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The Growing Drug Trafficking
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
21 Feb 2025

Guatemala necesita ayuda para frenar el narcotráfico.

 

Recientemente, Guatemala fue mencionada en el Congreso de Argentina. Lamentablemente, no fue para bien, sino señalando un hecho que, de llegarse a comprobar, sería grave para el país.

El congresista argentino Rodolfo Tailhade señalaba que Federico Machado, un supuesto narcotraficante requerido por Estados Unidos, habría señalado que facilitó aeronaves para las campañas electorales de Guatemala en 2015 y 2019.

Esto es una acusación grave porque implicaría a dos expresidentes de Guatemala. Hay que aclarar que todos son inocentes hasta que se pruebe lo contrario. Así que no podemos dar por sentado que estas declaraciones son ciertas.

Debemos ser responsables porque también hay mucho juego político de fondo y hay que esperar a que se realicen las investigaciones. Mientras tanto, las personas señaladas deben considerarse totalmente inocentes.

Pero resulta evidente y preocupante que el narcotráfico está contaminando la política de Guatemala. Hace poco, un exdiputado fue condenado en Estados Unidos por narcotráfico. La exvicepresidenta y el exministro de gobernación del desaparecido Partido Patriota aún son solicitados por la justicia de Estados Unidos, acusados de narcotráfico.

También se han señalado a alcaldes por narcotráfico. El dinero de estas actividades ilícitas ha logrado entrar en todos los ámbitos de la política de Guatemala y trata de influir en las distintas instituciones de justicia para garantizarse impunidad.

El riesgo para Guatemala es que el narcotráfico llegue a ser tan poderoso que terminemos siendo un “narcoestado”. Esto significa que el Estado de Guatemala terminaría estando al servicio del narcotráfico y no al servicio de la población.

Luchar contra estos delitos es muy difícil y no podemos hacerlo solos.  La ayuda de Estados Unidos resulta indispensable.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 20 de febrero.  

El creciente narcotráfico
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
21 Feb 2025

Guatemala necesita ayuda para frenar el narcotráfico.

 

Recientemente, Guatemala fue mencionada en el Congreso de Argentina. Lamentablemente, no fue para bien, sino señalando un hecho que, de llegarse a comprobar, sería grave para el país.

El congresista argentino Rodolfo Tailhade señalaba que Federico Machado, un supuesto narcotraficante requerido por Estados Unidos, habría señalado que facilitó aeronaves para las campañas electorales de Guatemala en 2015 y 2019.

Esto es una acusación grave porque implicaría a dos expresidentes de Guatemala. Hay que aclarar que todos son inocentes hasta que se pruebe lo contrario. Así que no podemos dar por sentado que estas declaraciones son ciertas.

Debemos ser responsables porque también hay mucho juego político de fondo y hay que esperar a que se realicen las investigaciones. Mientras tanto, las personas señaladas deben considerarse totalmente inocentes.

Pero resulta evidente y preocupante que el narcotráfico está contaminando la política de Guatemala. Hace poco, un exdiputado fue condenado en Estados Unidos por narcotráfico. La exvicepresidenta y el exministro de gobernación del desaparecido Partido Patriota aún son solicitados por la justicia de Estados Unidos, acusados de narcotráfico.

También se han señalado a alcaldes por narcotráfico. El dinero de estas actividades ilícitas ha logrado entrar en todos los ámbitos de la política de Guatemala y trata de influir en las distintas instituciones de justicia para garantizarse impunidad.

El riesgo para Guatemala es que el narcotráfico llegue a ser tan poderoso que terminemos siendo un “narcoestado”. Esto significa que el Estado de Guatemala terminaría estando al servicio del narcotráfico y no al servicio de la población.

Luchar contra estos delitos es muy difícil y no podemos hacerlo solos.  La ayuda de Estados Unidos resulta indispensable.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 20 de febrero.  

