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¿Valió la pena la firma de la paz?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
13 Jan 2025

La paz nos trajo la posibilidad de la libertad.

Recientemente se celebró el 28 aniversario de la firma de la paz que puso fin a 36 años de guerra interna en nuestro país.

Resulta lamentable que muchas personas critiquen la firma de la paz diciendo que el país no ganó nada. Estas personas indican que los acuerdos de paz solo sirvieron para darle más espacio a la izquierda y al tema de derechos humanos, lo que supuestamente arruinó el país.

Me confieso de derecha, promercado y defensor de los derechos individuales. Eso implica que siempre voy a estar a favor de la libertad de expresión y de la diversidad política. Esto último, la diversidad política, significa que en cualquier sociedad libre deben existir diversidad de ideas, incluso las contrarias a las nuestras.

La paz, la democracia y la república implica que las ideas de la derecha y la izquierda pueden convivir y turnarse en el poder.  Solo en las dictaduras y los totalitarismos es que se impide la diversidad de ideas. En ese sentido, criticar los acuerdos de paz porque permitieron la participación política de la izquierda, me parece un desacierto y una muestra de intolerancia.

Por otra parte, un país que tiene un conflicto armado vigente no atraerá nuevas empresas y las personas tendrán temor de expandir sus negocios a las áreas afectadas. Eso explica por qué durante el período de la guerra gran parte del interior del país no tenía muchos de los servicios que ahora tiene.

La paz permitió que se mejorara la infraestructura del país y que las empresas expandieran sus operaciones en todo el territorio nacional. Aún falta mucho, pero se han hecho avances significativos en los últimos 25 años.

La firma de la paz no resolvió y no resolverá los grandes problemas del país, pero fue un paso importante para la construcción de un país desarrollado. Algún día lo lograremos.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 9 de enero.

Religion is Important
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
06 Jan 2025

La civilización occidental tiene raíces cristianas.

 

La religión está bajo ataque en muchos países. Movimientos extremistas propagan la idea que la religión hace daño a la sociedad y que debe ser eliminada.

El ataque a la religión no solo es verbal, sino que en algunos casos ha llegado también a acciones criminales. En algunos países incluso han quemado o vandalizado iglesias católicas o evangélicas.

Actualmente la mayoría de los países desarrollados son muy poco religiosos. Las iglesias se están vaciando y varias han sido cerradas. Debido a esta situación es que algunos señalan que la poca religiosidad es la que permitió el desarrollo de los países ricos y que, por el contrario, la alta religiosidad de los países pobres es lo que les mantiene en la pobreza.

Quienes piensan esto olvidan que los países ricos fueron muy religiosos durante su proceso de desarrollo. Tanto en Europa como en Estados Unidos el cristianismo jugó un papel muy importante en su proceso de industrialización. Fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que las personas comenzaron a olvidarse de la religión. Pero para entonces ya eran países ricos.

Los países pobres no deben renunciar a la religión para desarrollarse. Por el contrario, se deben profundizar valores religiosos como la honradez, la honestidad, el trabajo duro, la responsabilidad, la puntualidad etc.  Fueron estos valores los que permitieron el desarrollo de los países occidentales.

Por supuesto, hay políticos que quieren utilizar la religión para manipular a las personas y ganar votos. No debemos prestar atención a esta clase de políticos hipócritas que hacen muy mal uso de la religión.

No se trata de imponer la visión cristiana a toda la sociedad, porque cada persona debe tener libertad de conciencia. Simplemente se trata de defender el derecho de las personas a vivir su cristianismo.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 26 de diciembre.

La religión es importante
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
06 Jan 2025

La civilización occidental tiene raíces cristianas.

 

La religión está bajo ataque en muchos países. Movimientos extremistas propagan la idea que la religión hace daño a la sociedad y que debe ser eliminada.

El ataque a la religión no solo es verbal, sino que en algunos casos ha llegado también a acciones criminales. En algunos países incluso han quemado o vandalizado iglesias católicas o evangélicas.

