Articulo largo

Razón de Estado: Cuarto Encuentro Ciudadano: Parte 1
13 Mar 2019

Esta semana presentamos el discurso de Dionisio Gutiérrez en el IV Encuentro Ciudadano, la Primera Encuesta Electoral de Fundación Libertad y Desarrollo y una entrevista con Tuto Quiroga sobre la situación política en Venezuela.

 

El IV Encuentro Ciudadano inició con unas palabras de Dionisio Gutiérrez sobre la situación política de Venezuela: “Venezuela vive momentos de lucha, de terror y de violencia. Pero son momentos de esperanza y de oportunidad porque en la tierra de Bolívar se escuchan gritos de libertad.” Aprovechó el momento y le brindó la bienvenida a Guatemala a la Embajadora María Teresa Romero, quien fue ovacionada por el público.

Después, Dionisio Gutiérrez brindó una conferencia sobre el fracaso de la política en Guatemala y los retos que enfrenta el país este año electoral. Según Gutiérrez, “después del gobierno de Colom y Torres pensamos que no era posible tener un gobierno más mediocre, más corrupto y más oportunista que aquel”, sin embargo indicó que con la llegada del Partido Patriota y de FCN-Nación se continuó con el debilitamiento de las instituciones y con la captura del Estado.

Una de las partes más aplaudidas de su discurso, corresponde a una serie de críticas que le dirigió al Presidente Morales: “La devastación institucional que usted está dejando es una amenaza para la democracia (…) Su plan de gobierno fue mantener la captura del Estado. Viola la constitución cada vez que le da la gana. Lejos de liderar el esfuerzo de la lucha contra la corrupción, lo destruyó; desmanteló los avances en la policía nacional y comprometió la seguridad ciudadana, con la complicidad del ministro de gobernación más mediocre y prepotente que hemos tenido en décadas. (…) Su gobierno, en lugar de fortalecer el Estado, dar brillo al sistema de justicia, confianza a la economía y alivio a los graves problemas sociales, se dedicó a decir mentiras, esconder sus delitos y proteger sus intereses.”

Posteriormente, Phillip Chicola, director del área política de Fundación Libertad y Desarrollo, presentó la Primera Encuesta Electoral para el año 2019, donde se evaluaron los temas que más preocupan a los guatemaltecos como la pobreza, la falta de empleo y la inseguridad. Así mismo se mostró la preferencia de voto de los ciudadanos para los candidatos a la presidencia, concluyendo que Sandra Torres (UNE), Thelma Aldana (Semilla) y Zury Ríos (Valor) ocupan los primeros tres puestos.

Por último, Dionisio Gutiérrez entrevistó al expresidente de Bolivia, Jorge Tuto Quiroga, sobre la situación política en Venezuela. Quiroga explicó que la situación en ese país “es quizá el caso de mayor destrucción que quedará en la historia de América Latina” y analizado junto al caso de Cuba y Nicaragua, “el orígen de los problemas de eliminación de la democracia, de acabar con instituciones independientes, de corrupción, de amordazar la prensa libre, es del continuismo que no admite alternativas en el poder.”

Concluyó que la única salida del pueblo venezolano es sacar al régimen cubano de sus tierras: “Maduro maneja el discurso de David contra Goliat al quejarse sobre una hipotética invasión militar Norteamericana -que no ha sucedido- para que la gente no se percate que lo que en realidad se tiene es una invasión cubana que están encarcelando y torturando militares en Venezuela para sostener el régimen a través de la represión total.”

Vea el programa completo aquí:

IV Encuentro Ciudadano: ¿Elecciones libres o democracia secuestrada?
11 Mar 2019

El miércoles 6 de marzo, más de 2,000 guatemaltecos asistieron al IV Encuentro Ciudadano, donde los expresidentes Luis Alberto Lacalle, Andrés Pastrana, Jorge Tuto Quiroga y Felipe Calderón hablaron sobre los retos de realizar elecciones libres en una democracia altamente influenciada por el crimen organizado y la corrupción.

 

El miércoles 6 de marzo del 2019 Fundación Libertad y Desarrollo organizó el IV Encuentro Ciudadano. En el evento participaron más de 2,000 guatemaltecos que acudieron a escuchar la conferencia de Dionisio Gutiérrez; el panel de los expresidentes Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Andrés Pastrana (Colombia), Jorge Tuto Quiroga (Bolivia) y Felipe Calderón (México); la presentación de la Primera Encuesta Electoral; y un panel de analistas nacionales sobre el panorama de las elecciones en el 2019. 

El evento inició con palabras de Dionisio Gutiérrez sobre la situación política de Venezuela: “Venezuela vive momentos de lucha, de terror y de violencia. Pero son momentos de esperanza y de oportunidad porque en la tierra de Bolívar se escuchan gritos de libertad.” Aprovechó el momento y le brindó la bienvenida a Guatemala a la Embajadora María Teresa Romero, quien fue ovacionada por el público: “Hace 42 días, la Asamblea legítima de representantes eligió a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela; y hoy, recién llegada a Guatemala, tenemos entre nosotros a su embajadora, legítima y única representante de Venezuela.”

Después, Dionisio Gutiérrez brindó una conferencia sobre el fracaso de la política en Guatemala y los retos que enfrenta el país este año electoral.  Según Gutiérrez, “Después del gobierno de Colom y Torres pensamos que no era posible tener un gobierno más mediocre, más corrupto y más oportunista que aquel.”, sin embargo indicó que con la llegada del Partido Patriota y de FCN-Nación se continuó con el debilitamiento de las instituciones y con la captura del Estado.

Una de las partes más aplaudidas de su discurso, corresponde a una serie de críticas que le dirigió al Presidente Morales: “La devastación institucional que usted está dejando es una amenaza para la democracia (…) Su plan de gobierno fue mantener la captura del Estado. Viola la constitución cada vez que le da la gana. Lejos de liderar el esfuerzo de la lucha contra la corrupción, lo destruyó; desmanteló los avances en la policía nacional y comprometió la seguridad ciudadana, con la complicidad del ministro de gobernación más mediocre y prepotente que hemos tenido en décadas. (…) Su gobierno, en lugar de fortalecer el Estado, dar brillo al sistema de justicia, confianza a la economía y alivio a los graves problemas sociales, se dedicó a decir mentiras, esconder sus delitos y proteger sus intereses.” 