A Tragedy That Could Have Been Prevented
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
20 Feb 2025

Los accidentes son constantes y nada cambia

 

Esta semana* vivimos unos de los momentos más trágicos para el país. El accidente de la Calzada la Paz dejó luto y dolor en decenas de familias guatemaltecas. No hay palabras que alcancen a dar consuelo por su pérdida.

Lo que más duele de esta situación es que el accidente pudo haberse evitado. Para iniciar, las autoridades de tránsito de la PNC indicaron que el piloto no tenía la licencia adecuada para conducir buses de transporte público.

En segundo lugar, el bus era bastante antiguo y, muy probablemente, no tenía el mantenimiento adecuado. Esta combinación de factores provocó una pérdida irreparable.

Lo peor es que no es la primera vez que sucede. El transporte extraurbano es un peligro constante para los guatemaltecos. Los buses son viejos, van a alta velocidad, no respetan a los otros conductores y muchos pilotos no cuentan con la licencia obligatoria.

Para evitar estas tragedias debe actualizarse la regulación. Se deben prohibir los buses luego de ciertos años de antigüedad y se les debe colocar un controlador de velocidad a las unidades. Además, deben estar sujetos a evaluaciones periódicas. Las sanciones por incumplimiento deben incrementarse.

Pero también deben renovarse las instituciones encargadas de supervisar el transporte extraurbano. Es ampliamente conocido que existe una enorme corrupción en esas instituciones para garantizar impunidad y no hay control real sobre ese tipo de transporte. Vemos con mucha frustración cómo los buses son un atentado en las carreteras.

El riesgo es que toda la conmoción y la tristeza por esta tragedia desaparezca en unas semanas y la situación siga igual, hasta que suceda el próximo accidente fatal.

Esta vez debe ser diferente. Los guatemaltecos merecemos un transporte público seguro. Ya basta de tanta irresponsabilidad.

 

*Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 13 de febrero.  

Una tragedia que se pudo evitar
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
20 Feb 2025

Los accidentes son constantes y nada cambia.

 

Esta semana* vivimos unos de los momentos más trágicos para el país. El accidente de la Calzada la Paz dejó luto y dolor en decenas de familias guatemaltecas. No hay palabras que alcancen a dar consuelo por su pérdida.

Lo que más duele de esta situación es que el accidente pudo haberse evitado. Para iniciar, las autoridades de tránsito de la PNC indicaron que el piloto no tenía la licencia adecuada para conducir buses de transporte público.

En segundo lugar, el bus era bastante antiguo y, muy probablemente, no tenía el mantenimiento adecuado. Esta combinación de factores provocó una pérdida irreparable.

Lo peor es que no es la primera vez que sucede. El transporte extraurbano es un peligro constante para los guatemaltecos. Los buses son viejos, van a alta velocidad, no respetan a los otros conductores y muchos pilotos no cuentan con la licencia obligatoria.

Para evitar estas tragedias debe actualizarse la regulación. Se deben prohibir los buses luego de ciertos años de antigüedad y se les debe colocar un controlador de velocidad a las unidades. Además, deben estar sujetos a evaluaciones periódicas. Las sanciones por incumplimiento deben incrementarse.

Pero también deben renovarse las instituciones encargadas de supervisar el transporte extraurbano. Es ampliamente conocido que existe una enorme corrupción en esas instituciones para garantizar impunidad y no hay control real sobre ese tipo de transporte. Vemos con mucha frustración cómo los buses son un atentado en las carreteras.

El riesgo es que toda la conmoción y la tristeza por esta tragedia desaparezca en unas semanas y la situación siga igual, hasta que suceda el próximo accidente fatal.

Esta vez debe ser diferente. Los guatemaltecos merecemos un transporte público seguro. Ya basta de tanta irresponsabilidad.

 

*Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 13 de febrero.  

What Does the U.S. Want from Guatemala?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
20 Feb 2025

El Gobierno debe trazar una ruta para el desarrollo.

 

En las últimas semanas, Estados Unidos ha sido el centro de las noticias internacionales. Primero, fue el conflicto con Colombia, en donde Gustavo Petro resultó cediendo a las peticiones de Trump.