Actualmente la mayoría de los países desarrollados son muy poco religiosos. Las iglesias se están vaciando y varias han sido cerradas. Debido a esta situación es que algunos señalan que la poca religiosidad es la que permitió el desarrollo de los países ricos y que, por el contrario, la alta religiosidad de los países pobres es lo que les mantiene en la pobreza.

Quienes piensan esto olvidan que los países ricos fueron muy religiosos durante su proceso de desarrollo. Tanto en Europa como en Estados Unidos el cristianismo jugó un papel muy importante en su proceso de industrialización. Fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que las personas comenzaron a olvidarse de la religión. Pero para entonces ya eran países ricos.

Los países pobres no deben renunciar a la religión para desarrollarse. Por el contrario, se deben profundizar valores religiosos como la honradez, la honestidad, el trabajo duro, la responsabilidad, la puntualidad etc.  Fueron estos valores los que permitieron el desarrollo de los países occidentales.

Por supuesto, hay políticos que quieren utilizar la religión para manipular a las personas y ganar votos. No debemos prestar atención a esta clase de políticos hipócritas que hacen muy mal uso de la religión.

No se trata de imponer la visión cristiana a toda la sociedad, porque cada persona debe tener libertad de conciencia. Simplemente se trata de defender el derecho de las personas a vivir su cristianismo.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 26 de diciembre.

An MP With a Political Agenda?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
17 Dec 2024

El Ministerio Público debe recuperar su credibilidad

 

La misión del Ministerio Público debería ser la investigación y persecución penal de todos los delitos que se comenten en el territorio guatemalteco, sin ningún tipo de agenda política.

Lamentablemente, en la última década, el Ministerio Público ha sido desvirtuado y se le ha instrumentalizado para perseguir a enemigos políticos. A partir de 2015, la CICIG planteó casos importantes que expusieron el profundo entramado de corrupción que tienen atrapadas nuestras instituciones.

Sin embargo, con el tiempo, la CICIG también planteó casos que llevaban una intención política y que, al final, terminaron desvirtuando lo bueno que habían hecho inicialmente. Durante esa época, se cometieron graves injusticias.

Lo triste es que el Ministerio Público actual no tiene ningún caso de alto impacto como los que logró CICIG en 2015. Existe la percepción que el MP actual se ha dedicado a una agenda exclusivamente política.

Fue el actual MP que procuró poner en duda nuestro sistema electoral, que tanto nos ha costado preservar durante casi 40 años. También intentó, sin éxito, impedir la transición pacifica del poder. Y, recientemente, se han dedicado a atacar insistentemente al partido oficial y a periodistas.

Cabe preguntarse: ¿Acaso no hubo corrupción en el gobierno pasado? ¿Por qué no se investigó a profundidad lo que pasó en ese período? ¿Por qué la obsesión con el partido oficial y con ciertos periodistas? Al MP actual cabe perfectamente la frase: “Para mis amigos, todo; para mis enemigos, la ley”.

Esta guerra jurídica que se inició hace varios años debe terminar. No podremos avanzar mientras se instrumentalice la justicia para atacar a los enemigos políticos. Debemos aspirar a construir una justicia independiente. El MP debería recapacitar, reconducir su rumbo y recuperar su credibilidad.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 12 de diciembre.

¿Un MP con agenda política?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
17 Dec 2024

El Ministerio Público debe recuperar su credibilidad

 

La misión del Ministerio Público debería ser la investigación y persecución penal de todos los delitos que se comenten en el territorio guatemalteco, sin ningún tipo de agenda política.

Lamentablemente, en la última década, el Ministerio Público ha sido desvirtuado y se le ha instrumentalizado para perseguir a enemigos políticos. A partir de 2015, la CICIG planteó casos importantes que expusieron el profundo entramado de corrupción que tienen atrapadas nuestras instituciones.

Sin embargo, con el tiempo, la CICIG también planteó casos que llevaban una intención política y que, al final, terminaron desvirtuando lo bueno que habían hecho inicialmente. Durante esa época, se cometieron graves injusticias.