Después de esto, Gutiérrez invitó a los expresidentes Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Andrés Pastrana (Colombia), Jorge Tuto Quiroga (Bolivia) y Felipe Calderón (México) a participar en el panel “¿Elecciones libres o democracia secuestrada?” en donde discutieron sobre los retos de realizar elecciones libres en una democracia altamente influenciada por el crimen organizado y la corrupción.

Andrés Pastrana habló sobre los peligros del narcotráfico en un sistema democrático: “Estamos llamando de forma errónea a los narcoestados, cuando son en realidad “Estados narcos” que promueven desde el gobierno el narcotráfico; es lo que pasa en Venezuela. Allí el señor Nicolás Maduro es el nuevo Pablo Escobar acompañado de la mano de Diosdado Cabello, el nuevo Chapo Guzmán. Maduro quiere desestabilizar la democracia de Colombia, Perú y Brasil, a través del narcotráfico, y de la mano se pasa llevando a Centroamérica. Creo que hoy hablar de elecciones libres, cuando tenemos la corrupción y el narcotráfico, es imposible. Por eso es importante que el pueblo guatemalteco se levante para condenar ese mal que corrompe su sociedad y se lleva de por medio a sus instituciones.”

Felipe Calderón por su parte, reflexionó sobre cómo el tipo de instituciones que se construyen afectan las posibilidades de desarrollo de un país: “Lo que determina la suerte de las naciones son los incentivos que la sociedad nos pone. ¿Qué prácticas tenemos en nuestra sociedad? Hay prácticas que son incluyentes, que permiten y establecen incentivos claros para que la gente pueda prosperar, trabajar y crecer; y hay prácticas extractivas, donde unos se aprovechan de otros. ¿Quiénes son? Las burocracias ineficientes, los sindicatos rentistas, la corrupción y el crimen organizado. Esas instituciones extractivas colapsan el desarrollo de los pueblos. Por eso es tan importante para Guatemala que se construyan instituciones incluyentes y la más importante, a mi juicio, es el Estado de Derecho. La legalidad nos permite resolver los problemas que nos indignan y nos afectan como la corrupción y la inseguridad.”

Después, Jorge Tuto Quiroga describió los cinco elementos que la democracia requiere y que, como ciudadanos hay que conservar a toda costa: “elecciones libres justas y transparentes; instituciones  independientes que trabajen para el Estado a largo plazo y no para los gobernantes de turno que requieren impunidad; tener una prensa libre; poder criticar y hacer oposición sin que las personas se vayan presas; y que los gobernantes cumplan con el tiempo en el poder que las constituciones indican, no deben modificarla para eternizarse en el poder.” 

Por último, Luis Alberto Lacalle hizo un llamado a despertar el patriotismo en el país: “¿Se sienten realmente ustedes los guatemaltecos patriotas por el país? Puede parecer una tontería, pero es la manera de sentirnos uno. Debemos dejar de lado el egoísmo individual para cultivar las virtudes colectivas. Claro que todo eso después hay que canalizarlo, y ponerle vestidura jurídica, pero cada lucha se empieza por el lado del corazón. A mí me parece que el patriotismo debe ser uno de los motores de la transformación que ustedes quieren para Guatemala.”

En el siguiente punto del evento, Phillip Chicola, Director del Área Política de Fundación Libertad y Desarrollo, presentó la Primera Encuesta Electoral para el año 2019, donde se evaluaron los temas que más preocupan al guatemalteco como la pobreza, la falta de empleo y la inseguridad. Así mismo se mostró la preferencia de voto de los ciudadanos para los candidatos a la presidencia:  Sandra Torres (UNE), Thelma Aldana (Semilla) y Zury Ríos (Valor) encabezan el listado.

Por último, un panel con los analistas nacionales Roberto Ardón, Phillip Chicola, Christians Castillo y Juan Luis Font, moderado por Edgar Ortiz, brindó conclusiones importantes sobre el panorama electoral en Guatemala, según la encuesta presentada por la Fundación.

Discurso de Dionisio Gutiérrez en el Cuarto Encuentro Ciudadano
09 Mar 2019

Discurso de Dionisio Gutiérrez en el IV Encuentro Ciudadanos, realizado el 6 de marzo de 2019. 

 

Hace unos días, cuando reflexionaba sobre las ideas y los temas que compartiría con ustedes esta mañana, me preguntaba cómo llegó Guatemala a este momento tan difícil; a este punto de tanto deterioro e incertidumbre. 

El año pasado cumplí 40 años de ser un activista. Mi despertar cívico fue antes de los 20 años, como estudiante, cuando me opuse públicamente a la dictadura militar y al movimiento marxista en los 70s y 80s.

Luego llegué a la Cámara de la Libre Empresa, desde donde inicié Libre Encuentro; hace casi 30 años; después de haber participado en el movimiento cívico que sacó del poder a aquel delincuente y aprendiz de dictador que está prófugo de la justicia en Panamá. Más tarde, desde nuestra Fundación, construimos proyectos que estamos desarrollando; y desde el programa de televisión, Razón de Estado, exponemos la realidad del país, y hacemos análisis y propuestas. 

Después de más de 40 años de activismo, me encuentro con un país que sigue igual de pobre, pero con más desorden, y agobiado por la angustia y la desesperanza; y encima, con una epidemia de desconfianza y confrontación.


Cuando reflexionaba sobre estos temas, recordé que vivimos tiempos marcados por el declive del hombre público, el desprecio por la política y la decepción en la democracia. Esto representa una grave amenaza para la estabilidad y el futuro de las naciones.

La causa del fracaso de los países está en la política. Y también, en la política está la solución. 

Por eso es imprescindible rescatarla y devolverle el brillo y prestigio necesarios para que tenga la fuerza y la autoridad para cumplir con la razón de su existencia.

Rescatar la política es una obligación ineludible de los ciudadanos. Sobre todo, de los jóvenes.

Hoy celebramos que nos acompañen casi 200 jóvenes de 17 y 18 años que pidieron participar en este evento.

