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La hora de la libertad

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En el programa de esta semana, analizamos el momento determinante que vive Venezuela

 

Dionisio Gutiérrez comenzó recordando que las naciones dignas se construyen con “esfuerzo y sacrificio”, basadas en un conjunto de valores que promueven “el avance y la evolución del ser humano para alcanzar bienestar y prosperidad”. El principal de estos valores es la libertad, seguido por el Estado de derecho. A partir de estos principios se construye la democracia, señaló.

Además, Gutiérrez afirmó que para que una nación sea exitosa, deben existir instituciones como “la familia, las escuelas, las iglesias, las cámaras empresariales, la prensa y las del Estado”. Sin embargo, es indispensable que estas funcionen con “independencia, en libertad y respeto a la ley”. Esta “constelación de instituciones es para cada nación lo mismo que para cada ser humano, es su casa, el hogar donde vivimos y donde luchamos para hacer realidad nuestros anhelos e ilusiones”, añadió.

Gutiérrez subrayó que, por estas razones, los valores son fundamentales: “no los dogmas; las políticas públicas que funcionan, no las agendas cargadas de ideologías de odio y confrontación”. También destacó la importancia del “absoluto respecto a la soberanía de los pueblos expresada en las urnas en elecciones libres y democráticas”

En el caso de Venezuela, donde “una banda de criminales secuestra y somete a sus caprichos criminales esa constelación de instituciones, y después de más de 20 años de dictadura criminal y después de haber agotado todas las instancias”, la resignación a morir siendo esclavos no es una opción. Por lo cual, “debe llegar la hora de hacer uso de la última instancia”, afirmó.

Gutiérrez también señaló que “Venezuela tiene un presidente electo, que debió tomar posesión el 10 de enero”. Sus líderes, María Corina Machado y el presidente Edmundo González, “están muy cerca de declarar la victoria de la libertad y el retorno de la democracia en Venezuela”, exclamó. Finalmente, recordó que la lucha por la libertad de Venezuela es hasta el final.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Antonio Ledezma, líder opositor en el exilio, sobre el momento determinante que vive Venezuela.

Ledezma explicó que la razón por la cual no asistieron a la toma de posesión el 10 de enero en Venezuela fue porque “no se dieron las condiciones que facilitaran que el presidente llegara vivo y libre”. Indicó que el presidente había recibido amenazas contra su vida en varias ocasiones, se cerraron el espacio aéreo y las fronteras, además del secuestro de María Corina Machado.

En relación con la posibilidad de una intervención extranjera momentánea en Venezuela, Ledezma señaló que Venezuela ha padecido de intervención desde hace tiempo: “Desde que llegó Chávez al poder, Venezuela ha visto que su soberanía ha sido pisoteada con la presencia de funcionarios de origen castrista, rusos y núcleos de terrorismo internacional”. También destacó que los venezolanos han cumplido con lo que se les pedía: unirse, respetar el proceso electoral. Tras la victoria de Edmundo González, dijo, es necesario el apoyo de la comunidad internacional, señaló. Mencionó, por ejemplo, la importancia de hacer valer la Carta Democrática de la OEA y de que las Naciones Unidas cumplan con la Responsabilidad de Proteger.

Por otro lado, Ledezma expresó que el mensaje a las fuerzas armadas de Venezuela es claro: “Los militares institucionales están llamados a hacer respetar la constitución nacional”.  Recalcó que Nicolás Maduro “está desarrollando un descarado golpe de estado” y que “los militares están obligados a hacer valer la soberanía nacional. Sobre todo, cuando saben que quien ganó fue Edmundo. [Ellos] estaban en los centros de votación”, además señaló que en “todos los centros de votación donde votaron militares ganó Edmundo González”. 

En cuanto al secuestro del yerno de Edmundo González, Ledezma comentó que la reacción de la familia ha sido “pedir justicia, pedir su libertad”, pues es un hombre justo. Agregó que, sin embargo, esto no es algo nuevo: “Estas son acciones arbitrarias recurrentes que colocan a Maduro en la misma actividad de las mafias”.

Ledezma enfatizó que, para que la dictadura caiga, es necesario resistir: “Vale la pena colocar en alto el coraje con el que María Corina Machado está asumiendo este desafío dentro del país, haciendo una bisagra con Edmundo González”. También insistió en la importancia de seguir buscando el apoyo de la comunidad internacional: “En Venezuela no hay una guerra como la hay en Ucrania. En Venezuela hay un pueblo que alza banderas y se ganó el voto, pero el que está armado es el régimen y lo que le queda es la represión para mantenerse en el poder”.

Por otro lado, advirtió que, de no respetarse el voto en Venezuela, el mensaje para el mundo sería grave: “Es como abrirle camino a la expansión del populismo y de cualquier líder con intención de hacerse con el poder en su país”. En este sentido, recalcó el desafío que enfrenta la comunidad internacional. 

Respecto a las deudas que enfrenta Venezuela con organismos internacionales y cómo gestionarán las mismas, Ledezma indicó que la deuda financiera “tendrá que renegociarse”, pero la premisa del presidente Edmundo González es “honrar los compromisos asumidos por el Estado”. Sin embargo, señaló que “la única manera que tiene Venezuela para honrar esa deuda es que se recupere la economía de Venezuela, y la única manera de apalancar la economía en el país es con un gobierno encabezado por Edmundo González. De lo contrario, sería hundir más a Venezuela en el abismo económico que tiene Maduro”.  

Para finalizar, Ledezma recordó una célebre frase de Don Quijote a Sancho Panza: “que no hay tesoro más grande en la tierra y en el cielo que la libertad”.

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Llegó la hora de la libertad

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En el programa de esta semana, analizamos las amenazas a la libertad en 2025.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó señalando que, cuando criminales sin límites y sin piedad alcanzan el poder, —al cual suelen llegar ilícitamente—, “merecen ser juzgados y sentenciados a cadena perpetua o a enfrentar un pelotón de fusilamiento”.

Tal es el caso de Nicolás Maduro, “el capo de una mafia, el tirano medieval que ha demostrado no tener alma ni conciencia”. El narco-dictador que gobierna sobre casi 30 millones de personas, el cual debe ser juzgado por la justicia internacional y por “las cortes de la futura república venezolana” por sus “excesos, abusos y delitos”.

