Religión y política, mezcla peligrosa

Religión y política, mezcla peligrosa
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Luis Miguel es Director del Área Social de Fundación Libertad y Desarrollo, catedrático universitario y tiene una maestría en Administración Pública de Escuela de Gobierno.
24 Jul 2015

 ¿Existe en Guatemala alguna relación entre religión y política? 

 

En 2014, el Pew Research publicó un estudio llamado "Religión en América Latina: Cambio generalizado en una región históricamente católica"[1]. En dicho estudio Guatemala aparece como un país predominantemente cristiano con un 50% de población católica y un 41% de población protestante, además de un 6% de población sin afiliación alguna y 3% de población en la categoría “otro”. El estudio revela que Guatemala es un país en el que más del 90% de la población indica que la religión y la fe juegan algún papel en sus vidas. Los políticos están conscientes de esta situación y de forma intencional o no, utilizan la religión para ganar cercanía con las personas a las que quieren hacer llegar sus mensajes o pedir sus votos. 

 

más de 90%

DE LA POBLACIÓN INDICA QUE LA RELIGIÓN Y LA FE

JUEGAN ALGÚN PAPEL EN SUS VIDASFUENTE:

PEW RESEARCH

La estrategia pareciera, hasta el momento, no haber rendido los frutos esperados. Desde pastores que han intentado lanzarse a la política hasta personajes que afirmaban haber recibido un llamado divino para participar, todos han fallado en su intento de conectar con el votante que, hasta ahora, parecer sentir más atracción por las prebendas del clientelismo político. 

 

Sin embargo, algunos políticos no abandonan la idea y continúan intentando construir imágenes y mensajes que evocan las creencias religiosas de las personas.

Algunos ejemplos de momentos en los que la política se mezcla con la religión podemos encontrar en casos como el de la reciente controversia generada por la iniciativa de ley que pretende la lectura, enseñanza e instrucción Bíblica en establecimientos educativos públicos, privados y por cooperativa; además de la gran cantidad de mensajes con connotación religiosa que utilizan algunos partidos políticos en sus campañas. Se pensaría que en un país con una mayoría importante de personas creyentes, este tipo de estrategias serían bien recibidas, sin embargo, el efecto ha sido contrario y ni siquiera las autoridades eclesiales parecen interesadas en apoyar la iniciativa o lo partidos en cuestión[2].

 

 

El marco legal del país no es claro con el tema de la educación religiosa, ni la Constitución de la República de Guatemala ni la Ley de Educación Nacional[3] hacen referencia a una educación laica. Por el contrario, señalan que "la enseñanza religiosa es optativa en los establecimientos (educativos) oficiales y podrá impartirse dentro de los horarios ordinarios, sin discriminación alguna"[4]. Asimismo no se encuentra referencia alguna sobre la denominación que debiera tener esta educación religiosa, por lo que se entiende que esto quedaría a discreción de las autoridades educativas nacionales o de las autoridades de cada establecimiento educativo público.

Ante esta disyuntiva, reconociendo que en Guatemala existe una importante diversidad cultural y religiosa y que el artículo 36 de la Constitución garantiza la libertad de religión, la deducción correcta es que la sociedad debe promover la educación pública laica y dejar la educación religiosa para el hogar, las iglesias y los establecimientos educativos privados que así lo deseen. Es importante recordar que ya que la educación pública es la única forma como una gran proporción de la población puede acceder al conocimiento académico, ésta debe ser lo más abierta posible, evitando excluir a las personas por sus diferencias culturales y religiosas.

En el tema de la política electoral, la legislación guatemalteca sí es clara y prohíbe expresamente el uso de la religión como herramienta de campaña política, el inciso “e” del artículo 36 del reglamento de la Ley Electoral y de Partidos Políticos[5] indica que no es permitida: “Toda forma de propaganda, valiéndose de creencias religiosas o invocando motivos de religión, que influya en los ciudadanos a que se adhieran o se separen de partidos o candidaturas determinadas”. 

Lo que se infiere del espíritu de esta legislación es que se debe evitar que la religión sea utilizada por la política para manipular las emociones y necesidades de las personas. Es aquí en donde se encuentra la línea entre la política con principios éticos que debiera ofrecer estrategias y soluciones factibles para procurar el bien común; y la política sin ética que ofrece soluciones irreales a problemas profundos muy sentidos por la población.

Es importante retirar del imaginario colectivo las connotaciones religiosas de los mensajes políticos, como es importante también que se asegure que tanto el político como los argumentos que sostiene en su propaganda sean responsables ante la ley. 

La religión no es un problema, ésta aporta valores y esperanza a la vida de muchas personas.  El problema es cómo la política pretende, todavía hoy, utilizarla con fines ilegitimos. 

 

1. Pew Research Center, 13 DE NOV. DE 2014, “Religión en América Latina: Cambio generalizado en una región históricamente católica”. Disponible en: http://www.pewforum.org/files/2014/11/PEW-RESEARCH-CENTER-Religion-in-La...

 

2. ¿Podrá la Biblia combatir la corrupción? http://diariodigital.gt/2015/07/15/podra-la-biblia-combatir-la-corrupcion/

 

3. Consultar en: http://www.oei.es/quipu/guatemala/Ley_Educacion_Nacional.pdf

 

4. Artículo 73, Sección cuarta. Constitución Política de la República de Guatemala

 

5. Consultar en: http://www.foroderechoguatemala.org/wp-content/uploads/2011/07/cons007.pdf