Luego, le llegó el turno a Canadá y México, pero, finalmente, llegaron a un acuerdo para reforzar la seguridad de las fronteras que comparten con Estados Unidos.

Los mensajes del nuevo Gobierno de Estados Unidos para América Latina son claros: quieren detener la migración y el tráfico de drogas. El tema de seguridad nacional es uno de los ejes centrales de Trump.

Para los países del norte de Centroamérica, incluido Guatemala, eso implica reforzar el rol de la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Sistema de Justicia para combatir las redes que se dedican al tráfico de personas y los grupos del narcotráfico.

Sin embargo, esto no es suficiente. El enfoque de mano dura tiene ciertos efectos en el corto plazo, pero, al final, el incentivo para migrar es tan fuerte que las personas están dispuestas a correr grandes riesgos con tal de lograr el sueño americano.

La solución de largo plazo pasa por crear fuentes de trabajo bien pagadas que incentiven a las personas a quedarse en Guatemala. Costa Rica es un país mucho más pobre que Estados Unidos, pero es capaz de generar un mínimo de oportunidades laborales con las cuales los ticos se sienten contentos y no buscar dejar su país.

La oportunidad para Guatemala está en plantear una ruta de desarrollo consensuada entre los actores relevantes del país y, en la cual, Estados Unidos pueda colaborar. No hay que inventar el agua azucarada. El tema de infraestructura y logística resulta vital.

Debemos dejar de apostar a la migración como fuente de estabilidad económica del país. Es momento que hagamos las tareas pendientes durante décadas.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 6 de febrero.  

¿Qué desea Estados Unidos de Guatemala?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
20 Feb 2025

El Gobierno debe trazar una ruta para el desarrollo.

 

En las últimas semanas, Estados Unidos ha sido el centro de las noticias internacionales. Primero, fue el conflicto con Colombia, en donde Gustavo Petro resultó cediendo a las peticiones de Trump.

Luego, le llegó el turno a Canadá y México, pero, finalmente, llegaron a un acuerdo para reforzar la seguridad de las fronteras que comparten con Estados Unidos.

Los mensajes del nuevo Gobierno de Estados Unidos para América Latina son claros: quieren detener la migración y el tráfico de drogas. El tema de seguridad nacional es uno de los ejes centrales de Trump.

Para los países del norte de Centroamérica, incluido Guatemala, eso implica reforzar el rol de la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Sistema de Justicia para combatir las redes que se dedican al tráfico de personas y los grupos del narcotráfico.

Sin embargo, esto no es suficiente. El enfoque de mano dura tiene ciertos efectos en el corto plazo, pero, al final, el incentivo para migrar es tan fuerte que las personas están dispuestas a correr grandes riesgos con tal de lograr el sueño americano.

La solución de largo plazo pasa por crear fuentes de trabajo bien pagadas que incentiven a las personas a quedarse en Guatemala. Costa Rica es un país mucho más pobre que Estados Unidos, pero es capaz de generar un mínimo de oportunidades laborales con las cuales los ticos se sienten contentos y no buscar dejar su país.

La oportunidad para Guatemala está en plantear una ruta de desarrollo consensuada entre los actores relevantes del país y, en la cual, Estados Unidos pueda colaborar. No hay que inventar el agua azucarada. El tema de infraestructura y logística resulta vital.

Debemos dejar de apostar a la migración como fuente de estabilidad económica del país. Es momento que hagamos las tareas pendientes durante décadas.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 6 de febrero.  

U.S., Russia and a Deal Without Ukraine
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Licenciada en Ciencia Política con especialización en Políticas Públicas egresada de la Universidad Francisco Marroquín. Se ha desempeñado en el área de comunicación estratégica y coordinación de proyectos. Se interesa por temas de desarrollo y de derechos humanos.
19 Feb 2025

Las recientes declaraciones del presidente estadounidense sobre la invasión rusa a Ucrania y la guerra que se ha librado son un mal precedente para Occidente y el mundo libre. ¿Por qué? 

