para que siga matando gente inocente”.
También, explicó que China devuelve al mundo a los peores años de la Guerra Fría: “China compite, de forma agresiva con Estados Unidos, en una batalla de egos en mandarín, pues no le gusta la idea de ser un segundón o tener una economía menor, y por eso, aunque ponga en peligro la paz del mundo, involuciona a sus años imperialistas”.
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez conversó con Óscar Vara, economista y profesor universitario de pensamiento económico, sobre la expansión de China en el mundo, sus planes imperiales y el futuro del hemisferio frente a este avance.
Sobre el papel que está jugando China en la guerra de Ucrania proporcionando apoyo económico a Rusia, el especialista expuso: “Ahora Rusia es un país vasallo de China. Porque si Rusia no puede vender sus recursos naturales a la Unión Europea, tiene que buscar un cliente alternativo suficientemente potente. Pero China tampoco puede comprar todo el combustible que compraba Europa, entonces ahí tiene una palanca para China poder presionar a Rusia y tenerla en cierto modo subordinada a su voluntad”.
Sobre el futuro de la relación económica entre China y la Unión Europea, el académico expresó: “Durante mucho tiempo para Europa, China se veía como una forma de obtener productos baratos, pero sí es verdad que China es mucho más. Y recientemente la Unión Europea ha designado a China como un competidor estratégico, entonces ya la visión de China como un partner, o colega, ya cambió y ahora los ven como alguien que compite con nosotros. Para China la UE es fundamental porque es el mayor demandante de sus productos y por eso ese empeño de China de crear esa nueva ruta de la seda, una conexión marítima y terrestre, que ahora está muy dificultada por la guerra en Ucrania, porque habría que atravesar Rusia y ya no se puede por las sanciones”.
Sobre la pérdida de influencia de Estados Unidos en Asia-Pacífico frente a la creciente hegemonía de China, el intelectual argumentó: “Los Estados Unidos tienen un problema y es que no dejan de ser un continente aislado por grandes océanos y que no están cerca de la actividad económica del futuro. Pensemos en la concentración que tienen no sólo China, sino también el Sudeste Asiático, Japón, Corea del Sur, Indonesia, la India, es el lugar donde está más de la mitad de la población del mundo y es donde se va a generar la mayor parte del PIB del futuro. Por lo tanto, si China consigue expulsar de esa zona los intereses económicos de Estados Unidos, le haría un grandísimo daño. Por eso los Estados Unidos están tan empeñados en conseguir alianzas para tratar de tener allí una presencia y que en términos militares, China no tenga la capacidad de controlar esos mares del sur”.
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