Lo triste es que el Ministerio Público actual no tiene ningún caso de alto impacto como los que logró CICIG en 2015. Existe la percepción que el MP actual se ha dedicado a una agenda exclusivamente política.

Fue el actual MP que procuró poner en duda nuestro sistema electoral, que tanto nos ha costado preservar durante casi 40 años. También intentó, sin éxito, impedir la transición pacifica del poder. Y, recientemente, se han dedicado a atacar insistentemente al partido oficial y a periodistas.

Cabe preguntarse: ¿Acaso no hubo corrupción en el gobierno pasado? ¿Por qué no se investigó a profundidad lo que pasó en ese período? ¿Por qué la obsesión con el partido oficial y con ciertos periodistas? Al MP actual cabe perfectamente la frase: “Para mis amigos, todo; para mis enemigos, la ley”.

Esta guerra jurídica que se inició hace varios años debe terminar. No podremos avanzar mientras se instrumentalice la justicia para atacar a los enemigos políticos. Debemos aspirar a construir una justicia independiente. El MP debería recapacitar, reconducir su rumbo y recuperar su credibilidad.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 12 de diciembre.

Do María Corina and Edmundo know something we don't?
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Directora del área de Estudios Latinoamericanos de la Fundación Libertad y Desarrollo. Es licenciada en Historia egresada de la Universidad Central de Venezuela.
11 Dec 2024

¿Tendrán un “as” bajo la manga que cambiará el curso de la historia?

 

La política venezolana pareciera estar cargada de incógnitas de cara al 10 de enero de 2025. A pesar de las adversidades, Edmundo González Urrutia y María Corina Machado insisten en una narrativa optimista: “Quien está contra la pared es Maduro”, declara Machado, mientras González promete regresar “por cualquier vía”para asumir la presidencia. Estas afirmaciones nos llevan a preguntarnos si ambos líderes saben algo que el resto de los venezolanos y la comunidad internacional desconocemos. ¿Tendrán un “as” bajo la manga que cambiará el curso de la historia?

Para desentrañar la incógnita sobre si existe una estrategia de cara al 10 de enero, es preciso observar más de cerca los mensajes contradictorios que el propio liderazgo opositor emite en sus apariciones: en las mismas alocuciones donde María Corina Machado habla de la debilidad del régimen de Maduro, también les pide públicamente a los gobiernos de Javier Milei en Argentina y al gobierno de los Estados Unidos “actuar hoy, no en enero”. Ésta no parece ser una postura muy consistente ni un comentario prudente si realmente se estuviera trabajando en una estrategia para la toma del poder. De hecho, no hay que leer entre líneas, la propia Machado ha admitido claramente que la posibilidad de una transición depende del propio Nicolás Maduro, viéndose forzado por la presión que se ejerza sobre él, sí, pero en última instancia, la decisión de dejar el poder está en el propio régimen venezolano.

Lamentablemente, el contexto político venezolano no da señales alentadoras para un cambio de mando real en esa fecha. En oportunidades anteriores, hemos adelantado varios escenarios y la conclusión es que Maduro mantiene el control del aparato estatal y, con él, la capacidad de imponer su voluntad en el territorio venezolano. Por otro lado, la oposición, aunque respaldada internacionalmente, carece del control del territorio y de los recursos que puedan garantizar una toma efectiva del poder.

La insistencia en un cambio inminente el próximo 10 de enero se interpreta más bien como mera estrategia política para mantener la moral de la gente a quienes les fue arrebatada la soberanía popular el 28J. Pero esto no significa que no hay nada qué hacer ni que nada pueda pasar.

Los constantes llamados de González y Machado a la comunidad internacional para intensificar la presión sugieren que buscan crear una ventana de oportunidad en medio de la incertidumbre que rodea la transición política en Estados Unidos y las fracturas internas del chavismo.

Sin embargo, apostar todo al 10 de enero como una fecha de quiebre puede ser peligroso. Si González no logra ingresar a Venezuela o es detenido, la oposición podría sufrir un golpe moral y de credibilidad devastador. Por otra parte, el régimen chavista podría utilizar su intento como una oportunidad para reforzar su narrativa de "victoria sobre el imperialismo" y aumentar la represión contra los opositores con supuestas conspiraciones y atentados.

En este momento, la pregunta no es si Edmundo González Urrutia y María Corina Machado saben algo que el resto de los venezolanos no sabemos, sino si están preparados para capitalizar cualquier oportunidad inesperada que surja en los próximos días en esta nueva ventana que se abre para la toma del poder.

Si no, será otra fecha simbólica más en esta larga lucha de los últimos 26 años por recuperar nuestra democracia.

¿María Corina y Edmundo saben algo que nosotros no sabemos?
113
Directora del área de Estudios Latinoamericanos de la Fundación Libertad y Desarrollo. Es licenciada en Historia egresada de la Universidad Central de Venezuela.
11 Dec 2024

¿Tendrán un “as” bajo la manga que cambiará el curso de la historia?

 

La política venezolana pareciera estar cargada de incógnitas de cara al 10 de enero de 2025. A pesar de las adversidades, Edmundo González Urrutia y María Corina Machado insisten en una narrativa optimista: “Quien está contra la pared es Maduro”, declara Machado, mientras González promete regresar “por cualquier vía”para asumir la presidencia. Estas afirmaciones nos llevan a preguntarnos si ambos líderes saben algo que el resto de los venezolanos y la comunidad internacional desconocemos. ¿Tendrán un “as” bajo la manga que cambiará el curso de la historia?

Para desentrañar la incógnita sobre si existe una estrategia de cara al 10 de enero, es preciso observar más de cerca los mensajes contradictorios que el propio liderazgo opositor emite en sus apariciones: en las mismas alocuciones donde María Corina Machado habla de la debilidad del régimen de Maduro, también les pide públicamente a los gobiernos de Javier Milei en Argentina y al gobierno de los Estados Unidos “actuar hoy, no en enero”. Ésta no parece ser una postura muy consistente ni un comentario prudente si realmente se estuviera trabajando en una estrategia para la toma del poder. De hecho, no hay que leer entre líneas, la propia Machado ha admitido claramente que la posibilidad de una transición depende del propio Nicolás Maduro, viéndose forzado por la presión que se ejerza sobre él, sí, pero en última instancia, la decisión de dejar el poder está en el propio régimen venezolano.

Lamentablemente, el contexto político venezolano no da señales alentadoras para un cambio de mando real en esa fecha. En oportunidades anteriores, hemos adelantado varios escenarios y la conclusión es que Maduro mantiene el control del aparato estatal y, con él, la capacidad de imponer su voluntad en el territorio venezolano. Por otro lado, la oposición, aunque respaldada internacionalmente, carece del control del territorio y de los recursos que puedan garantizar una toma efectiva del poder.

La insistencia en un cambio inminente el próximo 10 de enero se interpreta más bien como mera estrategia política para mantener la moral de la gente a quienes les fue arrebatada la soberanía popular el 28J. Pero esto no significa que no hay nada qué hacer ni que nada pueda pasar.

Los constantes llamados de González y Machado a la comunidad internacional para intensificar la presión sugieren que buscan crear una ventana de oportunidad en medio de la incertidumbre que rodea la transición política en Estados Unidos y las fracturas internas del chavismo.

Sin embargo, apostar todo al 10 de enero como una fecha de quiebre puede ser peligroso. Si González no logra ingresar a Venezuela o es detenido, la oposición podría sufrir un golpe moral y de credibilidad devastador. Por otra parte, el régimen chavista podría utilizar su intento como una oportunidad para reforzar su narrativa de "victoria sobre el imperialismo" y aumentar la represión contra los opositores con supuestas conspiraciones y atentados.

En este momento, la pregunta no es si Edmundo González Urrutia y María Corina Machado saben algo que el resto de los venezolanos no sabemos, sino si están preparados para capitalizar cualquier oportunidad inesperada que surja en los próximos días en esta nueva ventana que se abre para la toma del poder.

Si no, será otra fecha simbólica más en esta larga lucha de los últimos 26 años por recuperar nuestra democracia.

How Does the Economy Wrap Up in 2024?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
09 Dec 2024

El costo de la vida creció, pero hubo estabilidad

Llegamos al final del año y es un buen momento para examinar cómo se desempeñó la economía de Guatemala. ¿Fue un buen o un mal año para la economía del país?

Primero, veamos el incremento de precios, que es lo que más afecta a las familias guatemaltecas. En 2022 y 2023 los precios crecieron 6.7% en promedio, aunque algunos precios crecieron mucho más y algunos un poco menos. Fueron dos años muy duros para el bolsillo de los guatemaltecos.

Durante el presente año el incremento de precios ha seguido, pero a un ritmo menor, de 3.1% en promedio. En octubre, la inflación interanual se ubicó en tan solo 1.16%, la cifra más baja desde 2020.

Los precios no volverán a ser los mismos que hace 4 años, pero es una buena noticia que la inflación está en los niveles más bajos desde hace muchos años. Esperemos que así siga.

Por otra parte, se espera que la economía cierre el 2024 con un crecimiento de 3.5%, el promedio de los últimos 10 años. Es decir, la economía de Guatemala no tuvo un desempeño sobresaliente, pero tampoco estuvo mal, a pesar de los múltiples problemas que hubo en la infraestructura del país.  

No cabe duda de que los guatemaltecos somos bastante resilientes, pero también es cierto que las remesas siguen siendo un motor de crecimiento importante del país. La estabilidad de nuestra economía en la última década y media se debe al incremento incesante de las remesas y no al buen desempeño de los gobiernos.

Por último, es interesante que el crédito otorgado por los bancos sigue con un crecimiento robusto y la Inversión Extranjera Directa llegará a $1,800 millones según estimaciones del Banco Central.

En conclusión, no fue un mal año para la economía de Guatemala, pero seguimos con los problemas de siempre. Veremos que nos espera en 2025.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 5 de diciembre.

¿Cómo cierra la economía en 2024?
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Paul Boteo es Director General de Fundación Libertad y Desarrollo. Además, es catedrático universitario y tiene una maestría en Economía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. 
09 Dec 2024

El costo de la vida creció, pero hubo estabilidad

Llegamos al final del año y es un buen momento para examinar cómo se desempeñó la economía de Guatemala. ¿Fue un buen o un mal año para la economía del país?

Primero, veamos el incremento de precios, que es lo que más afecta a las familias guatemaltecas. En 2022 y 2023 los precios crecieron 6.7% en promedio, aunque algunos precios crecieron mucho más y algunos un poco menos. Fueron dos años muy duros para el bolsillo de los guatemaltecos.

Durante el presente año el incremento de precios ha seguido, pero a un ritmo menor, de 3.1% en promedio. En octubre, la inflación interanual se ubicó en tan solo 1.16%, la cifra más baja desde 2020.

Los precios no volverán a ser los mismos que hace 4 años, pero es una buena noticia que la inflación está en los niveles más bajos desde hace muchos años. Esperemos que así siga.

Por otra parte, se espera que la economía cierre el 2024 con un crecimiento de 3.5%, el promedio de los últimos 10 años. Es decir, la economía de Guatemala no tuvo un desempeño sobresaliente, pero tampoco estuvo mal, a pesar de los múltiples problemas que hubo en la infraestructura del país.  

No cabe duda de que los guatemaltecos somos bastante resilientes, pero también es cierto que las remesas siguen siendo un motor de crecimiento importante del país. La estabilidad de nuestra economía en la última década y media se debe al incremento incesante de las remesas y no al buen desempeño de los gobiernos.

Por último, es interesante que el crédito otorgado por los bancos sigue con un crecimiento robusto y la Inversión Extranjera Directa llegará a $1,800 millones según estimaciones del Banco Central.

En conclusión, no fue un mal año para la economía de Guatemala, pero seguimos con los problemas de siempre. Veremos que nos espera en 2025.

 

Columna publicada originalmente en Nuestro Diario el 5 de diciembre.

Does Russia Continue to Make Inroads in Europe? Protests in Georgia
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Licenciada en Ciencia Política con especialización en Políticas Públicas egresada de la Universidad Francisco Marroquín. Se ha desempeñado en el área de comunicación estratégica y coordinación de proyectos. Se interesa por temas de desarrollo y de derechos humanos.
03 Dec 2024

La situación de Georgia es un reflejo de los desafíos que enfrentan los países del Cáucaso y Europa del Este en sus relaciones con Occidente y Rusia.

 

El 28 de noviembre, estallaron protestas en Georgia tras el anuncio del Gobierno de suspender las negociaciones para ingresar a la Unión Europea (UE) hasta 2028. Esta decisión se sumó a la creciente frustración por los resultados de las elecciones parlamentarias de octubre, que muchos consideran fraudulentas. En un contexto de tensión entre Europa y Rusia, la situación política en Georgia se vuelve aún más crítica.

Contexto de las protestas en Georgia

Georgia ha manifestado su deseo de unirse a la UE desde 2017, cuando este objetivo se incluyó en su Constitución. En 2023, el país obtuvo el estatus de candidato para integrarse oficialmente. Sin embargo, el 79 % de la población que apoya esta adhesión se enfrenta a un Gobierno que prioriza sus vínculos con Rusia y que ha implementado "políticas autoritarias y antioccidentales".

Unas elecciones decisivas

Las elecciones parlamentarias de octubre fueron un punto de inflexión. Expertos, ciudadanos y la oposición consideran que los comicios fueron fraudulentos, y esto ha sido un motor fundamental de las protestas. Para los manifestantes, el futuro de Georgia está en juego: ¿se alejarán de Rusia y se acercarán a Europa, o estarán nuevamente bajo la influencia de Moscú?

Para el Kremlin, la victoria del partido gobernante es positiva, ya que mantiene la cercanía y el apoyo de un aliado estratégico en la región del Cáucaso. Sin embargo, en Georgia, el descontento es evidente. Si las protestas logran mantenerse y presionar al gobierno, existe la posibilidad de que se convoquen nuevas elecciones, lo que podría abrir la puerta a un parlamento más prooccidental.

Es importante señalar que, de celebrarse las elecciones presidenciales el 14 de diciembre, se realizarán en un formato completamente nuevo, ya que se utilizará el voto indirecto a través de un Colegio Electoral de 300 miembros. No obstante, Mikheil Kavelashvili, el candidato del partido Sueño Georgiano, que controla el gobierno, es probablemente quien ganará.

Similitudes con la Revolución de las Rosas de 2003

Este no es el primer enfrentamiento entre la sociedad civil y un gobierno pro-ruso en Georgia. En 2003, una situación similar dio lugar a la Revolución de las Rosas, que derrocó a un régimen acusado de fraude electoral. Sin embargo, a diferencia de aquellas protestas, las manifestaciones actuales han sido mucho menos pacíficas.

Si los manifestantes logran mantener la presión, podría repetirse el resultado de la Revolución de las Rosas: que el Gobierno no logre controlar la situación y que se convoquen nuevas elecciones que reorienten al país hacia una mayor integración con Occidente.

Reflexión final

La situación de Georgia es un reflejo de los desafíos que enfrentan los países del Cáucaso y Europa del Este en sus relaciones con Occidente y Rusia. Las próximas semanas serán clave. Si las protestas logran que se repitan las elecciones, Georgia podría dar un paso importante hacia su integración en la UE, pero la desilusión hacia los partidos tradicionales seguirá presente.

Con las elecciones presidenciales a la vista, los georgianos deben mantener la presión, pues la presidenta en funciones se ha distanciado del Gobierno desde su elección en 2018 y ha sido opositora del mismo. Si se celebran las elecciones presidenciales y gana el candidato oficialista, las esperanzas de Georgia de unirse a la UE y acercarse más a Occidente se verán aplazadas, si no destruidas. Lo que está claro es que el futuro de Georgia y su posición en el tablero geopolítico están en juego.