 

En primer lugar, esto representa un cambio radical en la política exterior de Estados Unidos. Desde el inicio de la invasión por parte de Rusia, en febrero de 2022, Estados Unidos tomó la postura de “nada sobre Ucrania sin Ucrania”, validando dos de los principios básicos de la relaciones internacionales: el de la soberanía y el de la autodeterminación. 

Rusia fue clara sobre sus intenciones al invadir Ucrania: frenar el avance de Occidente en su área de influencia. Pero ¿no tiene derecho Ucrania a decidir su política, así como los valores políticos, económicos y sociales que rigen a su país? Ucrania, como país soberano, tiene derecho a determinar su propio futuro y debe ser parte de las negociaciones. Además, Ucrania ha sido clara en sus deseos: unirse a la OTAN y a la Unión Europea, dejar de estar bajo la influencia rusa y adoptar los valores de Occidente. 

Es importante señalar que Europa también ha pedido ser parte de las negociaciones, ya que el resultado de la guerra en Ucrania afecta directamente la seguridad del continente. A pesar de que Trump ha declarado que Europa no tiene cabida en las conversaciones por su bajo aporte a la guerra, los datos demuestran que los aportes de Europa a Ucrania superan los de Estados Unidos. 

Llegar a un acuerdo bilateral sin la participación de Ucrania, basándose en los puntos que circulan, que “se cedería el territorio ucraniano que Rusia ha invadido ilegalmente hasta el momento; que Estados Unidos no dará garantías de seguridad a Ucrania y tampoco se le admitirá en la OTAN” sería darle una victoria fácil a Rusia, dejándola actuar sin consecuencias. Incluso se ha planteado que Rusia regrese al G7, tras haber sido expulsada por la anexión de Crimea en 2014.

Por otro lado, la imagen que Estados Unidos está transmitiendo es la de dejar de ser aliado clave de Europea en términos geopolíticos y de seguridad, un papel que ha jugado desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En este escenario, Europa se encontaría en una situación complicada. Rusia es conocida por no cumplir con sus compromisos y, como todos sabemos, tiene tendencias expansionistas. ¿Podrá Europa, especialmente los países del Este, prevenir una nueva invasión de Rusia? ¿Será capaz Europa de defenderse de la amenaza rusa sin el apoyo de Estados Unidos? ¿Cómo garantizar que Rusia no vuelva a invadir Ucrania si no hay seguridad garantizada? Incluso si Europa desplegara tropas en Ucrania en caso de un acuerdo, los expertos temen que no sería suficiente sin la ayuda de Estados Unidos. 

Esto sería una clara victoria para Putin, pero también marcaría un precedente peligroso para otros autócratas con deseos expansionistas, como es el caso de China. 

Si bien la política exterior de Estados Unidos ha tenido un enfoque geopolítico, realista y estratégico acorde con sus intereses nacionales, también se ha caracterizado por la búsqueda del equilibrio del poder. Históricamente, Estados Unidos ha tenido un papel importante en la defensa del orden internacional frente a amenazas hostiles, y no se puede negar que uno de los componentes de su política exterior también se ha dirigido por valores. Personalmente, me parece que el actuar del presidente de Estados Unidos ignora esos valores que su país ha defendido a lo largo de la historia y, lamentablemente, sus decisiones parecen alinearse más con figuras como Putin y Xi Jinping.

 

Estados Unidos, Rusia y un acuerdo sin Ucrania
118
Licenciada en Ciencia Política con especialización en Políticas Públicas egresada de la Universidad Francisco Marroquín. Se ha desempeñado en el área de comunicación estratégica y coordinación de proyectos. Se interesa por temas de desarrollo y de derechos humanos.
19 Feb 2025

Las recientes declaraciones del presidente estadounidense sobre la invasión rusa a Ucrania y la guerra que se ha librado son un mal precedente para Occidente y el mundo libre. ¿Por qué? 