Ante la victoria de Edmundo González en las elecciones de julio 2024, se esperaba que el ejército hiciera valer “la voluntad soberana de un pueblo que votó por la libertad”. Sin embargo, esas “fuerzas armadas no tuvieron el valor de sacar del poder al tirano usurpador y asesino; traicionaron su deber y se quedaron escondidos”. A ellos, advirtió Gutiérrez “la historia también los condenará”.

Por otro lado, expresó que “el socialismo del siglo XXI, el populismo y el autoritarismo serán siempre trampa, fracaso y mentira”. Por ello, instó a las naciones del mundo a “evitar caer en ese abismo oscuro, esclavizante y tenebroso”.

Gutiérrez reconoció que “la democracia y la libertad no son perfectas”, pero subrayó que son “el único sistema que ofrece oportunidades, esperanza y futuro”. Si bien es cierto que requieren “trabajo, dedicación y compromiso”, también debemos recordar que “perderlas es morir en vida”, agregó.

Por último, Gutiérrez reiteró que este es el momento de la “reivindicación y de la libertad para el pueblo venezolano”. Por tanto, el gobierno elegido democráticamente por el pueblo “debe asumir el mando y aceptar la responsabilidad sobre el futuro de la democracia y la libertad en América Latina”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Manuel Llamas, director ejecutivo del Instituto Juan de Mariana, y a Román Ortiz, experto en seguridad y geopolítica, sobre las amenazas que enfrentará la libertad en el 2025.

Llamas inició señalando algunas de las amenazas que enfrentará la libertad este año: el resurgimiento del proteccionismo a nivel mundial; el auge de políticas contra la libertad de expresión y prensa, y el auge del populismo y autoritarismo.

Respecto a por qué el ser humano subestima el poder de la libertad, Llamas indicó que, en primer lugar, se debe a un tema de seguridad: “Se piensa erróneamente que la seguridad se la puede dar el Estado”. En segundo lugar, por un tema de responsabilidad, pues la libertad conlleva esta, y el humano tiende a eludirla y culpar a los demás de su irresponsabilidad. Indicó que, por estas razones, hay una tendencia a desconfiar de la libertad, cuando en realidad esta es “la única que garantiza mayor nivel de bienestar y de seguridad”.

Llamas indicó que la libertad de expresión corre peligro al delegar la capacidad de dictar qué es verdad y qué es mentira al poder político, pues “abre las puertas a la censura”. Añadió que, en un mundo con fácil acceso a la información, es un mundo en el cual las personas tienen la capacidad de elegir qué medios consumen y, además, “hay mecanismos del mercado para calibrar lo que es información y lo que no”.

Por otro lado, Llamas indicó que el caso de Venezuela terminará “muy mal”, pues es un escenario “complicado”. En el caso de Ucrania, considera que terminará “mediante una negociación” con una intermediación de Estados Unidos. Además, mencionó que mientras Estados Unidos siga con una política de aislacionismo en América Latina, China podrá ganar terreno en la región.

Por último, Llamas expresó que, a pesar de las amenazas que enfrenta la libertad, el movimiento liberal “está emergiendo con muchísima fuerza y apoyo”, lo cual va a marcar un “punto de inflexión en cuanto a la preminencia de las ideas liberales en el mundo”.  

Por su parte, Ortiz indicó que, en parte, la razón por la cual la libertad está amenazada hoy en día es porque “Occidente, particularmente Estados Unidos y Europa, se han encerrado en sí mismos y han dejado que el esfuerzo por la libertad que se hizo en los años noventa se marchite”.

Por otro lado, indicó que no es descabellado comparar el nivel de riesgo actual con el de la II Guerra Mundial: “Existe la misma pulsión autoritaria, la misma crisis del liberalismo porque existen fuerzas populistas que atacan la libertad económica y la libertad política. Con ello, hay más riesgo de guerra”.

En cuanto al debate respecto a si los humanos deben sacrificar libertad por seguridad y estabilidad, Ortiz comentó que se debe encontrar un equilibrio en la tensión entre seguridad y libertad. Mencionó que, para regular esa tensión, existen las instituciones democráticas. No obstante, muchos países giran hacia una opción autoritaria por la falsa esperanza de que ganarán seguridad a raíz del fracaso de respuestas democráticas efectivas.

Por último, respecto a cómo será el 2025 en algunos escenarios en el mundo, Ortiz respondió que, en el caso de Milei en Argentina, será de “éxito económico y consolidación política”; Venezuela tendrá crisis y sobrevivirá el régimen autoritario; Ucrania llegará a un acuerdo con Rusia, pero no tendrá paz; Israel enfrentará crisis política interna y un impulso de la absorción de Gaza y Cisjordania; Bolivia tendrá “escalada en la confrontación civil” y Colombia tendrá “crisis política y económica, incremento de violencia y el riesgo de que la opción de Petro se perpetúe en el poder”; Cuba y Nicaragua tendrán crisis políticas, pero habrá expectativas de cambio; la OTAN tendrá crisis por el lado norteamericano y europeo.

Por último, Ortiz expresó que no ve un escenario de guerra intercontinental en 2025, pero sí de aumentos en conflictos regionales, especialmente en Oriente Medio, Europa del Este y en la península de Corea y Taiwán.

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Educación, tecnología e ideología

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En el programa de esta semana, analizamos los desafíos y oportunidades de la educación en la era digital. 

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre las oportunidades que ofrece la educación y el conocimiento, los cuales permiten “encontrar respuestas a las interrogantes que la vida y el tiempo nos presentan”.

Así, Gutiérrez recordó lo que grandes pensadores han expresado sobre la educación: “Pitágoras dijo que la educación es templar el alma para las dificultades de la vida. Platón decía que la educación es el proceso que permite al hombre tomar conciencia de la existencia de otra realidad. Aristóteles hablaba de que la educación debía formar al hombre libre y al ciudadano responsable”.

La educación, indicó Gutiérrez, “es evolución; forma el carácter, da salud al cuerpo, libertad a la mente”. Estas condiciones, que se logran a través del desarrollo del pensamiento crítico, y, junto con la defensa de los valores de la libertad, “son los únicos que construyen naciones exitosas, valores hoy amenazados por el populismo, la corrupción y el autoritarismo”. 

Por otro lado, Gutiérrez aseguró que el desafío del acceso a la educación puede ser resuelto: “Los obstáculos de costo, difícil acceso, mala calidad y atraso en contenido se acabaron con la alternativa digital”. Esta realidad es una gran oportunidad para América Latina, señaló. Sin embargo, para aprovecharla, “debemos mejorar el acceso a internet y asegurar que la oferta digital esté a la altura de este continente extraordinario, con ciudadanos que quieren ser habitantes del mundo libre y desarrollado”.

