Las cifras de crecimiento del PIB del primer trimestre de 2020 de los países más afectados por la enfermedad registrarán estos efectos, cuando sean publicados. Y en el segundo y tercer trimestre podrían llegar incluso a ser negativas, dependiendo de la evolución de la enfermedad. ¿Pero llegaremos a una recesión mundial? Es difícil anticiparlo.
El mundo ha entrado en pánico. Esta semana las Bolsas de valores alrededor del mundo sufrieron fuertes caídas; y en algunos casos, se registraron los peores resultados de las últimas dos o tres décadas. En el caso del IBEX de España, es la peor caída desde que existe. Son tiempos turbulentos para la economía mundial y la interrogante es si estamos ante el inicio de una nueva crisis económica como la experimentada a finales de la década pasada; o si bien estamos ante un pánico pasajero en las Bolsas de valores, que finalmente no impactará en la economía real o los niveles de empleo.
En el mundo desarrollado las crisis económicas usualmente comienzan con la caída de las Bolsas de valores. Luego le sigue la contracción de la economía, con el cierre de empresas y los despidos masivos. El pánico pasa de los inversionistas a los consumidores, que restringen sus compras y eso hace que las ventas se reduzcan. Se cae en una espiral descendiente de malas expectativas y caída de la economía que se retroalimentan mutuamente.
Pero no toda caída en la Bolsa de valores termina necesariamente en una crisis económica. A finales de 2018 e inicios de 2019, las Bolsas de valores de Estados Unidos experimentaron una caída significativa, que no se tradujo en una merma de la actividad económica. Las Bolsas se recuperaron en los meses subsiguientes y la economía americana creció 2.6 por ciento en promedio durante esos años.
El problema en esta ocasión es que el temor de que la economía mundial sufra daños no es del todo infundado. El pánico al coronavirus está haciendo que varios países cierren sus fronteras, afectando el comercio mundial, la industria hotelera, transporte aéreo y terrestre, así como centros de diversión. La suspensión de los eventos deportivos, también significará una merma importante de la economía; y los centros comerciales podrían enfrentar una reducción drástica en el número de visitantes, afectando el comercio en general, sin mencionar restaurantes y cines, entre otros. En algunas ciudades, inundadas de este virus, las calles lucen vacías. La actividad económica está funcionando al mínimo.
Las cifras de crecimiento del PIB del primer trimestre de 2020 de los países más afectados por la enfermedad registrarán estos efectos, cuando sean publicados. Y en el segundo y tercer trimestre podrían llegar incluso a ser negativas, dependiendo de la evolución de la enfermedad. ¿Pero llegaremos a una recesión mundial? Es difícil anticiparlo, aunque existe una alta probabilidad que la situación se complique en los próximos meses.
Algunos países europeos ya estaban en una situación frágil antes del coronavirus, como Alemania e Italia y esta situación podría empujarlos de lleno a una recesión. En el caso de Estados Unidos, ha registrado una actividad relativamente robusta, a pesar de la incertidumbre que generó meses atrás el comportamiento atípico de la curva de rendimientos. Pero el impacto del pánico del coronavirus en la economía en general y la situación complicada que enfrentan sus empresas petroleras, por la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita, podría generar un estancamiento de su economía en los próximos meses.
La Reserva Federal parece estar dispuesta a utilizar todo su “arsenal” para evitar que la economía estadounidense entre en recesión y ha anunciado un paquete de estímulos monetarios bastante “robusto” y posiblemente veamos más acciones en el futuro cercano. El Gobierno Federal también parece estar dispuesto a utilizar la política fiscal para evitar una crisis. ¿Serán suficientes estas medidas? Lo veremos en los próximos meses.
En el caso de China, los efectos serán bastante notorios, pero seguramente terminará el 2020 con un crecimiento de entre tres por ciento y cinco por ciento, evitando caer en terreno negativo. Pero para algunos países europeos, este será un año sumamente complicado. En el caso de Guatemala, la economía crecería entre 2.5 por ciento y 3.5 por ciento en 2020, nada catastrófico.