Los saludamos y les pedimos que sean los ciudadanos que Guatemala necesita. Lo que corresponde es pedir su perdón por el país que les estamos dejando. Espero que, a sus hijos, ustedes les puedan contar una historia distinta.

Después del gobierno de Colom y Torres pensamos que no era posible tener un gobierno más mediocre, más corrupto y más oportunista que aquel; en el que se llegó al extremo que pretendieron perpetuarse en el poder después de malgastar cuatro presupuestos nacionales en programas clientelares que no sacaron a un solo pobre de la pobreza. 

Manipularon y secuestraron instituciones electorales y de justicia, persiguieron a críticos y opositores, y se atrevieron a ejecutar un divorcio fraudulento; como capítulos de una conspiración para llevar a Guatemala al chavismo y al tenebroso socialismo del Siglo XXI. Les falló su plan. No todos lo vieron y pocos lo recuerdan. 

Después de aquello, con las instituciones secuestradas por el Estado criminal que tiene a Guatemala prisionera, llegó el gobierno de Pérez Molina; que, como el anterior, siguió traicionando al pueblo que lo eligió, con otras formas de voracidad, ambición y cinismo. 

La casa presidencial siguió siendo una cueva de ladrones; y como tenía que ser, aunque no están todos los que son, sus ocupantes en 2015 terminaron en la cárcel; porque para su mala suerte, se puso las pilas “la C”. Aquí hay micrófonos, y el gobierno y algunas burbujas tiemblan cuando escuchan esa palabra… La CICIG. 

Los patrioteros quisieron robarse hasta las columnas del Palacio Nacional, pero se resignaban con los 4 años de gobierno. La UNE y Sandra Torres querían robarse el país entero; al mejor estilo del chavismo, o de Morales de Bolivia o del comandante de Nicaragua.

Y para la próxima elección, con máscara nueva, impunidad y los apoyos de siempre – los oscuros y algunos empresarios “de élite” – lo vuelve a intentar. Qué pena, Guatemala. 

Después de esos gobiernos, apareció “esto que tenemos”, que debió ser un gobierno de transición; pero nos lo quedó debiendo. 

Algunos gobiernos son peores que otros; el problema es el saldo negativo que van acumulando. Son realmente bandas de ineptos, pícaros y mafiosos, que asaltan el Estado; con suerte, de forma temporal.

 Algunos países en América del Sur se descuidaron y los bandidos se quedaron en el poder más tiempo de la cuenta; pero los pueblos de Venezuela, Nicaragua y también Bolivia, están preparando las escobas para limpiar la basura y sacar a sus tiranos a escobazos.

El gobierno de Morales, el de Guatemala, se ha ganado la calificación de inmoral, deshonesto, incapaz y, entre otras flores, cómplice del crimen organizado. 

Con su permiso, quisiera dirigirme al presidente. Señor presidente, déjeme decirle cuatro cosas:

La devastación institucional que usted está dejando es una amenaza para la democracia, para el Estado de Derecho y para la libertad de la nación.

Su plan de gobierno fue mantener la captura del Estado. Viola la constitución cada vez que le da la gana.

Lejos de liderar el esfuerzo de la lucha contra la corrupción, lo destruyó; desmanteló los avances en la policía nacional y comprometió la seguridad ciudadana, con la complicidad del ministro de gobernación más mediocre y prepotente que hemos tenido en décadas. 

Así es, presidente. Durante estos casi 4 años de vergüenza, Guatemala bajó en casi todas las calificaciones.

Su gobierno, en lugar de fortalecer el Estado, dar brillo al sistema de justicia, confianza a la economía y alivio a los graves problemas sociales, se dedicó a decir mentiras, esconder sus delitos y proteger sus intereses.

Faltan 10 meses para que esta pesadilla termine; sin ninguna garantía de que otra no vaya a empezar. Solo esperamos que cuando ustedes se vayan, presidente, se encuentren con la justicia y el Estado de Derecho que tantas veces han violado.

Las causas de que nuestra sociedad esté debilitada y enfrentada están en la pequeñez de nuestra política, el oportunismo de sus dirigentes, la complicidad y la indiferencia de las élites, en especial la élite económica; y la corrupción que ha destrozado nuestra democracia y debilitado sus instituciones. 

Grupos marginales pero poderosos de la sociedad están perdidos en sus miserias y egoísmos; en la indiferencia y la frivolidad.

Y las grandes mayorías se dejan llevar por la desinformación, la descalificación y los prejuicios; y hoy, somos esclavos de la desconfianza. Nos cuesta creer en algo o en alguien. 

Hemos construido una clase política inservible; un reflejo de nuestras élites, una manifestación de la quiebra moral y la decadencia de tanto bandido que se hace llamar político.

Demasiados de los candidatos a alcaldes, diputados y presidentes son delincuentes; y deberían estar en la cárcel. Pero representan intereses que son parte de una cultura que debe cambiar.

Votamos, pero no elegimos.

Estos son los síntomas de la verdadera tragedia de Guatemala: el subdesarrollo político. También lo llaman el fracaso de las élites o la decadencia de la aristocracia hereditaria, ya sea ésta, política, ideológica o económica. 

Gente egoísta y vulgar a la que tocó llegar a posiciones que no llena ni entiende. Y es precisamente en la política donde causa devastación.

Promulgan leyes que no cumplen, fundan instituciones que no respetan, y a la sombra de la defensa de una falsa soberanía, niegan y esconden el secuestro del Estado y el grado de criminalización que ha alcanzado la política. 

Tenemos candidatos de ocasión, que aparecen cada 4 años; y lejos de proponer un proyecto de Estado y señalar los errores del gobierno, la mayoría son sus cómplices; y ofrecen lo que saben que no van a cumplir, para ganar una elección; sin la más mínima idea de lo que es gobernar.

Estos escenarios son el preludio de los caudillos que terminan de dictadores.

En nuestro sistema de educación, más de un millón de niños no van a la escuela porque están destruidas; y los que van, tienen hambre y no aprenden. Las causas: abandono, corrupción y la más infame dirigencia sindical que país alguno haya visto; con un delincuente al mando cuyo nombre no diré para no ensuciar las paredes de este salón. 

Son nuestros niños, nuestro futuro, quienes llevan años pagando las consecuencias del egoísmo y la ambición de este desagraciado; con la complicidad de los más desgraciados presidentes que han sido sus cómplices; como el actual, para fines políticos; y lo que han hecho es asesinar el futuro de más de una generación.