Para finalizar, Gutiérrez expresó que la educación “nos hace mejores” y nos permitirá “construir las naciones que queremos”, ya que “el conocimiento es poder y da libertad”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Mario Noya, periodista y director de Voz Media, y a José Suárez, empresario asturiano y líder cívico, sobre las oportunidades y amenazas de la educación en la era tecnológica.

Noya comenzó subrayando la importancia de los profesores en la educación: “Un profesor es una persona en la que depositas mucha confianza, está ahí para formarte”. Indicó que, cuando hay un adoctrinamiento de izquierdas detrás de la educación, y una persona deja de ser de izquierdas, es porque “le atropella la realidad”. Bajo esa línea, destacó que los gobiernos autoritarios son los que buscan, sobre todo, influir en la educación, con el fin de “estabular a la gente y no formar ciudadanos, sino ovejas”.

En cuanto a la facilidad de esparcir ideologías fracasadas a través de redes sociales y la vulnerabilidad de los jóvenes ante este contenido, Noya expresó que “tendemos a pensar que los jóvenes son tontos, y no lo son”. Además, indicó que las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, que podrían ser utilizadas como un instrumento para propagar estas ideas, son mejor aprovechadas por los jóvenes. Por lo tanto, señaló que debemos entender la tecnología como las armas: “Son un instrumento. Tienen un potencial tremendo para el bien y para el mal. Debemos enseñar a ser responsable” y a usarlas con responsabilidad.

Por otro lado, Noya indicó que probablemente la razón por la cual los jóvenes tienden a adoptar ideas contrarias a la libertad depende de las condiciones en las que has crecido. Por ejemplo, “si has crecido teniéndolo todo, en un país que tiene servicios públicos decentes y que está socialmente ordenado”, lo cual se ha logrado a través del capitalismo, “crees que eso está ahí y que tienes derecho a las cosas”, sin tener en cuenta el trabajo realizado por generaciones pasadas para que eso esté disponible.

Noya explicó que, a raíz de esa idea, vemos ahora sociedades jóvenes que no ven el valor en el trabajo, que piensan que el Estado es una especie de padre proveedor. Sin embargo, no se dan cuenta de que lo que están pidiendo es egoísta, pues exigen que quienes hacen funcionar la sociedad les den todo. 

Respecto a cómo defendernos de las noticias falsas que se producen y propagan desde centros de operaciones en China, Rusia, Irán, y otros países contrarios a los valores occidentales, Noya indicó que debemos señalar y generar desconfianza hacia esos centros. Asimismo, instó a los jóvenes a informarse a través de distintos canales, para desarrollar así  “las herramientas que les permitan discriminar entre grano y la paja”. 

Suárez, por su parte, indicó que el aprendizaje en línea “puede facilitar el acceso al conocimiento a millones de personas que, en otras circunstancias, lo tenían muy difícil”. Sin embargo, al mismo tiempo, señaló que “el aprendizaje en línea no ha resuelto el problema de la capacidad de atención”.

Además, mencionó que, así como podemos encontrar y tener acceso a contenido educativo de alto nivel, también hay de muy mala calidad, lo que lo lleva a preguntarse “hasta qué punto estamos enseñando a distinguir lo bueno de lo malo, lo real de lo falso”. 

En cuanto a las habilidades que serán más demandadas en los próximos diez años y cómo prevalecerán los valores a través de la educación en línea, Suárez comentó que ese es precisamente uno de los desafíos del siglo XXI: “la decadencia de valores”. Señaló que, anteriormente, “se transmitían por la familia y por las instituciones religiosas, dos instituciones que han sufrido ataques relevantes en los últimos años y que han alterado el proceso de inculcación de valores”. Sin embargo, destacó que la educación en línea es una oportunidad para que los contenidos permitan “entender y practicar esos valores”.

Para finalizar, Suárez indicó que la educación en la formación de líderes que gobiernen mejor se divide en dos cuestiones. Primero, debe haber “un esfuerzo para formar a las personas que quieran servir a la sociedad” y, segundo, “debe haber vocación de servir” sin intereses ocultos.

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De la Navidad a la esperanza

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En el programa de esta semana, reflexionamos sobre la Navidad, el fin de año y la esperanza.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre la vida, sus responsabilidades y su parte humana, lo que nos lleva a la “generosidad, paciencia y empatía con que todavía, los humanos debemos aprender a tratarnos unos a otros, y a nosotros mismos”.

Además, expresó cómo un viejo y querido maestro le recordó que “el hombre más grande de la historia no tuvo títulos académicos, sin embargo, lo llamaban maestro. No usaba medicinas, pero fue un sanador. No ganó batallas militares, pero conquistó el mundo. No cometió ningún crimen, sin embargo, lo crucificaron”. A pesar de su crucifixión y de haber sido sepultado en una tumba, vive y habita en los corazones de quienes creen en Él, subrayó Gutiérrez.

También recordó que aquel hombre “Habló de amor y perdón, y sus palabras han transformado a millones. No ofrece riquezas materiales, sin embargo, naciones enteras lo consideran un tesoro en sus vidas. No promete poder terrenal, pero en su nombre los débiles han encontrado fuerza”. Así, Él también nos invita a “a llevar una vida de respeto, generosidad y agradecimiento. Una vida en libertad”. 

Luego, Gutiérrez compartió que el viejo asturiano también le recordó “que no hay atajos para llegar a la felicidad”, y que la vida está para vivirla, aunque a veces duela: “Solo enfrentando, luchando y dando lo mejor de ti es como alcanzarás esa ilusión a la que llaman ser razonablemente feliz”.  

Por último, Gutiérrez deseó una feliz Navidad y lo mejor para el 2025.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a un grupo de intelectuales y líderes cívicos: Iván Espinosa de los Monteros, líder iberoamericano; Óscar Vara, doctor en economía; Mario Noya, periodista y director de Voz Media; José Suárez, empresario asturiano; Manuel Llamas, director ejecutivo del Instituto Juan de Mariana; Román Ortiz, experto en seguridad y geopolítica y Eduardo Fernández, doctor en ciencia política y catedrático, para conversar sobre el optimismo inteligente que el mundo necesita para el 2025.

