
En el programa de esta semana, analizamos la relación entre la política y la economía.
Dionisio Gutiérrez inició reflexionando sobre el peligro de dejar las riendas económicas de un país en manos de políticos inexpertos: “No se trata de errores técnicos, sino de decisiones deliberadas, como convertir al Estado en una máquina de populismo financiero, donde solo crecen la deuda y el gasto, donde las cifras se maquillan, el déficit se ignora y las promesas se multiplican mientras los ingresos se evaporan”.
Agregó que los políticos deshonestos utilizan la economía de sus países como “herramienta para consolidar poder, comprar aplausos y distribuir favores a cambio de obediencia”. Además, indicó que estos actores no están interesados en el crecimiento sostenido y a largo plazo, pues están dispuestos a endeudar el futuro como si no fuera de nadie, a cambio de ovaciones momentáneas.
Gutiérrez señaló que el problema “se agrava cuando el ciudadano, fatigado o resignado, deja de exigir explicaciones, normaliza el absurdo y acepta la miseria como si fuera parte del paisaje, cuando son la indignación y la protesta las que debieran decir presente”.
Para finalizar, recordó que “detrás de cada número en la economía está la vida de millones”, por lo cual, resulta urgente “restablecer la sensatez y hacer que la política y la economía recuperen el valor y la razón”, así como “exigir a los políticos que gobiernen con inteligencia, honor y honradez para restituir la moral pública y el compromiso con el bien común”.
En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Paulo de León, analista financiero y económico y cofundador de CABI, sobre la relación entre la política y la economía.
De León expresó que estamos viviendo tiempos complicados: “Ha habido un pequeño desacoplamiento de Latinoamérica con Estados Unidos. Particularmente, Sudamérica, que se ha enganchado más a China, pero Centroamérica y México sigue girando en torno a Estados Unidos y la recesión en la que está Estados Unidos desde hace ya 14 meses, ya la sentimos”.
Por otro lado, indicó que, dejando de lado el tema inflacionario, los mayores problemas de la región son, a su juicio, “el aumento de la corrupción y de la criminalidad, que también generan inseguridad jurídica”. La pérdida de la confianza en la justicia y los costos que esto implica para los negocios, generan un panorama en el cual “la rentabilidad cae y la inversión baja”, señaló de León.
Respecto a la delicada situación de Estados Unidos y sus finanzas públicas, añadió que es crucial que se lleve a cabo un ajuste fiscal: “Estamos hablando de la moneda de reserva de valor del mundo. Tienen que arreglar su problema o, si no, la gente irá hacia otro activo”. Además, ilustró que esto ya se está viendo, pues “el oro está en máximos históricos y la plata también está subiendo”.
De León también expuso que uno de los mayores problemas en las finanzas de los países en la actualidad es el exceso de regulaciones: “Ha llevado a una parálisis de productividad. Europa lleva estancada 15 años, su ingreso per cápita es el mismo que en el 2008”. Asimismo, señaló que la economía mundial es insuficiente: “La desigualdad crece con la pérdida de poder adquisitivo y la gente está complicada. Sumado a eso, estamos entrando en un rol complejo de la inteligencia artificial, donde puede suplantar a mucha gente y quedarse sin trabajo”.
Para finalizar, de León firmó que es necesario volver a los básicos: “promover la inversión, desregularizar las economías y darles un rol principal al sector privado y la familia y al Estado solo uno de facilitador”.
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