Tenemos casi dos millones de jóvenes con DPI que no están empadronados. Y hablando con algunos de estos muchachos hace unos días, me decían que no creen en la política y menos en los políticos. Me decían que se dedican a resolver los problemas del diario vivir; que, para ellos, son muchos. 

No es fácil vivir en un país desbordado por la violencia; capaz de generar solo 25,000 empleos formales al año, frente a más de 200,000 jóvenes que, también cada año, llegan a edad de trabajar.

No es fácil vivir en un país donde el 50% de sus jóvenes fue afectado por la desnutrición crónica y que, entre muchas de las consecuencias, solo el 7% tiene acceso a la educación superior.

No es fácil vivir en un país que está entre los últimos 3 lugares del continente en todas las calificaciones socioeconómicas.

La economía no crece lo suficiente para crear oportunidades para todos y la emigración es cada día más difícil. Somos una economía de consumo con dinero de remesas. Un modelo económico que, menos mal existe, pero es insostenible. 

Somos un país que produce pobreza; y la pobreza y la desigualdad amenazan con romper la frágil estabilidad en que vivimos.  Debemos entender que un país no es viable cuando unos pocos estamos bien en una sociedad donde cada vez, más, están peor.

Las Reformas Políticas del Estado, que gobierno, Congreso y élites nunca promovieron, el veto sin propuesta de grupos poderosos y la crítica al sistema de justicia por sus defectos, pero la negación para renovarlo, son la prueba irrefutable del egoísmo y la negligencia que pueden llevar a Guatemala a la era de las cavernas. 

No somos una democracia representativa; somos una democracia de poderes periféricos, algunos de ellos oscuros y criminales; otros que responden solo a intereses económicos, y por eso se proyectan parciales y egoístas; y otros, que solo responden a intereses ideológicos y necesitan del conflicto para sobrevivir.

Un Estado republicano se debilita con estos desequilibrios y despropósitos; que solo se corrigen con Estado de Derecho y democracia; no con el atropello a la independencia de poderes. 

¿Cómo es posible que seamos una nación que se fundó entre próceres notables e ideas liberales, en un contexto pacífico y progresista, para dar la independencia a un pueblo que, con el paso de los años, la convirtió en su desgracia? 

Lejos de haber construido una democracia de instituciones y de ley, vivimos un subdesarrollo político humillante y vergonzoso. 

Tenemos 27 partidos políticos, en su mayoría, financiados por la corrupción y el narcotráfico; y en junio, probablemente veremos 26 candidatos presidenciales, la mayoría improvisados y de última hora, al mejor estilo de los países africanos más atrasados. 

Seguimos jugando a la lotería con el destino de nuestro país. Al cara o cruz en cada proceso electoral. 

¿Se pueden celebrar elecciones libres en estas condiciones? ¿Somos una democracia capturada?

Algunos llaman a estos datos, reflexiones y proyecciones “visión pesimista”; como si por eso dejaran de ser verdad.

La nación pasa por un momento de incertidumbre, frustración y desesperanza. Por un momento de suma gravedad que no permite proponer ni prometer soluciones fáciles. 

Quien lo haga no construye democracia; practica la demagogia.

El problema es que el tiempo se nos acaba; y hoy, más que indispensable, es urgente la reforma política del Estado; en especial, las reformas al sistema de justicia y la ley electoral.

De esto depende la estabilidad, la convivencia y la sobrevivencia misma del Estado.

Cada cuatro años desempolvamos la democracia para luego olvidar nuestras responsabilidades ciudadanas. Y en vez de ser ciudadanos activos, somos testigos pasivos de gobiernos que desgobiernan y secuestran el presente y el futuro de la nación.

Necesitamos reivindicar el respeto en nosotros mismos y demostrar al mundo que somos una nación posible, civilizada y con voluntad de progreso. Y para eso, es indispensable el compromiso del ciudadano y su ingreso a la mesa pública del debate de las ideas y las propuestas. 

Fundación Libertad y Desarrollo es un tanque de pensamiento con capacidad de análisis y propuesta; y en cada oportunidad que tenemos, insistimos en que Guatemala necesita Partidos Políticos que son instituciones sólidas, respetables, permanentes, democráticas y transparentes. 

Sostenemos que el fundamento de la sociedad liberal lo constituyen partidos fuertes y ciudadanos presentes, un sistema electoral cristalino, poderes y cortes independientes, libertad económica y orden fiscal. 

Estamos convencidos que necesitamos movimientos de izquierda liberal que hablan de respeto a la propiedad, la competencia y la productividad; y movimientos de derecha liberal que hablan de programas sociales y solidaridad. 

Necesitamos partidos que se alternan en el poder y dan continuidad a políticas públicas que responden a un modelo de desarrollo gestionado por una tecnocracia profesional y permanente. 

Una tecnocracia formada en una buena Escuela de Gobierno, con valores y excelencia. 

Para lograr esto, es imperativo que los partidos políticos recuperen el respeto y la autoridad como interlocutores entre pueblo y Estado; y que sean la primera línea de defensa para preservar la democracia y la república. 

La sabiduría y la honradez que necesitamos para enfrentar los extraordinarios desafíos de la nación parecen distantes e inalcanzables, pero a pesar de todo; a pesar de cualquier cosa, debemos intentarlo. 

Guatemala es nuestra tierra, Guatemala es nuestro hogar; y por eso, con optimismo, ilusión y compromiso, démonos la oportunidad de enfrentar estos retos juntos, como ciudadanos de una nación con destino común y como herederos de una cultura y unos valores que debemos honrar. 

Como las sociedades exitosas, encontremos en la Democracia liberal y republicana con Estado de Derecho el camino a la libertad y al desarrollo integral de la nación. Alcemos la mirada y veamos más allá; donde ponen la vista los hombres y mujeres de Estado. 

Alcemos la voz y pidamos la palabra para dar el grito ciudadano que exige justicia y seguridad, que pide condiciones para construir oportunidades para todos, que demanda un Estado digno, respetable y respetado; un grito ciudadano que se escuche en el mundo entero, y que, con claridad indiscutible afirme que Guatemala quiere vivir en democracia y libertad.