 

En primer lugar, esto representa un cambio radical en la política exterior de Estados Unidos. Desde el inicio de la invasión por parte de Rusia, en febrero de 2022, Estados Unidos tomó la postura de “nada sobre Ucrania sin Ucrania”, validando dos de los principios básicos de la relaciones internacionales: el de la soberanía y el de la autodeterminación. 

Rusia fue clara sobre sus intenciones al invadir Ucrania: frenar el avance de Occidente en su área de influencia. Pero ¿no tiene derecho Ucrania a decidir su política, así como los valores políticos, económicos y sociales que rigen a su país? Ucrania, como país soberano, tiene derecho a determinar su propio futuro y debe ser parte de las negociaciones. Además, Ucrania ha sido clara en sus deseos: unirse a la OTAN y a la Unión Europea, dejar de estar bajo la influencia rusa y adoptar los valores de Occidente. 

Es importante señalar que Europa también ha pedido ser parte de las negociaciones, ya que el resultado de la guerra en Ucrania afecta directamente la seguridad del continente. A pesar de que Trump ha declarado que Europa no tiene cabida en las conversaciones por su bajo aporte a la guerra, los datos demuestran que los aportes de Europa a Ucrania superan los de Estados Unidos. 

Llegar a un acuerdo bilateral sin la participación de Ucrania, basándose en los puntos que circulan, que “se cedería el territorio ucraniano que Rusia ha invadido ilegalmente hasta el momento; que Estados Unidos no dará garantías de seguridad a Ucrania y tampoco se le admitirá en la OTAN” sería darle una victoria fácil a Rusia, dejándola actuar sin consecuencias. Incluso se ha planteado que Rusia regrese al G7, tras haber sido expulsada por la anexión de Crimea en 2014.

Por otro lado, la imagen que Estados Unidos está transmitiendo es la de dejar de ser aliado clave de Europea en términos geopolíticos y de seguridad, un papel que ha jugado desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En este escenario, Europa se encontaría en una situación complicada. Rusia es conocida por no cumplir con sus compromisos y, como todos sabemos, tiene tendencias expansionistas. ¿Podrá Europa, especialmente los países del Este, prevenir una nueva invasión de Rusia? ¿Será capaz Europa de defenderse de la amenaza rusa sin el apoyo de Estados Unidos? ¿Cómo garantizar que Rusia no vuelva a invadir Ucrania si no hay seguridad garantizada? Incluso si Europa desplegara tropas en Ucrania en caso de un acuerdo, los expertos temen que no sería suficiente sin la ayuda de Estados Unidos. 

Esto sería una clara victoria para Putin, pero también marcaría un precedente peligroso para otros autócratas con deseos expansionistas, como es el caso de China. 

Si bien la política exterior de Estados Unidos ha tenido un enfoque geopolítico, realista y estratégico acorde con sus intereses nacionales, también se ha caracterizado por la búsqueda del equilibrio del poder. Históricamente, Estados Unidos ha tenido un papel importante en la defensa del orden internacional frente a amenazas hostiles, y no se puede negar que uno de los componentes de su política exterior también se ha dirigido por valores. Personalmente, me parece que el actuar del presidente de Estados Unidos ignora esos valores que su país ha defendido a lo largo de la historia y, lamentablemente, sus decisiones parecen alinearse más con figuras como Putin y Xi Jinping.

 

The International Order is at Risk
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Licenciada en Ciencia Política con especialización en Políticas Públicas egresada de la Universidad Francisco Marroquín. Se ha desempeñado en el área de comunicación estratégica y coordinación de proyectos. Se interesa por temas de desarrollo y de derechos humanos.
29 Oct 2024

Es fundamental que las democracias liberales formulen una respuesta coherente y efectiva.

 

Mientras Occidente enfrenta divisiones políticas, los regímenes totalitarios están forjando alianzas estratégicas que amenazan la estabilidad global. Este fenómeno no solo pone en riesgo el orden internacional, sino que también evidencia la fragilidad de las democracias liberales. 