Espinosa de los Monteros comenzó deseando una feliz navidad a la audiencia, pues resaltó la importancia de recordar la “pertenencia a la civilización cristiana” del mundo hispano: “No por un tema religioso, sino porque de la civilización cristiana nace el libre albedrío. Un concepto que no existe en ninguna otra, y es de donde sale la libertad del hombre”. 

A pesar de la felicidad que las festividades de fin de año traen consigo, se mencionó que también se debe de recordar el sufrimiento. Noya señaló que, en la actualidad, es muy común sentir que “estás obligado a estar feliz todo el tiempo” y que, cuando alguien pasa por una pérdida o pena, siente que “debe pedir perdón por estar triste”. Sin embargo, destacó que esa tristeza “es un reconocimiento de que has impactado en la vida”. Además, afirmó que “la tristeza tiene un valor y contrasta con la alegría”. 

Por otro lado, Llamas aportó un mensaje de esperanza: “A pesar de todas las dificultades, de los malos políticos y de todo, vivimos en el mejor momento de la historia de la humanidad. Jamás hemos tenido el nivel de prosperidad, riqueza, bienestar, avances tecnológicos, médicos y científicos como en la actualidad”. Dichos avances, indicó, son gracias al “capitalismo, que es libertad”, y, de la mano de los avances de la inteligencia artificial, “lo mejor está por llegar”. 

Ortiz, en otro punto, reconoció que el mundo no está en un buen momento: “Hay muchos riesgos delante, así como problemas y desafíos”. Aun así, señaló que es “un buen momento para brindar por las expectativas y la capacidad que tenemos de superar los problemas, cada uno de nosotros y la sociedad en conjunto”. Subrayó que su razón para ser optimista son los recursos intelectuales que cuentan las sociedades. 

Gutiérrez expresó que esta Navidad ha sido marcada por tragedias naturales y sufrimientos causados por conflictos bélicos. A lo que Vara añadió que es importante aceptar que “el mundo siempre vive un mal momento, pero también siempre estamos en un momento de esperanza”. Expresó que, para los cristianos, la Navidad es precisamente eso: “un momento de esperanza, de transformación” e invitó a preguntarnos “qué tenemos que hacer para reformar la realidad y hacerla mejor”. Por lo tanto, a pesar de los males que enfrenta la humanidad, “el mundo siempre está al borde de una transformación que puede ser positiva”.

Por otro lado, Suárez recordó que estamos prontos a finalizar el primer cuarto de siglo desde el año 2000, un siglo que comenzó con miedo para algunos, y añadió que debemos iniciar el segundo cuarto del siglo con optimismo, especialmente por la causa de la libertad.

Fernández, por su parte, también termina el 2024 con optimismo. Indicó que “hay que ser conscientes de los desafíos, sobre todo para las libertades y derechos, pero también hay esperanzas”. Por ejemplo, mencionó el caso de Valencia y cómo, a pesar de la falta de ayuda por parte del Gobierno, “ha salido gente a ayudar y ha dado lo mejor de sí”.

Para darle cierre al 2024 y empezar el 2025, Ortiz recomendó iniciar “sin sentimiento de culpa por lo que somos. Al final del día, vivimos en sociedades con muchos problemas, con retos profundos, pero también hemos construido sociedades que tienen democracias y prosperidad”. Añadió que, si bien es importante no ignorar los problemas, “también debemos sentirnos orgullosos de lo que hemos hecho como países”. Fernández también agregó que es importante no tener miedo, pues es así como Occidente “fue lo que fue”.

Para finalizar, los mensajes son que “debemos transformar el miedo en esperanza”, que “se respiran tiempos de cambio”, y que “la libertad es ser responsable de uno mismo y, además, generosamente, hacerse responsable de los demás desde uno mismo. Tomar nuestras vidas en nuestras manos y volcarla hacia los demás para mejorar la situación del otro”.

Fundación Libertad y Desarrollo les desea una feliz Navidad y próspero año nuevo.

 

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2024, el año que sobrevivimos

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En el programa de esta semana, analizamos los eventos que marcaron el 2024. 

 

Dionisio Gutiérrez comenzó resaltando que el cierre del 2024 da la sensación a un contexto similar al de la Segunda Guerra Mundial: ”El concierto de naciones no había sumado desde hace décadas un número tan grande de países que caigan en la categoría de Estados criminales o dictaduras, narcoestados o Estados fallidos, ni tampoco en las mismas democracias de Occidente se había dado un deterioro tan grave en la salud de sus democracias, en la independencia de las instituciones que las sustentan y la división de poderes. Los conflictos armados están desbordados, la economía del mundo sigue insuficiente y la política se convirtió en un desagüe”.

Asimismo, indicó que debemos preguntarnos por qué, cómo y cuándo “nos perdimos en el laberinto de las democracias de mentira y las republiquetas de matones, con presidentes corruptos o incapaces, diputados oportunistas y jueces indignos”.

Gutiérrez añadió que, además del lamentable estado político y geopolítico que vivimos, también atravesamos una época marcada por “la ideología del odio y del conflicto, el populismo, la desinformación, la imposición, la indiferencia de las élites y la ignorancia de los pueblos”. Esta combinación, indicó, “está deconstruyendo un mundo que puede terminar dominado por el desorden, la ingobernabilidad y el caos”, limitando así la libertad y el desarrollo.

Esta es la realidad que enfrenta el mundo y, aunque “no es el mensaje de fin de año que uno quisiera recibir”, debemos afrontarla. Para hacerlo, es indispensable que estemos informados, que “reencontremos el rumbo de la racionalidad política y económica, que aprendamos a vivir juntos los distintos y que seamos capaces de forjar contratos sociales y respetarlos para generar estabilidad y crecimiento”.

Para finalizar, Gutiérrez hace un llamado urgente a vivir con conocimiento, valor y libertad.

En el siguiente segmento, Gutiérrez entrevistó a Iván Espinosa de los Monteros, líder iberoamericano, y a Óscar Vara, doctor en economía y analista de política internacional, sobre los acontecimientos que marcaron al mundo en 2024.

Espinosa de los Monteros indicó que “el balance del año no es bueno para Iberoamérica. Ha sido un año en donde hemos visto cosas graves: unas elecciones en Venezuela en donde se ha hecho trampa, México ha optado por la radicalidad, en Uruguay se ha perdido una oportunidad [en las elecciones]”. A pesar de esto, considera que podríamos estar ante un punto de inflexión que genera esperanza. Como ejemplo, mencionó el caso de Argentina y los avances económicos que ha logrado.