Dionisio Gutiérrez Ciudadano guatemalteco

Guatemala, 6 de marzo de 2019

 ¡Qué vivan la libertad y la democracia en Venezuela!

 ¡Y en Guatemala también!

 

Venezuela: libertad y democracia ¡ya!
27 Feb 2019

Esta semana en Razón de Estado, Dionisio Gutiérrez entrevista al economista y escritor Moisés Naím sobre la crisis de Venezuela y las opciones para derrotar al régimen de Nicolás Maduro.

 

En su editorial, Dionisio Gutiérrez habló sobre la situación política en Venezuela: “Lo que ha vivido Venezuela en los últimos 20 años, a manos de una banda despiadada de tiranos, es el suicidio de una nación, que hoy regresa a la vida.  Venezuela, el país más rico de América Latina, fue arrastrado a los escombros (...) la Asamblea legítima y el presidente Juan Guadó, al lado del valiente pueblo venezolano, libran lo que podría ser la batalla final, por su democracia, por su libertad”.    

Cuestinó la negativa de distintos líderes políticos en el mundo a una intervención militar y aseguró que “una intervención inteligente, tecnológica y definitiva” es el camino para la libertad.

Concluyó con un mensaje de esperanza y optimismo: “Desde esta tribuna reiteramos nuestra apoyo y solidaridad al heroico pueblo venezolano; convencidos de que la democracia y libertad, serán pronto, otra vez, una realidad en la tierra de Bolívar”.               

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Moisés Naím sobre los retos que enfrenta Venezuela y la forma en que deberá ser reconstruida después de la catástrofe y destrucción que significó el Régimen Chavista.

Naím inició explicando las discusiones alrededor de la intervención militar en Venezuela: “Cuando la gente piensa en intervencion militar,  piensa en Normandia, Irak o Panamá y yo creo que ese esquema hay que repensarlo. No veo ningún gobierno de América Latina o a Estados Unidos poniendo en peligro la vida de sus soldados para rescatar la democracia en Venezuela. Sin embargo, es perfectamente imaginable que hay tecnología que no implica el despliegue de fuerzas armadas. Yo creo que Maduro y sus socios están preocupados porque saben que esto se avecina”.

Además aseguró que Guaidó tiene un rol importante en todo lo que está sucediendo en su país: “Él llega a este cargo sobre los hombros de héroes, de líderes de la oposición venezolana. Todos los que han sido acusados, ofendidos y han sido parte de este movimiento. Él los encarna de alguna forma y ha logrado despertar la esperanza de un pueblo desmoralizado, entristecido, deprimido y sin mayor deseo de salir adelante. Ahora el pueblo está emocionado.”

En la entrevista también habló sobre el lanzamiento de su novela “Dos espías en Caracas” y la forma en que entrelaza realidad y  ficción, para contar la situación de Venezuela en los últimos 20 años: “Es un experimento, es mi primer libro de ficción. Tomé parte de la realidad que he estado investigando desde hace mucho tiempo y que he plasmado en varios libros y ensayos. Siempre tuve la sensación que no estaba contando todo, pues mucho estaba sucediendo de forma furtiva, entonces decidí que lo iba a contar mediante la ficción. Hay párrafos completos que parecen ser inventados por mí, pero existen; en un libro de ficción tengo la libertad de decir lo que pienso”.

Por último, Paul Boteo moderó el debate entre Enrique Naveda, Juan Luis Font y José Echeverría sobre las similitudes del contexto actual de Guatemala y las condiciones que propiciaron la llegada de Hugo Chávez al poder en la Venezuela de los años noventa.

 

Puede ver el programa completo aquí:

Razón de Estado: El Estado criminal contra los jueces
20 Feb 2019

Esta semana en Razón de Estado hablamos sobre la cooptación del Sistema Judicial del país y los ataques a los jueces que han demostrado independencia en sus resoluciones.

Dionisio Gutiérrez inició su editorial explicando que “la paz, la seguridad y la prosperidad de las naciones están fundadas en la Justicia y los valores que la hacen una realidad efectiva, infalible e intachable”.

Sin embargo, expuso también el frágil sistema judicial y las amenazas que han recibido los jueces en el país: “El gobierno es el responsable, algunas élites le apoyan y niegan la realidad; la gente indefensa las desprecia; a los cómodos poderosos no les importa. Pero el país se hunde cada día más. El gobierno viola y deshonra la Constitución cada vez que le da la gana. Se persigue, se amenaza y se agrede a los jueces probos e independientes, se les quita protección, se les ofende y se les abandona. Así está Guatemala”.

Además, denunció las acciones cometidas por el Ministerio de Gobernación para debilitar la Policía Nacional: “Los pocos avances que se habían logrado en la policía han sido desmantelados por la gobernación más incapaz que se haya tenido y por los intereses más oscuros y espurios que se pueda imaginar”.

Después Dionisio Gutiérrez realizó una entrevista a los abogados Stuardo Ralón y Elvín Díaz sobre el estado y la profesionalización de la carrera judicial en el país.  

Stuardo Ralón indicó que Estamos viviendo una crisis en el sistema de justicia completo. La independencia judicial es la obligación que tienen los jueces de respetar únicamente la Constitución y las leyes. Se ha visto amenazada de diferentes maneras como la de generar presiones mediáticas para que los jueces resuelvan de cierta forma”.

Esvin Díaz por su parte, reflexionó sobre el debilitamiento que está sufriendo la Policía Nacional: “Estamos hablando de regresar al estado de situación en el que estábamos antes de que se creara Cicig. Este gobierno se dirige en esa línea, desmantelando todos los avances en material policial; demuestra el interés criminal de cooptar la fuerza policial.”

Ambos coincidieron en que es importante la participación de más guatemaltecos en política,  pues al no participar se ceden espacios a otros actores, lo cual resulta en un sistema cooptado como el nuestro. Ralón concluyó que “a la participación también hay que dejar de verla con intereses netamente gremiales. Necesitamos entender que el compromiso no es con el gremio, sino con el país”.

En el siguiente segmento Edgar Ortiz moderó un debate entre María Fernanda Galán, Francisco Gallardo y Javier Monterroso sobre las amenazas a jueces en Guatemala.