Rusia, China, Irán y Corea del Norte

Casi tres años después de la invasión rusa a Ucrania, las repercusiones de este conflicto han desestabilizado la geopolítica mundial. Las normas internacionales que protegen la soberanía y la integridad territorial están siendo desafiadas, revelando desacuerdos en alianzas clave, como la OTAN y la Unión Europea.

La situación en Taiwán se agrava con la presidencia de Lai Ching-te, quien ha defendido firmemente la soberanía de la isla. China, viéndolo como un “peligro separatista”, intensifica su retórica y sus acciones militares, lo que genera un clima de creciente inestabilidad en la región.

Irán no solo ha atacado a Israel en abril de 2024, llevando a ambos países a una confrontación directa, sino que también ha fortalecido sus alianzas con grupos terroristas como Hezbolá y Hamás. Con objetivos de debilitar la influencia de Estados Unidos en la región y desestabilizar a Israel.

Las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur han entrado en mayor tensión. Aunque los expertos consideran que un conflicto bélico es poco probable, la situación ha llevado a ambos ejércitos a un estado de alerta constante. 

Cooperación militar y económica

Lo que resulta inquietante de estos conflictos es la cooperación entre estos regímenes, que comparten una clara tendencia a desafiar los valores occidentales. En el ámbito militar, la decisión de Corea del Norte de enviar soldados a Rusia, junto con los ejercicios conjuntos entre China y Rusia, demuestra una estrategia coordinada. Rusia también ha aumentado su suministro de equipos militares a Irán.

En el ámbito económico, China e Irán han fortalecido sus lazos a través de exportaciones de petróleo y acuerdos de inversión. Además, China es el mayor socio comercial de Corea del Norte. La creciente colaboración entre Rusia y China, a través de grupos como los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái, demuestra el esfuerzo por contrarrestar la influencia occidental.

¿Hacia dónde vamos?

Estos ejemplos, aunque no exhaustivos, revelan una estrategia común: contrarrestar la influencia occidental y afirmar su presencia en la arena internacional, lo que representa una amenaza no solo para la democracia, sino también para la seguridad global.

Ante este panorama alarmante, es fundamental que las democracias liberales formulen una respuesta coherente y efectiva. La vigilancia y la acción colectiva son más importantes que nunca, ya que el orden internacional tal como lo conocemos está en juego.

Was the Peace Signing Worth It?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
13 Jan 2025

La paz nos trajo la posibilidad de la libertad.

Recientemente se celebró el 28 aniversario de la firma de la paz que puso fin a 36 años de guerra interna en nuestro país.

Resulta lamentable que muchas personas critiquen la firma de la paz diciendo que el país no ganó nada. Estas personas indican que los acuerdos de paz solo sirvieron para darle más espacio a la izquierda y al tema de derechos humanos, lo que supuestamente arruinó el país.

Me confieso de derecha, promercado y defensor de los derechos individuales. Eso implica que siempre voy a estar a favor de la libertad de expresión y de la diversidad política. Esto último, la diversidad política, significa que en cualquier sociedad libre deben existir diversidad de ideas, incluso las contrarias a las nuestras.

La paz, la democracia y la república implica que las ideas de la derecha y la izquierda pueden convivir y turnarse en el poder.  Solo en las dictaduras y los totalitarismos es que se impide la diversidad de ideas. En ese sentido, criticar los acuerdos de paz porque permitieron la participación política de la izquierda, me parece un desacierto y una muestra de intolerancia.

Por otra parte, un país que tiene un conflicto armado vigente no atraerá nuevas empresas y las personas tendrán temor de expandir sus negocios a las áreas afectadas. Eso explica por qué durante el período de la guerra gran parte del interior del país no tenía muchos de los servicios que ahora tiene.

La paz permitió que se mejorara la infraestructura del país y que las empresas expandieran sus operaciones en todo el territorio nacional. Aún falta mucho, pero se han hecho avances significativos en los últimos 25 años.

La firma de la paz no resolvió y no resolverá los grandes problemas del país, pero fue un paso importante para la construcción de un país desarrollado. Algún día lo lograremos.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 9 de enero.