En cuanto a España, Espinosa de los Monteros expresó que el país atraviesa un “mal momento político”. Señaló que el presidente tiene cada vez menos prestigio y destacó que “España no está ejerciendo una posición de liderazgo” que debería, especialmente en relación con los problemas que afectan directamente al país.

Sobre Venezuela, Espinosa de los Monteros afirmó que la toma de posesión de Edmundo González el próximo 10 de enero es esencial para que “se cumplan las reglas de juego democrático”, aunque lamentó que no sea algo que se pueda esperar con optimismo. Añadió además que Cuba es la principal responsable de la infiltración radical en Hispanoamérica.

Por otro lado, subrayó que es fundamental dar a conocer los éxitos de Javier Milei para demostrar que existe un modelo exitoso que genera bienestar. Es necesario mostrar que “las peores ideas de la historia, la del marxismo, no pueden seguir aplicándose y esperar distintos resultados”, aseguró.

Finalmente, Espinosa de los Monteros señaló que, para rescatar las democracias liberales, es imprescindible “extirpar todo atisbo de marxismo cultural que se ha implantado en los últimos 30 años”.

En cuanto a Vara, comenzó señalando uno de los acontecimientos que terminan mal en 2024: la guerra en Ucrania. Afirmó que “Rusia todavía tiene fuerza y está avanzando en el frente del este”. Sin embargo, mencionó que, considerando lo ocurrido en Siria, podríamos estar ante una oportunidad de pacificación en Oriente Próximo e incluso tal vez ante la “limitación de la fuerza de Rusia”.

Respecto a la caída de Bashar al-Ásad en Siria, Vara indicó que, aunque existían esperanzas de que se instaurara un régimen democrático, es aún muy pronto para saber qué cambios políticos traerá. Además, advirtió que es necesario ser escépticos ante la narrativa de que su derrocamiento fue sin intervención extranjera, ya que “Turquía ha tenido un papel muy relevante en armar y entrenar al Ejército sirio y al grupo que ha derrocado a al-Ásad”.

Sobre el futuro de Medio Oriente, Vara sostuvo que será complicado. En el caso de Irak, señaló que “puede ocurrir de todo. Es un país multiétnico y multirreligioso que podría fraccionarse”.  También mencionó que Líbano, al ser un país con características similares a Irak, enfrenta desafíos, aunque destacó que la debilitación de Hezbolá ofrece “una oportunidad al gobierno libio de volver a reconstruirse”.

Respecto a Israel, Vara señaló que, hasta ahora “ha conseguido todos sus objetivos”. Además, subrayó que, junto con el debilitamiento de Hezbolá, la caída del gobierno de Bashar al-Ásad ha desplazado la influencia de Irán: “Ahora mismo, Irán está un tanto arrinconada”.

Por último, Vara consideró que, con la nueva administración en Estados Unidos, “las cosas pueden cambiar mucho”. Aseguró que para el presidente entrante, es de interés “un mundo en paz y que comercie”, pero dudó que vaya a “defender dictaduras”. En su opinión, aplicará una política exterior basada en la “fuerza y negociaciones asimétricas”.

 

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La demografía y el futuro del mundo

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En el programa de esta semana, analizamos los cambios demográficos que atraviesa el mundo.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando cómo, en los últimos 25 años, en tres países de Asia, uno de África y uno de América Latina, la mitad de los niños nacidos sufrió desnutrición crónica, lo que ha dejado secuelas permanentes en su desarrollo cognitivo.

Por otro lado, mencionó que, en 2045, “las minorías serán mayoría en Estados Unidos”, un cambio demográfico que refleja la transformación global en curso. Europa también experimentará una gran transformación para 2050, con la llegada de inmigrantes de diversas partes del mundo que cambiarán la composición de sus sociedades, indicó Gutiérrez.

En América Latina, a pesar del bono demográfico de jóvenes, la región sigue atrapada “en el populismo, el subdesarrollo político, la corrupción y el narcotráfico”, con gobiernos que no logran impulsar el desarrollo y el bienestar de sus naciones.

Por otro lado, Gutiérrez presentó la dualidad de los movimientos demográficos, y cómo “demográficos han reducido las diferencias globales prácticas y han pintado las ciudades de colores, pero también es cierto que están creciendo las molestias e incluso los conflictos por el rompecabezas social, étnico y cultural que se ha formado en un mundo cada día más complejo e insuficiente”.   

Para finalizar, Gutiérrez indicó que, aunque los movimientos demográficos están cambiando la geografía social, será la lucha constante de los seres humanos “por sobrevivir, y su permanente búsqueda de seguridad, oportunidades y libertad las motivaciones que le harán incluso ofrecer su vida por su futuro y el de los suyos”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Astrid Arriaza, doctora en demografía y estadística, y a Enrique Couto, fundador de Visualpolitik, sobre los cambios demográficos que atraviesa el mundo y sus retos.

Arriaza resaltó que la migración es uno de los temas fundamentales de la demografía. Indicó que hay estudios que demuestran que “existe una disminución de la fecundidad y una disminución de la población en áreas que expulsan una gran cantidad de personas en busca de oportunidades de trabajo”. 

Además, Arriaza explicó que para países receptores con poca capacidad de controlar “dónde se distribuyen y la cantidad de migrantes, así como algunas de sus características para planificar y ejecutar políticas públicas”, genera mayor presión en los sistemas por este fenómeno en comparación con los países que tienen mayor control sobre la misma.

De manera similar, Arriaza indicó que en los países más desarrollados, que tienen una larga historia de incorporación migratoria y de implementación de políticas públicas al respecto, la integración al sistema económico y social suele representar un desafío menor. Esto se debe a que, en contraste, en aquellos países donde el flujo migratorio no era un problema hasta hace poco o no se percibía como tal, y especialmente en aquellos con sistemas que enfrentan limitaciones para implementar políticas para su propia población, el reto es considerablemente mayor.

Respecto a la disminución en las tasas de natalidad y su correlación con la generación de riqueza, Arriaza afirmó que esta tendencia comenzó en países desarrollados, pero agregó que ya es una tendencia global: “Esto ya sucede en Asia, en África, en Latinoamérica, y no existe un país en el mundo en donde no se haya mostrado un declive o una reducción de la tasa de fecundidad de la población”. Sin embargo, explicó que sí existen diferencias en la velocidad en que la natalidad se reduce en el mundo.

Por último, Arriaza comentó que, para algunos autores, la reducción en la tasa de natalidad sí es un efecto inevitable del desarrollo, especialmente, como producto del acceso a la educación: “El incremento en el acceso a educación de la población, particularmente en mujeres, tiene un efecto que reduce la tasa de fecundidad de manera natural, ya que las mujeres están inmersas dentro de una institución que les provee conocimiento que las desvincula de un rol [únicamente] reproductivo”.

Por su parte, Couto indicó que, para aprovechar sus proyecciones demográficas, América Latina tiene dos vías. Primero, aprovechar los flujos migratorios: “Pueden llevar a muchísima gente joven a las economías ricas para generar lazos comerciales, económicos y de ahorro”. Por otro lado, “las empresas, las industrias, demandarán instalarse en aquellos lugares donde va a haber gente joven, eso es una ventaja competitiva enorme”.

A pesar de que América Latina tiene la “materia prima”, tiene jóvenes en edades productivas, Couto expresó que le “faltan una serie de condiciones: educación, formación y seguridad jurídica para que las empresas nazcan, crezcan y se desarrollen”. 

Por otro lado, Couto indicó que, las proyecciones indican que, “para 2050, el 25 % de la población mundial vivirá en África y se estima que, para finales de siglo, será casi el 40 %”. Esto hará que tengamos que “adaptarnos a las nuevas realidades”. Además, mencionó que, a su criterio, esta tendencia será difícil de revertir, pues “las políticas de incentivo a la natalidad no han funcionado”.

Respecto a los retos que enfrentan los sectores productivos que dependen de una población joven y si la migración desde países con menores oportunidades hacia países más desarrollados es una solución, Couto explicó que podría ser más fácil entre países que comparten similitudes culturales. Por ejemplo, “los lazos que unen a América Latina y España lo hacen mucho más fácil, como también lo es entre América Latina y Estados Unidos, pero en el resto del mundo es complicado”. También expuso el ejemplo de Dinamarca, donde se ha encontrado que, “la población migrante que llega de países mucho más pobres no alcanza niveles de productividad capaces de generar riqueza”.

Para finalizar, Couto resaltó que la forma de mitigar el desafío demográfico en países desarrollados será la automatización.

 

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¿Somos un mundo lleno de ignorantes?

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En el programa de esta semana, analizamos la falta de pensamiento crítico en un mundo sobre informado.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó planteando la pregunta: “¿cuántas de las decisiones que toma cada día están basadas en emociones o impulsos? ¿Dónde quedan el análisis racional o la justificación económica?” Señaló que, en un mundo con fácil acceso a la información, a menudo falsa o cuestionable, es común que grupos e intereses intenten manipularnos para influir en nuestras decisiones.

Como consecuencia de la sobreinformación y su manipulación, la ignorancia, un “rasgo común en la naturaleza humana, que ha sido siempre un virus presente en la historia de las naciones, se ha convertido en epidemia en el mundo de hoy”. Vencer esta situación es complejo, pues “lo fácil es creer lo que nos cuentan o hacer lo mismo que hacen los demás”.

Además, Gutiérrez destacó que otra amenaza son las burbujas generadas por las redes sociales: “En cada una, se consume y se cree la misma información que, por lo general, es distinta en cada burbuja y casi ninguna pasa los filtros de la verdad o la objetividad. Lo grave es que así se refuerzan la desinformación y la mentira, que cada día se cuestionan menos y, por eso, se refuerzan el fracaso, la derrota y la decepción”.

Por esta razón, subrayó la importancia de recordar que “la información no siempre conduce a la verdad. El poder no es sinónimo de sabiduría, ni da la razón, y mucho menos es dueño de la verdad. Por eso, la importancia de cuestionar, de dudar y desarrollar un pensamiento crítico”. Gutiérrez recordó cómo la manipulación de la información y del discurso ha causado daño y destrucción en la historia, como en el caso del nazismo y el estalinismo, y cómo el daño sigue siendo provocado por “distintas versiones del populismo autoritario, que son más de lo mismo con empaque distinto”.   

Para concluir, Gutiérrez hizo un llamado a recordar que “la libertad política y la libertad económica son inseparables, y que un sistema judicial independiente y eficiente garantizan nuestros derechos”, instando a no caer en la sumisión ni en la esclavitud.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Nelson Rauda, periodista y editor de contenido digital, y a Juan Ignacio Ardón, psicólogo clínico y catedrático universitario, sobre la indiferencia en las sociedades actuales y el impacto social de la desinformación. 

Rauda explicó que la razón por la cual vivimos en sociedad divididas en burbujas de información se debe a que esta se “prioriza para retener a la gente la mayor cantidad de tiempo posible”. Al haber un alto flujo de información, dijo, el intercambio comunicativo se complica.

Sobre por qué prevalecen los movimientos populistas y cómo sus discursos se propagan a través de las redes sociales, Rauda señaló que considera que “la gente ve a los populismos como más efectivos”. En el caso específico de El Salvador, subrayó que este fenómeno se ha dado, pero a largo plazo terminará “dañando a los salvadoreños”. 

Por otro lado, Rauda destacó que “cada vez es más difícil distinguir qué es verdad y qué es mentira”, y que los chismes y las mentiras se propagan con mayor facilidad. A esto agregó que,por esta razón, es más fácil hacer “los titulares más cortos, frases más cortas, que explicar lo que [realmente] pasa en el mundo”. También mencionó que es responsabilidad de los periodistas “hacer que lo importante sea interesante” y, sobre todo, informar correctamente a la población.

Para finalizar, Rauda enfatizó que enfrentar la desinformación y la mentira es “una responsabilidad individual”. Es necesario “tratar de cuestionar todo, de ejercer mentalidad crítica y tener escepticismo con todo lo que vemos en redes sociales”.

Por su parte, Ardón explicó que el consumo de contenido negativo, falso y manipulador tiene un efecto emocional en las personas: “No nos permite hacer buenos razonamientos, juicios correctos. Nos pone en una situación alejada del conocimiento y más apegada a riñas entre personas, entre opiniones. Por ende, nos lleva a aspectos mucho más emocionales y más aptos para dividirnos y más apto para manipulaciones que nos dividen entre buenos y malos”.

Respecto a los efectos de la ansiedad y la incertidumbre sobre el futuro, y cómo estas nos predisponen a aceptar soluciones fáciles y radicales, como las propuestas por los populistas y autoritarios, Ardón señaló que, en términos psicológicos, esto se debe a la falta de autoestima y la susceptibilidad a ser influenciado: “El populismo, por ejemplo, genera dos condiciones psicológicas. Primero, una connotación de evasión, me permite evadir la realidad, la cual creo que no puedo lidiar con ella. Segundo, genera una connotación de salvación, en donde otros van a hacer el trabajo por mí”.

Además, Ardón destacó que es fundamental promover el pensamiento crítico desde la infancia para evitar caer en manipulaciones. Este tipo de pensamiento implica entender que “toda la verdad debe ser probable, que se debe revisar la calidad de la evidencia, que una autoridad no necesariamente dice la verdad y, por último, que requiere de un esfuerzo individual y una mente activa para distinguir entre lo que es correcto y lo que no”.

Por último, Ardón señaló que los altos niveles de estrés y la crisis que esto genera en las personas tienen una incidencia directa en la atracción que genera el populismo, así como en las salidas radicales y violentas. Aseguró que tanto la sensación de malestar como la falta de juicio propician el populismo, que “es a la política lo que la comida rápida es a la alimentación: una respuesta rápida, que requiere poco esfuerzo y que genera la fantasía de que va a resolver el problema”.

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La lista de Bloomberg Línea destaca a los líderes latinoamericanos que están transformando el mundo en diversos sectores mediante la creación de valor, la promoción de valores e ideas innovadoras y la contribución al crecimiento económico en América Latina. De esta manera, se reconoce el impacto positivo que aportan a la sociedad.

 

Gutiérrez es reconocido junto a otros cinco guatemaltecos, incluida Adriana Ruano, quien ganó la primera medalla de oro olímpica para Guatemala.

Brasil, México, Argentina y Colombia aglutinan a 420 de los 500 líderes de la región.

Bloomberg resalta la destacada trayectoria de Dionisio Gutiérrez: “Empresario, sociólogo y comunicador guatemalteco, Gutiérrez es el actual presidente de la Fundación Libertad y Desarrollo. Asimismo, se desempeñó como presidente Corporativo de CMI (Corporación Multi-lnversiones), por tres décadas, y durante siete años fue presidente de la Cámara de la Libre Empresa. Por 20 años fue el director y presentador del programa de análisis y debate Libre Encuentro. Además, es miembro de múltiples consejos e iniciativas académicas internacionales. Cuenta con una Licenciatura en Administración de Empresas y una Maestría en Gerencia Internacional y Finanzas, y obtuvo un Doctorado Summa Cum Laude en Sociología y Ciencias Políticas por la Universidad Pontificia de Salamanca.” 

Además de presidir la Fundación Libertad y Desarrollo, Dionisio Gutiérrez dirige el programa de televisión, Razón de Estado, que se transmite por NTN24 en todo el continente americano, en canales de televisión y radio en distintos países de la región y en redes sociales.   

Bloomberg es una empresa global que presta servicios financieros y de información en todo el planeta.

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65 años de soledad

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En el programa de esta semana, analizamos la dictadura cubana.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó resaltando los 65 años de la dictadura cubana, “la más larga en la historia de América Latina”, y se preguntó cómo es posible que un grupo “se roben un país e impongan, con fusil en mano, una dictadura en la que quien desobedece o reclama, es encerrado en jaulas, es asesinado o forzado a emigrar”.

Gutiérrez destacó que la tiranía cubana no solo es una amenaza para quienes habitan en la isla, sino también para el Occidente libre: “desde La Habana se conspira y se sabotean las débiles democracias latinoamericanas”. Además, señaló que no debemos olvidar a los políticos latinoamericanos que son cómplices y facilitadores de “la sucia, tiránica y sanguinaria dictadura cubana”, como “Zapatero, Lula, AMLO, Evo Morales, Correa y Petro”. 

La respuesta del mundo libre es nula, ante lo cual debemos preguntarnos: “¿Van Nicaragua y Venezuela por el mismo camino? ¿Cuándo verán los pueblos cubano, nica y venezolano la luz de la libertad? ¿Se puede repetir alguna variante de ese modelo autoritario, antidemocrático y represivo en otros países del continente? ¿Qué países están en riesgo?”. Gutiérrez finalizó recordando que, si bien “libertad es el regalo más grande que nos dieron los cielos”, esta no se cuida sola. 

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Juan Claudio Lechín, economista y escritor, y a Magdiel Jorge Castro, periodista y activista de derechos humanos, sobre la dictadura en Cuba. 

Lechín considera que el mundo libre se ha olvidado de Cuba, en parte debido a la propaganda marxista que ha permeado en “los sectores académicos y artísticos”, los cuales han logrado “construir no solo una narrativa, sino una cosmovisión” en torno a las ideas comunistas.

Cuba atraviesa un momento de debilidad sin precedentes. Hay una crisis energética, huracanes y terremotos, con consecuencias humanitarias devastadoras. ¿Podría este ser un momento de esperanza para los cubanos, en el que la tiranía tenga los días contados? Para Lechín, esto es poco probable, pues considera que son tácticas utilizadas por la dictadura para reprimir al pueblo. Por ejemplo, destacó que los apagones son “un viejo recurso que se usa desde los años sesenta para hostigar y estresar al pueblo cubano y, finalmente, dominarlo u obligarlo a que se vaya”. Explicó que, al salir de la isla hacia Estados Unidos, el régimen se mantiene a través de las remesas que envían. 

En cuanto a si existen luchas y conflictos de poder dentro del régimen castrista, Lechín afirmó que, sin duda, los hay. Destacó que el régimen es “una estructura militar” y que “quienes manejan Cuba son las Fuerzas Armadas”. Por lo tanto, “tienen que haber problemas internos, porque el ser humano busca el poder”.

Sobre la influencia de Cuba en la región latinoamericana, Lechín señaló que se manifiesta a través del socialismo del siglo XXI. “Cambian al guerrillero heroico de las guerrillas de los años sesenta por el abogado y el movimiento social. En lugar de tomar el poder por vía de la violencia, la guerra santa revolucionaria la toman por vía de la democracia”.

Por su parte, Castro comenzó contextualizando la situación actual de Cuba: “La situación es crítica, porque en la crisis económica no ha habido un tiempo donde hay abundancia. También hay una crisis energética agravada con una falta de combustible total”.

Para Castro, el olvido de Cuba por parte del mundo se debe, en parte, al “romanticismo, casi siempre, de un sector afiliado a la izquierda, que ve en Cuba un depositario de sus frustraciones, de esa revolución que vino a romper un modelo que detestan. Pero la realidad, contada por los exiliados, es que no funciona y que ha sumido a mi país en el caos y en la crisis humanitaria más grande, junto a Venezuela, que tiene América Latina”.

Respecto a la doble moral de quienes critican los excesos de los gobiernos democráticos de derecha, pero no lo hacen con Cuba, Castro destacó que es una contradicción, pues en “Cuba no podrían hacer uso de esos derechos que tanto utilizan en América Latina; estarían todos presos”. También expresó no entender la doble vara de la izquierda en la región, que “no quiere para los cubanos los derechos que ellos disfrutan en las democracias liberales, que pueden ser muy imperfectas, pero en la que gozan de derechos políticos, como los vemos todos los días en América Latina, manifestándose libremente en las calles”. 

Por otro lado, Castro considera que ha habido un cambio en la actitud de los cubanos. A pesar de que “Cuba está bajo un estado totalitario de corte estalinista, donde la protesta social es prácticamente un suicidio desde el punto de vista social y político”, ver a los cubanos protestando ofrece esperanza, señaló.

Para finalizar, indicó que se estima que hay alrededor de 1,102 presos políticos en Cuba, “sometidos en condiciones muy críticas”.

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Vivir juntos los distintos, con respeto, en libertad

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En el programa de esta semana, analizamos el proceso de desglobalización que atraviesa el mundo y sus implicaciones.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre la interconectividad del mundo y los factores comunes que compartimos como humanidad: las necesidades, los sueños y las ambiciones. A pesar de los conflictos y los ciclos de retrocesos, subrayó que estamos cada vez “más comunicados, mezclados y relacionados”.

Sin embargo, señaló que hoy nos enfrentamos a un ciclo de desglobalización, caracterizado por la reducción del comercio mundial y el proteccionismo económico, lo cual, advirtió, “trae peligros graves a corto plazo”. No obstante, Gutiérrez afirmó que este ciclo, al igual que los anteriores, pasará, y que los verdaderos desafíos del mundo actual radican en “la degradación política” y en cómo el mundo “se hace cada vez más ingobernable”.

Para concluir, Gutiérrez recordó que “lo primordial, lo fundamental, el origen de la creación, es el individuo, su libertad individual y la responsabilidad” con la que la ejerce. Por ello, subrayó la importancia de aprender a “vivir juntos los distintos, con respeto, en libertad”, ya que es esto lo que permite construir especies duraderas y civilizaciones exitosas.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Héctor Schamis, economista y profesor universitario, y a Eduardo Fernández, doctor en ciencia política y profesor universitario, sobre el retroceso y desglobalización que atraviesa el mundo.

La desglobalización tiene distintas implicaciones, y una de ellas es el conflicto internacional. Schamis expuso que algunos analistas consideran que estamos ante la Tercera Guerra Mundial, “no solo por las múltiples guerras”, sino por la guerra en Ucrania, la cual es “sistémica”. Recordó que las guerras mundiales se han librado en Europa y que esta guerra en particular puede escalar fácilmente. Por ejemplo, mencionó la presencia de “armas y combatientes norcoreanos en Rusia” y señaló que, de ingresar a Ucrania, el presidente Biden ha dado “libertad para el uso de armas americanas, que hasta ahora no lo ha tenido”.

En el ámbito económico, Schamis expresó que la desglobalización “estanca la transmisión del conocimiento y, por lo tanto, estanca el crecimiento económico”. En su opinión, la globalización, al ser un fenómeno de carácter mundial, hace que ningún país tenga “la capacidad por sí mismo de detenerlo”.

Respecto a si China podría liderar un nuevo proceso de globalización, Schamis indicó que las tendencias apuntan hacia el unilateralismo, “en cuyo caso va a sufrir el espacio multilateral que es esencial para regular el comercio internacional”, impactando el crecimiento del mismo.

En el caso de América Latina, Schamis considera que el problema económico está más afectado por el “deterioro institucional, de las normas”, que por la desglobalización en sí. Si bien es cierto que “el crecimiento económico va de la mano de la globalización”, también es cierto que “la globalización va de la mano de instituciones que generen credibilidad y que reduzcan el riesgo del inversor”. En el caso de la región, no se ha “reducido el riesgo del inversor” por no contar con “instituciones robustas”, indicó.

Por último, respecto a la migración y los movimientos políticos en contra, Schamis subrayó que el “problema fundamental es que la globalización implica movilidad de recursos económicos, de bienes y servicios, de empleo, y el sistema internacional no tiene instituciones para enfrentar esta tendencia masiva” de migración. 

Por su parte, Fernández considera que estamos ante un proceso de desglobalización y que “son varias las tensiones que están afectando este proceso”. Por ejemplo, destaca el aumento del nacionalismo y el creciente proteccionismo económico”, los cuales forman parte de “la narrativa de actores políticos”. De este modo, se “están construyendo muros que impiden que la globalización avance de forma natural”, señaló.

En cuanto a las dimensiones de la globalización —el ámbito político internacional y el mercado— y en cuál de estas se ha sustentado, Fernández destacó que ambas están interrelacionadas bajo un mismo principio: "el intercambio global entre países".

Por otro lado, existe un debate político sobre la soberanía en el contexto de la desglobalización, un debate que, según Fernández, es erróneo. “Estamos mezclando temas, y eso suele ser gravísimo, porque al final, apelando a la soberanía, lo que estamos impidiendo es el desarrollo de acuerdos libres y voluntarios de naturaleza comercial entre personas que viven en distintos países”. Como consecuencia, habrá “menos oportunidades para todos”, advirtió.

Asimismo, se planteó que la desglobalización podría ser, en realidad, un problema más político que económico, con lo que Fernández está de acuerdo. A su juicio, este fenómeno se origina por “la incapacidad de las élites para lograr acuerdos y armonizar las relaciones entre distintos actores y países”. En este sentido, Fernández subraya que "la batalla de las ideas" es clave.

Finalmente, se planteó la premisa de que, al ser la globalización un fenómeno de interconexión, tiene un efecto pacificador en el sistema internacional. Al estar ante su retroceso, ¿podemos anticipar un aumento de los conflictos entre países? Fernández afirmó que "si dejamos de comerciar, las probabilidades de que surjan más conflictos de los que ya sufrimos aumentan".

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