Por último Dionisio Gutiérrez brindó un análisis sobre el sistema de justicia y la independencia judicial en el país: “Ocupamos uno de los 48 peores puestos del mundo en el indicador de independencia judicial. Hay causas y excusas, pero una de ellas es que no hemos sido capaces de hacer las reformas que fortalezcan el Sistema de Justicia (...) Apenas el 27% de los guatemaltecos confía en que el sistema de justicia los protegerá si son víctimas de un hecho criminal; y peor aún, el sistema ni siquiera garantiza la integridad de sus propios jueces”.

Puede ver el programa completo aquí: 

IV Encuentro Ciudadano: ¿Elecciones libres o democracia secuestrada?
19 Feb 2019

Los expresidentes Felipe Calderón (México), Andrés Pastrana (Colombia), Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Jorge Tuto Quiroga (Bolivia) y el excandidato presidencial Diego Arria (Venezuela), se reunirán en el Cuarto Encuentro Ciudadano para hablar sobre los retos de realizar elecciones libres en una democracia altamente influenciada por el crimen organizado y la corrupción.

 

A cuatro meses del proceso electoral 2019, Fundación Libertad y Desarrollo le invita al Cuarto Encuentro Ciudadano: ¿Elecciones libres o democracia capturada? 

El evento consistirá de un panel moderado por Dionisio Gutiérrez, presidente de Fundación Libertad y Desarrollo, con la participación de expresidentes latinoamericanos: 

  • Luis Alberto Lacalle, presidente de Uruguay (1990-1995).
  • Andrés Pastrana, presidente de Colombia (1998-2002).
  • Tuto Quiroga, presidente de Bolivia (2002-2003).
  • Felipe Calderon, Presidente de México (2006-2012).
  • Diego Arria, político venezolano en el exilio.

 

Y la presentación de la encuesta electoral de marzo 2019 con la participación de analistas nacionales:

  • Roberto Ardón, Director ejecutivo del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF)
  • Christians Castillo, Encargado del área socio-política del IPNUSAC
  • Phillip Chicola, Director del área política de Fundación Libertad y Desarrollo.
  • Juan Luis Font, Periodista
  • Edgar Ortiz,  Director del área jurídica de Fundación Libertad y Desarrollo. 

  

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Razón de Estado: Partidos Políticos: ¿sinónimo de corrupción y crimen organizado?
13 Feb 2019

Esta semana en Razón de Estado hablamos sobre cómo los partidos políticos se convirtieron en vehículos del crimen organizado y las redes de corrupción, para cooptar el Estado de Guatemala.

En su editorial, Dionisio Gutiérrez habló sobre las bandas criminales que “forman partidos politicos para llegar al poder”, financiados por el “narcotráfico y la corrupción” con el fin de “capturar el Estado”.

Aseguró que “los partidos políticos perdieron la legitimidad y el respeto de los ciudadanos” y que al llegar cada año electoral “la oferta de candidatos, además de excesiva, en su mayoría es mediocre y oportunista” a pesar que “los partidos deben ser la primera línea de defensa para preservar la democracia”.

Concluyó recalcando la importancia de la partícipación ciudadana: “Con la ilusión y el compromiso de construir un país digno y orgulloso, venzamos las dificultades y afrontemos con entusiasmo el gran reto de nuestro tiempo que es consolidar la democracia y vigorizar la operatividad de sus instituciones”.   

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Pablo Casado, presidente del Partido Popular de España, sobre los retos que enfrentan los nuevos líderes políticos en Iberoamérica.

Casado inició explicando su preocupación por las amenazas que están teniendo las ideas liberales en Europa y el mundo: “Estamos viendo que Europa está siendo amenazada con los populismos hacia la extrema izquierda en los países del sur; y hacia la extrema derecha en los países del norte y el centro. En general también con una política “light” en la que el tuit, la inmediatez y las soluciones mágicas para problemas complejos, acaban engañando a la gente”.

Dijo que “se debe dejar claro que la política es un instrumento, no un fin, para mejorar la calidad de vida de las personas” y que la renovación de los partidos políticos actuales “no necesariamente debe ser una renovación de edad, sino de ideas”. Por esta razón explicó que “la batalla ideológica es fundamental para saber qué ideas han tenido los mejores resultados en los países y tener proyectos de futuro”.

Terminaron la entrevista hablando sobre la situación de Venezuela, donde Casado compartió su posición sobre el papel que España debería cumplir contra las dictaduras de América Latina: “No entiendo por qué España no está en el Grupo de Lima para denunciar en la Corte Penal Internacional a Maduro y cómo el gobierno de España no está abanderando las sanciones en la Unión Europa contra los gerifaltes venezolanos corruptos que han matado a su población. Hay que forzar ya una salida democrática en Venezuela y Cuba; y evitar la espiral dictatorial en Nicaragua”.

Después, Paul Boteo moderó el debate entre Adrian Zapata, Phillip Chicola y Jesús María Alvarado sobre los partidos políticos en Guatemala y su relación con el crimen organizado.

En el último segmento, Dionisio Gutiérrez brinda un análisis sobre los partidos y organizaciones políticas en el contexto electoral guatemalteco: “En 33 años de democracia, han desfilado 85 partidos, con una vida promedio de 12 años. Es decir, en poco más de una década, un partido político nace, crece, se reproduce y muere (...) Todas las propuestas, sin excepción, son más de lo mismo; proyectos improvisados, sin visión de país, que aspiran a satisfacer el ego de ciertos personajes, o lo que es peor, son meros vehículos de criminales que quieren seguir saqueando al Estado.”

Vea el programa completo aquí: 

 

 

Unas elecciones diferentes: nuevas reglas y nuevas dinámicas políticas
11 Feb 2019

Estas elecciones tendrán una serie de características bastante atípicas como consecuencia de una serie de reformas normativas que por primera vez serán implementadas.

 

La convocatoria a elecciones generales del viernes 18 de enero, marcó el inicio formal del proceso electoral 2019 en Guatemala. Un proceso electoral, que vale recordar, definirá el futuro del proceso de cambio político que se inició en 2015 derivado de los casos judiciales de alto impacto que han trastocado los cimientos de un sistema político cooptado por la corrupción. Las elecciones definirán si el proceso de cambio continúa, se profundiza, y eventualmente se institucionaliza; o, si por el contrario, los avances alcanzados se revierten y el sistema entra en un proceso de restauración.

Por si fuera poco, estas elecciones se realizarán en el marco de una crisis política caracterizada por el enfrentamiento institucional entre los Organismos Ejecutivo y Legislativo con la Corte de Constitucionalidad y la Procuraduría de Derechos Humanos. Además del conflicto legal-internacional derivado de los esfuerzos del Gobierno por terminar de forma anticipada el mandato de CICIG. Todo ello, coronado con un escenario de polarización política entre los actores políticamente relevantes.

En este contexto, estas elecciones tendrán también una serie de características bastante atípicas como consecuencia de una serie de reformas normativas que por primera vez serán implementadas. A ello agreguemos, una serie de cambios políticos que se han generado en los últimos años.

1) El Nuevo Calendario Electoral:

El primer gran cambio es el nuevo calendario electoral. Desde 2007 a la fecha, el proceso electoral en Guatemala arrancaba en mayo; la primera vuelta ocurría a principios de septiembre. Y la segunda vuelta durante los últimos días de octubre y primeros de noviembre. A esto, sumemos que aún si la campaña política se circunscribía legalmente de mayo a noviembre, la mayoría de partidos realizaba campaña anticipada, por lo menos, con seis meses de anticipación.

Esto cambió. En este 2019, la convocatoria a elecciones se realizó en enero, con la primera vuelta programada para el 16 de junio y la segunda para el 11 de agosto.

Dentro de este nuevo calendario, una modificación relevante es la división del proceso en dos fases: 1) la fase administrativa de inscripción de candidatos del 19 de enero al 17 de marzo; y 2) la fase de campaña política del 18 de marzo hasta el 14 de junio (36 horas antes del día de la primera vuelta).

De entrada, este nuevo calendario genera un escenario de transición similar al de México: tendremos un Presidente electo desde mediados de agosto coexistiendo con un Presidente saliente, durante cinco meses. Predecir desde ya los efectos de esta convivencia resulta complicado. Pero de experiencias similares, como la mexicana, es evidente que el poder real, la atención mediática y la agenda política se traslada gradualmente hacia el Presidente electo en detrimento del saliente.

Otro efecto del nuevo calendario es la reducción efectiva del tiempo de campaña. Anteriormente, la campaña tenía una duración legal de 120 días; ahora, la campaña se reduce a 90 días. Y si a ello le agregamos que dado el endurecimiento de las sanciones electorales, este 2019 marcó el primer proceso electoral en que no hubo campaña anticipada.

 

2) Acceso equitativo a espacios de publicidad en medios de comunicación:

 En segundo término, esta elección tendrá nuevas reglas en relación con la publicidad de campaña. Anteriormente, existía libertad de contratación de pauta. Los partidos políticos y terceras personas tenían absoluta libertad para contratar vallas y spots en medios de comunicación. Esto provocaba que, naturalmente, los partidos con más acceso a recursos tenían más publicidad.

Esto cambió. La implementación de una normativa de compra centralizada y acceso equitativo de espacios publicitarios implicará que las más de veinte agrupaciones políticas tendrán exactamente el mismo acceso a spots radiales y televisivos.

A ello agreguemos que dado que la Ley Electoral obligaba a los medios a vender la pauta a un 20% del valor comercial, prácticamente ninguno de los consorcios mediáticos, tanto televisivos como radiales del país, se inscribió para ser recipiendarios de publicidad. Por el contrario, la mayoría de medios inscritos son cables regionales, radios locales y uno que otro periódico descentralizado. Por si fuera poco, el Tribunal Supremo Electoral ha señalado que existe un tope para el uso de vallas publicitarias de los partidos políticos: 12 para ser exactos.

Esto implica que la campaña publicitaria será bastante limitada. Y que la exposición mediática de los candidatos en los medios más relevantes, será prácticamente en foros, entrevistas y programas de discusión. Es decir, será una campaña bastante silenciosa para los estándares guatemaltecos.

3) Reducción del techo de campaña; y depresión del financiamiento electoral privado:

 Una tercera variable en esta ecuación está relacionada con el techo de campaña. La reforma electoral del 2016 redujo el techo del financiamiento privado de campañas, de $1.00 a $0.50 por ciudadano empadronado. Si en 2015, el techo de campaña rondó los 58 millones de quetzales; en este 2019, estará entorno a los 29 millones de quetzales. Por si este cambio normativo no fuera relevante, agreguemos una nueva dinámica política. Derivado de los casos judiciales 2016-2018, en los cuales se señaló a empresarios, sociedades anónimas y personajes relevantes por financiamiento electoral ilícito, es relativamente predecir que la disponibilidad de recursos financieros privados para la campaña estará limitado.

Si bien las normativas relacionadas al acceso igualitario a medios y algunos elementos de la regulación sobre el financiamiento privado han sido objeto de acciones de inconstitucionalidad, pareciera que la Corte de Constitucionalidad no emitirá sentencia en las siguientes semanas. Lo que implica que seguramente llegaremos a la campaña con las reglas vigentes.

El efecto político de todo ello es fácil de identificar. Se vuelve más complicado para los candidatos menos conocidos alcanzar “conocimiento universal”. Y si un candidato no es conocido, sencillamente no tiene posibilidades reales de ganar la elección.

Esto implica también que el mayor activo para un candidato en esta elección es tener una imagen ya posicionada, y un capital político establecido. Construirlo de cero, será difícil; porque no habrá ni recursos, ni medios, ni tiempo. 

4) Clientelismo y campaña:

 Una cuarta dinámica atípica será el efecto de la movilización en tierra. En 2011, la campaña electoral a nivel rural se definió en términos de dos ejércitos de votantes (UNE y Patriota) que fueron movilizados los días de la elección. Mientras la UNE apeló a movilizar a sus redes comunitarias, generadas a través de los programas de Mi Familia Progresa; el Patriota intentó hacer lo mismo con el modelo de las Células Patriota "un sistema piramidal en el que se buscaba contar con un mecanismo para organizar grupos de 100 personas para llevarlos a votar".

Pero para 2015, resultó que la movilización en tierra fue un factor secundario. El Partido Patriota (en ese momento el oficialista) recurrió al clientelismo de Estado, pero la implosión del Gobierno de Pérez Molina fue mucho más importante que las prebendas. Líder, de Manuel Baldizón, recurrió a regalar de todo. Pero al final, el anti-voto y el rechazo al entonces candidato “favorito” fue muy grande como para que el clientelismo fuese un factor de elección. Y la UNE, sin acceso a recursos del Estado, tuvo que apelar al “recuerdo” de los programas sociales, y no pudo aceitar su maquinaria electoral.

Y si bien la investigación ha sido bastante raquítica en cuanto a los efectos del clientelismo en la elección 2015, algunos analistas han sostenido que la competencia entre maquinarias clientelares minimizó el efecto de las mismas en el comportamiento efectivo del votante. O dicho de forma coloquial, el ciudadano le recibe a todos, pero no necesariamente vota por quien le da prebendas.

Predecir si 2019 será más como 2011 o como 2015 resulta muy difícil a estas alturas del juego.

Conclusión:

Una campaña política más corta, sin campaña anticipada. Una campaña electoral sin mayor publicidad ni exposición mediática. Una campaña política más austera. Y unas maquinarias electorales que no tienen certeza si el clientelismo se traduce en votos.

Estas dinámicas generales provocan una crisis del modelo tradicional de cómo ganar elecciones en Guatemala. Esa crisis del modelo de cómo ganar elecciones genera un reto estratégico relevante para todos los partidos competidores. ¿Cómo ganar una elección cuando todos los mecanismos tradicionales para hacerlo cambiaron? ¿Cómo dar a conocer a mi candidato sin acceso a publicidad? ¿Cómo movilizar votantes si el clientelismo ya no es la gasolina de las maquinarias electorales?

Quien mejor resuelva esas interrogantes, tendrá una ventaja competitiva de cara a las elecciones. Pero quien no logre hacerlo, sencillamente no será competitivo. Por ello, a menos que un partido y su candidato tengan niveles relevantes de capital político establecido (medido en función a la relación de conocimiento y simpatía entre los votantes), resulta relativamente fácil empezar a descartar candidatos que simplemente no tendrán las herramientas para ser competitivos.

Por lo anterior, esta campaña parece estar diseñada para favorecer a personajes que ya cuentan con un capital político relevante. Y la carrera electoral parece que se definirá en función a esa relación de conocimiento-simpatía, y la capacidad de los candidatos de conectar con las demandas y necesidades del electorado.

Razón de Estado: Los jóvenes: su destino es salvar al Estado
06 Feb 2019

Esta semana en Razón de Estado hablamos sobre la importancia del involucramiento de los jóvenes en política.

Recordando las batallas por la libertad en el siglo pasado, Dionisio Gutiérrez resaltó el papel que jugó la juventud en estas: “Un grupo de jóvenes quezaltecos que decidieron participar en política para defender la constitución, pelearon y murieron en manos del gobierno autoritario de aquella época. Fueron enterrados en una fosa común y en su tumba quedó grabado un epitafio que dice: “Su amor por la libertad los hizo héroes, su odio a los tiranos los hizo mártires”.

Contrastó esas gestas civicas, con el presente de la política guatemalteca que “con el paso de los años, se convirtió en una desgracia” e hizo una reflexión sobre la importancia de renovar líderazgos para el desarrollo de un país: “Son muchas las consecuencias que ha provocado nuestra incapacidad para enfrentar el gran desafío que es la renovación ciudadana; y la más grave es que nuestro modelo político está agotado”

Por último hizo un llamado a los jóvenes “para salvar su destino” y aseguró que “cuando los jóvenes decidan rescatar la política con valores, preparación y aprecio por la democracia liberal y republicana y respeto por el Estado de Derecho, Guatemala crecerá en prosa libre, invadiendo mentes y corazones, y transformando la realidad de una nación que quiere vivir con dignidad”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevisó a David Smolansky, político venezolano en el exilio, sobre la importancia de la partícipación de los jóvenes para que sucedan cambios sociales, políticos y económicos en América Latina.

Smolansky explicó que la falta de participación de los jóvenes se debe al desencanto con la política: “Han habido problemas en ciertos países de América Latina donde los liderazgos dentro de los partidos no se renuevan. Por eso la juventud se decepciona y busca abrirse espacios en otras áreas.”

Compartió su experiencia como alcalde del Hatillo en Venezuela y habló sobre el honor que significó para él servir a su país: “Yo me siento profundamente orgulloso de la generación de la que formo parte en Venezuela. Estoy seguro que será la generación que contribuirá no sólo al rescate de la democracia en mi país, sino que ayudará a su reconstrucción.”

Concluyó indicando que, a pesar de la apatía, “los jóvenes deben involucrarse en la política y asumir el servicio público por vocación y convición” y envió un mensaje a Guatemala en el marco de las elección de este año: “Quieran a su país. No se sabe lo que es la libertad hasta que se pierde. Eso lo he vivido y por eso le digo a los jóvenes guatemaltecos que se involucren en política para que haya una generación dispuesta a preservar la democracia.”

Después, Edgar Ortiz, moderó el debate entre Luis Miguel Reyes, Claudia Méndez y Alejandro Baldizón, sobre el financiamiento electoral ilícito y la participación de redes criminales en la política guatemalteca.

Por último, Dionisio Gutiérrez analizó el surgimiento de nuevos liderazgos en los países de América Latina, como “Iván Duque en Colombia y Carlos Alvarado en Costa Rica” y habló sobre el drama que representa para Guatemala la repetición de personajes en cada ciclo electoral: “Sin importar el signo ideológico, salen las mismas caras reciclándose una y otra vez (...) Esto tiene una clara explicación: la grosera corrupción, la falta de oportunidades y la degradación de la política causada por quienes la tienen capturada”.

Concluyó diciendo: “Los políticos de hoy ahuyentan a los jóvenes y provocan que perdamos el capital humano más preciado de la nación. Rescatar la política, devolverle brillo, honor y dignidad es el desafío más grande de nuestro tiempo. Comprender que solo con la formación de una nueva generación de dirigentes, tecnócratas y estadistas, Guatemala tiene la posibilidad de salvar su destino”.

Vea el programa completo aquí: