Articulo largo

Between Addicts and Narcos, We are Cured
09 Mar 2025

En el programa de esta semana, analizamos la designación de cárteles de droga como organizaciones terroristas.

 

Dionisio Gutiérrez inició preguntando cuántos tienen algún conocido que sufre por la adicción a las drogas, o quiénes, incluso, han perdido a alguien por su consumo, pues “la adicción a las drogas provoca un doloroso drama personal y familiar”, pero también tienen “repercusiones sociales y económicas graves para las naciones”.

El saldo social que provoca el consumo de drogas, y que ha llevado “a la muerte a millones de seres humanos a través de la historia”, es el lado de la demanda del fenómeno. Esta es la demanda de la cual se aprovecha la oferta, los narcotraficantes.

Gutiérrez señaló que los narcotraficantes “se aprovechan de los débiles que. Usan la violencia y el asesinato sin límites y sin escrúpulos. Contaminan la política y corrompen las instituciones del Estado para obtener protección y garantizar impunidad”. Además, recordó que se han infiltrado en la política: “En América Latina, hay más narco-Estados de los que se quiere reconocer. Los carteles de la droga juntos son la organización criminal más grande, poderosa y asesina del planeta. Son la mayor amenaza a la gobernabilidad y a la salud de las naciones”.

Por otro lado, ante la reciente proclamación de los cárteles de droga como grupos terroristas, Gutiérrez mencionó que “es difícil pronosticar lo que vienen”. Sin embargo, señaló que hay dos dimensiones que se deben abordar: “la primera, que las sociedades aprendan a decir NO a las drogas; y la segunda, Estados fuertes que pongan en su lugar a los criminales”.

Para finalizar, Gutiérrez expresó: “Ya no queremos ver madres que sufren en silencio por la adicción de sus hijos. Ya no queremos más muerte y violencia. Ya no queremos más presidentes, diputados, alcaldes o jueces al servicio del crimen organizado”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Pedro Trujillo, doctor en Ciencia Política y Gobierno, y a John Polga, profesor de política comparada en la Academia Naval de Estados Unidos, sobre el Tren de Aragua y los desafíos del tráfico de drogas. 

Trujillo indicó que las implicaciones del régimen de Maduro en Venezuela respecto al Tren de Aragua no le sorprenderían, ya que es algo que se ha visto en otras ocasiones: “En los años sesenta y setenta vimos grupos cubanos de este tipo, utilizados como elementos desestabilizadores”.

Además, señaló que la clasificación del Tren de Aragua como grupo terrorista es significativa porque “la designación permite que determinados instrumentos internacionales, como los financieros, se utilicen para cortar el oxígeno de estos grupos”. Trujillo también afirmó que es fundamental que Estados Unidos sea capaz de identificar los grupos que apoyan a estos actores para interrumpir la ayuda que reciben, ya que, en la medida en que se detecten vínculos con grupos de narcotráfico, maras o crimen organizado, se podrá aplicar sanciones.  

Respecto a la posibilidad de que Estados Unidos realice operaciones militares contra el narcotráfico, Trujillo no descartó la opción, señalando que la administración de Trump podría estar dispuesta a llevarlas a cabo.

Por su parte, Polga comentó que la designación de los cárteles de droga como grupos terroristas “forma parte de un esfuerzo para acabar con el flujo de drogas y personas a través de la frontera sur”. Además, indicó que su impacto dependerá de “cómo se implemente la política, pero definitivamente amplía las herramientas para perseguir a los cárteles”.

Por otro lado, Polga subrayó que neutralizar la oferta de drogas no es suficiente, ya que “cualquier discusión sobre el narcotráfico debe abordar también la demanda”. Agregó que, si solo se enfoca en la oferta, esta cambiará de geografía, lo que se conoce como el efecto burbuja: “Las rutas y orígenes de las drogas cambian dependiendo de hacia dónde se dirijan las fuerzas de seguridad”.

Finalmente, en cuanto a la presencia del narcotráfico en la política y las políticas públicas necesarias para controlar la corrupción, la violencia y los niveles de consumo, Polga indicó que esto “requiere un esfuerzo conjunto, la colaboración de los países vecinos y de la región. Es necesario fortalecer los sistemas de justicia e invertir en la policía y las fuerzas militares, además de abordar el tema desde una perspectiva de salud pública”.

Para ver el programa completo, haga clic aquí.

Entre los adictos y los narcos, estamos curados
09 Mar 2025

En el programa de esta semana, analizamos la designación de cárteles de droga como organizaciones terroristas.

 

Dionisio Gutiérrez inició preguntando cuántos tienen algún conocido que sufre por la adicción a las drogas, o quiénes, incluso, han perdido a alguien por su consumo, pues “la adicción a las drogas provoca un doloroso drama personal y familiar”, pero también tienen “repercusiones sociales y económicas graves para las naciones”.

El saldo social que provoca el consumo de drogas, y que ha llevado “a la muerte a millones de seres humanos a través de la historia”, es el lado de la demanda del fenómeno. Esta es la demanda de la cual se aprovecha la oferta, los narcotraficantes.

Gutiérrez señaló que los narcotraficantes “se aprovechan de los débiles que. Usan la violencia y el asesinato sin límites y sin escrúpulos. Contaminan la política y corrompen las instituciones del Estado para obtener protección y garantizar impunidad”. Además, recordó que se han infiltrado en la política: “En América Latina, hay más narco-Estados de los que se quiere reconocer. Los carteles de la droga juntos son la organización criminal más grande, poderosa y asesina del planeta. Son la mayor amenaza a la gobernabilidad y a la salud de las naciones”.

Por otro lado, ante la reciente proclamación de los cárteles de droga como grupos terroristas, Gutiérrez mencionó que “es difícil pronosticar lo que vienen”. Sin embargo, señaló que hay dos dimensiones que se deben abordar: “la primera, que las sociedades aprendan a decir NO a las drogas; y la segunda, Estados fuertes que pongan en su lugar a los criminales”.

Para finalizar, Gutiérrez expresó: “Ya no queremos ver madres que sufren en silencio por la adicción de sus hijos. Ya no queremos más muerte y violencia. Ya no queremos más presidentes, diputados, alcaldes o jueces al servicio del crimen organizado”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Pedro Trujillo, doctor en Ciencia Política y Gobierno, y a John Polga, profesor de política comparada en la Academia Naval de Estados Unidos, sobre el Tren de Aragua y los desafíos del tráfico de drogas. 

Trujillo indicó que las implicaciones del régimen de Maduro en Venezuela respecto al Tren de Aragua no le sorprenderían, ya que es algo que se ha visto en otras ocasiones: “En los años sesenta y setenta vimos grupos cubanos de este tipo, utilizados como elementos desestabilizadores”.

Además, señaló que la clasificación del Tren de Aragua como grupo terrorista es significativa porque “la designación permite que determinados instrumentos internacionales, como los financieros, se utilicen para cortar el oxígeno de estos grupos”. Trujillo también afirmó que es fundamental que Estados Unidos sea capaz de identificar los grupos que apoyan a estos actores para interrumpir la ayuda que reciben, ya que, en la medida en que se detecten vínculos con grupos de narcotráfico, maras o crimen organizado, se podrá aplicar sanciones.  

Respecto a la posibilidad de que Estados Unidos realice operaciones militares contra el narcotráfico, Trujillo no descartó la opción, señalando que la administración de Trump podría estar dispuesta a llevarlas a cabo.

Por su parte, Polga comentó que la designación de los cárteles de droga como grupos terroristas “forma parte de un esfuerzo para acabar con el flujo de drogas y personas a través de la frontera sur”. Además, indicó que su impacto dependerá de “cómo se implemente la política, pero definitivamente amplía las herramientas para perseguir a los cárteles”.

Por otro lado, Polga subrayó que neutralizar la oferta de drogas no es suficiente, ya que “cualquier discusión sobre el narcotráfico debe abordar también la demanda”. Agregó que, si solo se enfoca en la oferta, esta cambiará de geografía, lo que se conoce como el efecto burbuja: “Las rutas y orígenes de las drogas cambian dependiendo de hacia dónde se dirijan las fuerzas de seguridad”.

Finalmente, en cuanto a la presencia del narcotráfico en la política y las políticas públicas necesarias para controlar la corrupción, la violencia y los niveles de consumo, Polga indicó que esto “requiere un esfuerzo conjunto, la colaboración de los países vecinos y de la región. Es necesario fortalecer los sistemas de justicia e invertir en la policía y las fuerzas militares, además de abordar el tema desde una perspectiva de salud pública”.

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Times of Contradictions, Inconsistencies and Betrayals
02 Mar 2025

En el programa de esta semana, analizamos el cambio en política exterior de Estados Unidos y sus implicaciones para Occidente.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre los tiempos inusuales que vivimos, caracterizados por “contradicciones, incoherencias y traiciones”. De acuerdo a Gutiérrez, “da la impresión de que el mundo se encamina a territorios desconocidos, en los que se está jugando con peligrosos experimentos geopolíticos”. Son tiempos en los que “los amigos de siempre son hoy adversarios, los aliados, competidores, y los colegas, una molestia”, mientras el mundo “cada día se entiende menos”. 

Gutiérrez mencionó los casos de Ucrania y Venezuela para ilustrar el entorno geopolítico confuso y cambiante que vivimos: “Son dos pueblos abandonados por los amigos y traicionados por los supuestos aliados. Son dos naciones que no pueden ni deben ser olvidadas por Occidente”.  Además, agregó que no debemos permitir que dictaduras y Estados criminales se sientan “con derecho total a la impunidad”.

Por otro lado, Gutiérrez reconoció que Occidente enfrenta problemas. Sus países “deben tomar medidas serias para bajar el gasto público, controlar sus fronteras y mejorar políticas públicas, pero sin perder el espíritu que los hizo grandes”, señaló. Asimismo, destacó que América Latina debe despertar y “encontrar y escoger el camino de la libertad, la democracia republicana, el respeto a la ley, el libre mercado, el respeto a la propiedad privada, la competencia y el trabajo productivo para sacar adelante a nuestros países, a nuestras comunidades, a nuestras familias”. 

Finalmente, ante este escenario geopolítico, Gutiérrez recalcó la importancia de recordar que “al desarrollo y al bienestar solo se llega por el camino de la libertad y la democracia”. 

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Óscar Vara, doctor en economía y analista de política internacional, y a Miguel Ángel Lara, miembro del consejo del Proyecto de Integridad Electoral, sobre los dilemas Occidente y la política exterior de Estados Unidos.

Vara comentó que el escenario de política exterior de Donald Trump demuestra que “quiere imponer su criterio a través de negociaciones de chantaje, presionando a quienes, en un principio, son sus aliados, para obtener lo que desea con gran violencia”. Sin embargo, resaltó que parece aplicar una estrategia opuesta con aquellos que, en teoría, son enemigos de Estados Unidos, como se observa en el caso de Ucrania.

Por otro lado, Vara expresó que, ante la reducción de la presencia de Estados Unidos en Europa, el continente deberá aprender a vivir por sí mismo: “Aunque Estados Unidos ha sido un aliado valioso, su apoyo ha hecho que el gasto en defensa de los países europeos se haya reducido de manera alarmante”. 

Respecto a las intenciones de Ucrania de unirse a la OTAN y la Unión Europea, y las declaraciones de Rusia sobre no permitirlo en un posible acuerdo, Vara expresó que “Rusia no debe determinar lo que deben hacer los europeos. Son ellos quienes deben decidir si un país puede unirse a la Unión Europea y a la OTAN”. Además, en relación con las recientes decisiones de política exterior y el ejemplo que plantean, Vara indicó que en el caso de Taiwán enfrentamos una situación compleja.

Por su parte, en cuanto a la relación de la actual administración de Estados Unidos con Venezuela, Lara señaló que es la primera vez en muchos años que un diplomático se toma una foto con Nicolás Maduro, lo cual “es una señal importante, pues, aunque Estados Unidos no reconozca oficialmente el régimen, demuestra que está tratando con el régimen de Maduro y no con el de Edmundo González”.

Además, Lara agregó que la nueva política exterior de Estados Unidos es una en la que “los principios ya no existen. Está regida por intereses”. En el caso de Venezuela, “no les interesa la democracia ni los derechos humanos; se centran en la migración y la seguridad”.

Sobre el precedente que establece el acercamiento de Estados Unidos con Venezuela y las implicaciones que podría tener en las elecciones en Bolivia, si el partido de Evo Morales no gana las elecciones, Lara señaló que el incentivo para reconocer los resultados será mayor si no hay consecuencias. En este contexto, Lara expresó que la agravante de este precedente, especialmente, es la magnitud del fraude cometido en Venezuela: “La señal que manda Estados Unidos es que, siempre y cuando el país tenga algo que le interesa, como en el caso de Bolivia, donde podría ser el litio, no hay problema con lo que ocurra dentro de sus fronteras”.

Para finalizar, Lara proyectó que las relaciones entre México y Estados Unidos se caracterizan por una dinámica de “palo y zanahoria, con amenazas, durante estos próximos cuatro años”, lo que genera “mucha incertidumbre”.

 

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Tiempos de contradicciones, incoherencias y traiciones
02 Mar 2025

En el programa de esta semana, analizamos el cambio en política exterior de Estados Unidos y sus implicaciones para Occidente.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre los tiempos inusuales que vivimos, caracterizados por “contradicciones, incoherencias y traiciones”. De acuerdo a Gutiérrez, “da la impresión de que el mundo se encamina a territorios desconocidos, en los que se está jugando con peligrosos experimentos geopolíticos”. Son tiempos en los que “los amigos de siempre son hoy adversarios, los aliados, competidores, y los colegas, una molestia”, mientras el mundo “cada día se entiende menos”. 

Gutiérrez mencionó los casos de Ucrania y Venezuela para ilustrar el entorno geopolítico confuso y cambiante que vivimos: “Son dos pueblos abandonados por los amigos y traicionados por los supuestos aliados. Son dos naciones que no pueden ni deben ser olvidadas por Occidente”.  Además, agregó que no debemos permitir que dictaduras y Estados criminales se sientan “con derecho total a la impunidad”.

Por otro lado, Gutiérrez reconoció que Occidente enfrenta problemas. Sus países “deben tomar medidas serias para bajar el gasto público, controlar sus fronteras y mejorar políticas públicas, pero sin perder el espíritu que los hizo grandes”, señaló. Asimismo, destacó que América Latina debe despertar y “encontrar y escoger el camino de la libertad, la democracia republicana, el respeto a la ley, el libre mercado, el respeto a la propiedad privada, la competencia y el trabajo productivo para sacar adelante a nuestros países, a nuestras comunidades, a nuestras familias”. 

Finalmente, ante este escenario geopolítico, Gutiérrez recalcó la importancia de recordar que “al desarrollo y al bienestar solo se llega por el camino de la libertad y la democracia”. 

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Óscar Vara, doctor en economía y analista de política internacional, y a Miguel Ángel Lara, miembro del consejo del Proyecto de Integridad Electoral, sobre los dilemas Occidente y la política exterior de Estados Unidos.

Vara comentó que el escenario de política exterior de Donald Trump demuestra que “quiere imponer su criterio a través de negociaciones de chantaje, presionando a quienes, en un principio, son sus aliados, para obtener lo que desea con gran violencia”. Sin embargo, resaltó que parece aplicar una estrategia opuesta con aquellos que, en teoría, son enemigos de Estados Unidos, como se observa en el caso de Ucrania.

Por otro lado, Vara expresó que, ante la reducción de la presencia de Estados Unidos en Europa, el continente deberá aprender a vivir por sí mismo: “Aunque Estados Unidos ha sido un aliado valioso, su apoyo ha hecho que el gasto en defensa de los países europeos se haya reducido de manera alarmante”. 

Respecto a las intenciones de Ucrania de unirse a la OTAN y la Unión Europea, y las declaraciones de Rusia sobre no permitirlo en un posible acuerdo, Vara expresó que “Rusia no debe determinar lo que deben hacer los europeos. Son ellos quienes deben decidir si un país puede unirse a la Unión Europea y a la OTAN”. Además, en relación con las recientes decisiones de política exterior y el ejemplo que plantean, Vara indicó que en el caso de Taiwán enfrentamos una situación compleja.

Por su parte, en cuanto a la relación de la actual administración de Estados Unidos con Venezuela, Lara señaló que es la primera vez en muchos años que un diplomático se toma una foto con Nicolás Maduro, lo cual “es una señal importante, pues, aunque Estados Unidos no reconozca oficialmente el régimen, demuestra que está tratando con el régimen de Maduro y no con el de Edmundo González”.

Además, Lara agregó que la nueva política exterior de Estados Unidos es una en la que “los principios ya no existen. Está regida por intereses”. En el caso de Venezuela, “no les interesa la democracia ni los derechos humanos; se centran en la migración y la seguridad”.

Sobre el precedente que establece el acercamiento de Estados Unidos con Venezuela y las implicaciones que podría tener en las elecciones en Bolivia, si el partido de Evo Morales no gana las elecciones, Lara señaló que el incentivo para reconocer los resultados será mayor si no hay consecuencias. En este contexto, Lara expresó que la agravante de este precedente, especialmente, es la magnitud del fraude cometido en Venezuela: “La señal que manda Estados Unidos es que, siempre y cuando el país tenga algo que le interesa, como en el caso de Bolivia, donde podría ser el litio, no hay problema con lo que ocurra dentro de sus fronteras”.

Para finalizar, Lara proyectó que las relaciones entre México y Estados Unidos se caracterizan por una dinámica de “palo y zanahoria, con amenazas, durante estos próximos cuatro años”, lo que genera “mucha incertidumbre”.

 

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Woke, an Ideological Imposition?
23 Feb 2025

En el programa de esta semana, analizamos el impacto de la agenda woke en la academia.

 

Dionisio Gutiérrez señaló que la llamada “agenda woke" fue creada para “promover inclusiones, igualdades, favores y privilegios a una parte de la sociedad americana, con secuelas para todos”.  Añadió que su imposición “ha generado fuerte rechazo en las sociedades más tradicionales, liberales y conservadoras del mundo”.

Gutiérrez afirmó que los objetivos del wokismo son inaceptables, pues resultan en “una imposición ideológica en la cultura, la educación y la política” que suprime el debate. En este sentido, comentó: “El wokismo censura y persigue a quienes piensan diferente. Su hipocresía y doble estándar han quedado en evidencia porque muchos de ellos usan el activismo para obtener dinero y poder, sin aplicar lo que predican”.

Asimismo, subrayó que, para muchos, la agenda woke representa un “ataque a los valores tradicionales de la familia, la religión y la identidad cultural”, y destacó que, actualmente, incluso se utiliza con fines políticos.

Finalmente, Gutiérrez reflexionó sobre cómo “el activismo que pasa de defender derechos a imponer una visión única y castigar a quienes no la comparten ofende la dignidad humana y amenaza la libertad individual”. Por ello, enfatizó la importancia de defender la libertad y el respeto a la ley: “Cualquier ser humano puede hacer con su vida lo que mejor le parezca y merece todo el respeto de los demás, mientas no quiera imponer sus criterios, violar la ley o pasar sobre los derechos de los demás”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Eduardo Fernández y a Daniel Rodríguez Carreiro, doctores en Ciencia Política y profesores universitarios, sobre los efectos de la agenda woke en la academia.

Fernández comenzó destacando la importancia de recuperar las élites y generar una cultura de “respeto a la democracia liberal, la propiedad privada y los derechos para poder resolver en un futuro los problemas que enfrentan las sociedades”.

Añadió que las “universidades han dejado de ser espacios de discusión y libertad y se han convertido en espacios de puritanismo de extrema izquierda”. También subrayó que las universidades “deben ser un espacio de libertad de expresión, de discusión y de pensamiento crítico con valores”, no un centro de adoctrinamiento.

Por otro lado, resaltó la necesidad de “espacios de discusión, de cooperación y de intercambio de ideas civilizados”. Fernández indicó que es crucial crear estos espacios “para recuperar la política y construir buenas democracias liberales”.  

Por su parte, Carreiro comenzó definiendo la cultura woke como “un conjunto de ideas que ponen en cuestión valores tradicionales de la cultura Occidental”. Además, señaló que muchas de estas ideas “proceden del marxismo occidental y del posmodernismo”, lo que lleva a creencias como la de que la verdad no es objetiva, así como a una versión de “lucha de clases cultural, en donde ciertos valores de Occidente se consideran negativos por ser impuestos por una clase opresora”.

Carreiro señaló que la agenda woke ha logrado influir en el contenido educativo. En cuanto a si las universidades están promoviendo el adoctrinamiento en lugar de una educación objetiva y crítica, indicó que algunas “promueven activamente la idea de que solo un conjunto de ideas se puede utilizar y que hay principios y autores de los cuales solo se puede hablar de forma negativa, cuando hay autores que tradicionalmente se consideran fundacionales para la cultura Occidental”.

Para finalizar, Carreiro señaló que, para fomentar que los estudiantes cuestionen sus propias creencias de manera constructiva, se debe fortalecer el pensamiento crítico y la capacidad de análisis: “Todos podemos descubrir la verdad. Para eso, es fundamental el debate y la libertad de expresión”.  

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Woke ¿Imposición ideológica?
23 Feb 2025

En el programa de esta semana, analizamos el impacto de la agenda woke en la academia.

 

Dionisio Gutiérrez señaló que la llamada “agenda woke" fue creada para “promover inclusiones, igualdades, favores y privilegios a una parte de la sociedad americana, con secuelas para todos”.  Añadió que su imposición “ha generado fuerte rechazo en las sociedades más tradicionales, liberales y conservadoras del mundo”.

Gutiérrez afirmó que los objetivos del wokismo son inaceptables, pues resultan en “una imposición ideológica en la cultura, la educación y la política” que suprime el debate. En este sentido, comentó: “El wokismo censura y persigue a quienes piensan diferente. Su hipocresía y doble estándar han quedado en evidencia porque muchos de ellos usan el activismo para obtener dinero y poder, sin aplicar lo que predican”.

Asimismo, subrayó que, para muchos, la agenda woke representa un “ataque a los valores tradicionales de la familia, la religión y la identidad cultural”, y destacó que, actualmente, incluso se utiliza con fines políticos.

Finalmente, Gutiérrez reflexionó sobre cómo “el activismo que pasa de defender derechos a imponer una visión única y castigar a quienes no la comparten ofende la dignidad humana y amenaza la libertad individual”. Por ello, enfatizó la importancia de defender la libertad y el respeto a la ley: “Cualquier ser humano puede hacer con su vida lo que mejor le parezca y merece todo el respeto de los demás, mientas no quiera imponer sus criterios, violar la ley o pasar sobre los derechos de los demás”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Eduardo Fernández y a Daniel Rodríguez Carreiro, doctores en Ciencia Política y profesores universitarios, sobre los efectos de la agenda woke en la academia.

Fernández comenzó destacando la importancia de recuperar las élites y generar una cultura de “respeto a la democracia liberal, la propiedad privada y los derechos para poder resolver en un futuro los problemas que enfrentan las sociedades”.

Añadió que las “universidades han dejado de ser espacios de discusión y libertad y se han convertido en espacios de puritanismo de extrema izquierda”. También subrayó que las universidades “deben ser un espacio de libertad de expresión, de discusión y de pensamiento crítico con valores”, no un centro de adoctrinamiento.

Por otro lado, resaltó la necesidad de “espacios de discusión, de cooperación y de intercambio de ideas civilizados”. Fernández indicó que es crucial crear estos espacios “para recuperar la política y construir buenas democracias liberales”.  

Por su parte, Carreiro comenzó definiendo la cultura woke como “un conjunto de ideas que ponen en cuestión valores tradicionales de la cultura Occidental”. Además, señaló que muchas de estas ideas “proceden del marxismo occidental y del posmodernismo”, lo que lleva a creencias como la de que la verdad no es objetiva, así como a una versión de “lucha de clases cultural, en donde ciertos valores de Occidente se consideran negativos por ser impuestos por una clase opresora”.

Carreiro señaló que la agenda woke ha logrado influir en el contenido educativo. En cuanto a si las universidades están promoviendo el adoctrinamiento en lugar de una educación objetiva y crítica, indicó que algunas “promueven activamente la idea de que solo un conjunto de ideas se puede utilizar y que hay principios y autores de los cuales solo se puede hablar de forma negativa, cuando hay autores que tradicionalmente se consideran fundacionales para la cultura Occidental”.

Para finalizar, Carreiro señaló que, para fomentar que los estudiantes cuestionen sus propias creencias de manera constructiva, se debe fortalecer el pensamiento crítico y la capacidad de análisis: “Todos podemos descubrir la verdad. Para eso, es fundamental el debate y la libertad de expresión”.  

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Perpetually Subjected Infants
17 Feb 2025

En el programa de esta semana, analizamos el avance de China en América Latina.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionado sobre las guerras de poder, que siempre han existido y siguen presentes en la actualidad, impulsadas por “tierra, dinero y poder. Legal o ilegal”. Se preguntó: ¿Cuánto hemos evolucionado en realidad?  ¿Y cuánto nos falta?

Además, subrayó que la política, cada vez más, tiene como objetivo “alcanzar el poder, a cualquier costo. Y, [una vez obtenido], la obsesión es mantenerlo, también, a cualquier costo”. Gutiérrez ilustró su punto con ejemplos de China, Rusia, Corea del Norte y las dictaduras en América Latina. A pesar de la existencia de estadistas y funcionarios capaces y honestos, destacó que son la excepción.

Luego, Gutiérrez utilizó el caso de China en América Latina para ilustrar la sed de poder: “China, con 75 años de dictadura, seis tiranos, millones de asesinados y complejos imperiales, está en una cruzada por el mundo, especialmente en América Latina, para acumular más poder, vencer a Estados Unidos e imponer su cultura de corrupción, violencia e imposición. El objetivo chino es prostituir, aún más, las débiles democracias en nuestra región”.      

Por otro lado, Gutiérrez recordó que ya en 1840, Alexis de Tocqueville “anunció que vendrían tiempos en los que el poder del Estado, con el pretexto de velar por el bienestar de los ciudadanos, terminaría suprimiendo su autonomía y reduciéndolos a una especie de infantes perpetuos sometidos”. A lo cual se preguntó: ¿Estamos ya en este escenario?

Para finalizar, Gutiérrez remarcó que “hasta que no aprendamos que la única fuente de civilización son la libertad y la ley, en democracia, los seres humanos seguiremos siendo una especie en peligro”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Pedro Isern, director ejecutivo del Centro para el Estudio de las Sociedades Abiertas, y a Max Povse, miembro del Grupo de Estudios sobre Asia y América Latina de la Universidad de Buenos Aires.

Isern indicó que el objetivo de China en América Latina es consolidarse en la región para ganar poder y establecer un “nuevo orden internacional”. Por ejemplo, señaló que las inversiones de China en la región pueden parecer positivas en el corto plazo, pero dejan del lado las “consecuencias morales e institucionales de mediano y largo plazo, que son difusas”. Añadió que es especialmente preocupante debido a la asimetría económica y de poder entre China y los países a los que ayuda. También subrayó debe tenerse cautela con la economía china, que es “opaca” y se ha estancado, e incluso hay quienes hablan de un decrecimiento en la misma. 

Respecto a la capacidad de Estados Unidos en contener la influencia de China en América Latina, Isern expresó que “en los últimos 20-25 años, vimos cómo el Caribe y Sudamérica generaron una relación cercana a China” mientras Estados Unidos fue casi indiferente y distante ante ello. Sin embargo, considera que esto ha cambiado en los últimos años, y tanto la administración anterior como la actual “han sido contundentes en que eso tiene que cambiar”.

Por su parte, Povse está de acuerdo en que el objetivo de China es “construir un nuevo orden global”. Añadió que América Latina es una pieza clave para lograrlo, pues “históricamente ha sido considerado el patio trasero de Estados Unidos”.  

Povse también expresó que “Estados Unidos ha dejado libre el camino a China”, ya que “ha habido un vacío de poder”, lo cual no ocurría “cuando Estados Unidos tenía una posición más férrea en la región”. No obstante, añadió que, con la nueva administración en la Casa Blanca y la actitud de retomar su hegemonía en el continente, China podría enfrentar una “nueva amenaza para sus intereses” en la región.

Además, Povse destacó que es importante tener en cuenta que el nivel de influencia de China en América Latina depende de cada país específico, y su grado de está vinculado a la calidad institucional de cada uno de estos países. Como ejemplo, mencionó el apoyo de China a las tres dictaduras en la región: “Es una complicidad y un apoyo muy explícito. Después de Rusia, China es el principal soporte que tienen estas dictaduras”.

Finalmente, indicó que será “muy difícil para China poder seguir creciendo, principalmente porque no sabemos cuánto ha crecido en realidad”. Recordó que los indicadores económicos del país no son confiables.

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Infantes perpetuos sometidos
17 Feb 2025

En el programa de esta semana, analizamos el avance de China en América Latina.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionado sobre las guerras de poder, que siempre han existido y siguen presentes en la actualidad, impulsadas por “tierra, dinero y poder. Legal o ilegal”. Se preguntó: ¿Cuánto hemos evolucionado en realidad?  ¿Y cuánto nos falta?

Además, subrayó que la política, cada vez más, tiene como objetivo “alcanzar el poder, a cualquier costo. Y, [una vez obtenido], la obsesión es mantenerlo, también, a cualquier costo”. Gutiérrez ilustró su punto con ejemplos de China, Rusia, Corea del Norte y las dictaduras en América Latina. A pesar de la existencia de estadistas y funcionarios capaces y honestos, destacó que son la excepción.

Luego, Gutiérrez utilizó el caso de China en América Latina para ilustrar la sed de poder: “China, con 75 años de dictadura, seis tiranos, millones de asesinados y complejos imperiales, está en una cruzada por el mundo, especialmente en América Latina, para acumular más poder, vencer a Estados Unidos e imponer su cultura de corrupción, violencia e imposición. El objetivo chino es prostituir, aún más, las débiles democracias en nuestra región”.      

Por otro lado, Gutiérrez recordó que ya en 1840, Alexis de Tocqueville “anunció que vendrían tiempos en los que el poder del Estado, con el pretexto de velar por el bienestar de los ciudadanos, terminaría suprimiendo su autonomía y reduciéndolos a una especie de infantes perpetuos sometidos”. A lo cual se preguntó: ¿Estamos ya en este escenario?

Para finalizar, Gutiérrez remarcó que “hasta que no aprendamos que la única fuente de civilización son la libertad y la ley, en democracia, los seres humanos seguiremos siendo una especie en peligro”.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Pedro Isern, director ejecutivo del Centro para el Estudio de las Sociedades Abiertas, y a Max Povse, miembro del Grupo de Estudios sobre Asia y América Latina de la Universidad de Buenos Aires.

Isern indicó que el objetivo de China en América Latina es consolidarse en la región para ganar poder y establecer un “nuevo orden internacional”. Por ejemplo, señaló que las inversiones de China en la región pueden parecer positivas en el corto plazo, pero dejan del lado las “consecuencias morales e institucionales de mediano y largo plazo, que son difusas”. Añadió que es especialmente preocupante debido a la asimetría económica y de poder entre China y los países a los que ayuda. También subrayó debe tenerse cautela con la economía china, que es “opaca” y se ha estancado, e incluso hay quienes hablan de un decrecimiento en la misma. 

Respecto a la capacidad de Estados Unidos en contener la influencia de China en América Latina, Isern expresó que “en los últimos 20-25 años, vimos cómo el Caribe y Sudamérica generaron una relación cercana a China” mientras Estados Unidos fue casi indiferente y distante ante ello. Sin embargo, considera que esto ha cambiado en los últimos años, y tanto la administración anterior como la actual “han sido contundentes en que eso tiene que cambiar”.

Por su parte, Povse está de acuerdo en que el objetivo de China es “construir un nuevo orden global”. Añadió que América Latina es una pieza clave para lograrlo, pues “históricamente ha sido considerado el patio trasero de Estados Unidos”.  

Povse también expresó que “Estados Unidos ha dejado libre el camino a China”, ya que “ha habido un vacío de poder”, lo cual no ocurría “cuando Estados Unidos tenía una posición más férrea en la región”. No obstante, añadió que, con la nueva administración en la Casa Blanca y la actitud de retomar su hegemonía en el continente, China podría enfrentar una “nueva amenaza para sus intereses” en la región.

Además, Povse destacó que es importante tener en cuenta que el nivel de influencia de China en América Latina depende de cada país específico, y su grado de está vinculado a la calidad institucional de cada uno de estos países. Como ejemplo, mencionó el apoyo de China a las tres dictaduras en la región: “Es una complicidad y un apoyo muy explícito. Después de Rusia, China es el principal soporte que tienen estas dictaduras”.

Finalmente, indicó que será “muy difícil para China poder seguir creciendo, principalmente porque no sabemos cuánto ha crecido en realidad”. Recordó que los indicadores económicos del país no son confiables.

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Of Capitalism and Freedom
09 Feb 2025

En el programa de esta semana, analizamos las relaciones políticas y económicas de Estados Unidos y América Latina.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre los valores que permitieron el desarrollo de Occidente: “libertad económica; certeza jurídica en un sistema político de pesos y contrapesos; elecciones libres y democráticas para garantizar la alternancia en el poder; respeto a la propiedad privada; libertad de expresión y un sistema de libre mercado”. Indicó que, así como la democracia no es perfecta, también “el capitalismo es el modelo menos malo conocido”. Estos valores y este sistema siguen vigentes en la actualidad y, por ello, “los aranceles son mala idea, a menos que se vean como instrumento de negociación temporal”.   

Sin embargo, Gutiérrez destacó que, a finales del primer cuarto del siglo XXI, “el mundo alcanzó un grado de complejidad política, económica y tecnológica”, donde “la economía global se hizo insuficiente y la política insufrible”. Este contexto es el que nos tiene “en medio de un rompecabezas que no estamos logrando comprender ni digerir”, señaló. 

Ante este panorama confuso, Gutiérrez expresó que, de vez en cuando, es necesario “una sacudida o una buena dosis de disrupción”. Cuando “la geopolítica y algunas dinámicas sociales están plagadas de trampas, mentiras, corrupción, dictadores, terroristas y locos con complejos imperiales, hay que ponerlos en su lugar”, añadió. 

Para finalizar, Gutiérrez se preguntó cómo, sabiendo los pilares que construyeron el Occidente desarrollado —“la libertad, la democracia con división de poderes y Estado de derecho”— los países pueden perderse en el camino.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Javier Núñez, economista y consultor, y a Edmundo Rivera, socio fundador y chief economist en EPR Capital, sobre las relaciones políticas y económicas entre el gobierno de Trump y América Latina.

Núñez comenzó señalando que el propósito de los aranceles en el contexto actual de la administración Trump es utilizarlos como un “instrumento de negociación política”. Además, señaló que los aranceles van en contra del propósito del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ya que “no crean valor, sino entorpecen la actividad económica, pues afectan la eficiencia y generan productos de menor calidad y mayores precios para los consumidores”.

Por otro lado, expresó que la amenaza de Estados Unidos de imponer aranceles a México es, en definitiva, un mecanismo de presión, en este caso, para reforzar la persecución a cárteles de tráfico de drogas. Sin embargo, Núñez señaló que el problema del contrabando de drogas existe porque hay demanda, por lo cual “no se puede aspirar a una solución que únicamente atienda a uno de los lados del problema. La solución tiene que ser integral”.

Respecto a las intenciones de Trump de dar incentivos para mejorar la competitividad del país y la factibilidad de que las empresas regresen y establezcan sus operaciones en Estados Unidos, Núñez comentó que sería complicado. Señaló que la mano de obra se ha encarecido, y sin la mano de obra migrante, indicó que esta podría encarecerse aún más, lo que haría que Estados Unidos pierda competitividad.

En cuanto a América Latina y cómo puede beneficiarse de este rompecabezas político y económico, Núñez resaltó que “necesitamos mejorar nuestro marco institucional, generar incentivos a la inversión y, sobre todo, generar seguridad en el cumplimiento del Estado de derecho, mejorar la seguridad pública e invertir en infraestructura”. 

Por su parte, Rivera coincidió en que los aranceles se están utilizando como “mecanismos geopolíticos”. Además, señaló que los aranceles “utilizados como medidas proteccionistas no tienen resultados exitosos”. Por el contrario, indicó que los países desarrollados lograron ser exitosos a través del libre comercio.

En cuanto a los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China para América Latina, Rivera señaló que algunos países podrían tener beneficios a corto plazo. Por ejemplo, expuso el caso de México, debido a su cercanía con Estados Unidos, en donde podría darse una “sustitución de canales de cadena de valor. En lugar de traerlo de China, hacerlo de América Latina, en especial México”, indicó. Sin embargo, resaltó que los resultados serán negativos debido a la “reducción de comercio exterior global, la distorsión en la división de trabajo y, sobre todo, la asignación de capital”.

Por otro lado, Rivera recordó las consecuencias de la guerra comercial más famosa, la de los años 30: “Magnificó la Gran Depresión de los 30 y las consecuencias comerciales de esa medida duraron 40 años”.

Por último, se subrayó que el libre mercado y la competencia es lo que produce familias más prósperas en el mundo. Por el contrario, los aranceles “son viciosos y nefastos para la economía, y para ambas partes: para el exportador y para el importador”.

Para ver el programa completo, haga clic aquí.

Del capitalismo y la libertad
09 Feb 2025

En el programa de esta semana, analizamos las relaciones políticas y económicas de Estados Unidos y América Latina.

 

Dionisio Gutiérrez comenzó reflexionando sobre los valores que permitieron el desarrollo de Occidente: “libertad económica; certeza jurídica en un sistema político de pesos y contrapesos; elecciones libres y democráticas para garantizar la alternancia en el poder; respeto a la propiedad privada; libertad de expresión y un sistema de libre mercado”. Indicó que, así como la democracia no es perfecta, también “el capitalismo es el modelo menos malo conocido”. Estos valores y este sistema siguen vigentes en la actualidad y, por ello, “los aranceles son mala idea, a menos que se vean como instrumento de negociación temporal”.   

Sin embargo, Gutiérrez destacó que, a finales del primer cuarto del siglo XXI, “el mundo alcanzó un grado de complejidad política, económica y tecnológica”, donde “la economía global se hizo insuficiente y la política insufrible”. Este contexto es el que nos tiene “en medio de un rompecabezas que no estamos logrando comprender ni digerir”, señaló. 

Ante este panorama confuso, Gutiérrez expresó que, de vez en cuando, es necesario “una sacudida o una buena dosis de disrupción”. Cuando “la geopolítica y algunas dinámicas sociales están plagadas de trampas, mentiras, corrupción, dictadores, terroristas y locos con complejos imperiales, hay que ponerlos en su lugar”, añadió. 

Para finalizar, Gutiérrez se preguntó cómo, sabiendo los pilares que construyeron el Occidente desarrollado —“la libertad, la democracia con división de poderes y Estado de derecho”— los países pueden perderse en el camino.

En el siguiente segmento, Dionisio Gutiérrez entrevistó a Javier Núñez, economista y consultor, y a Edmundo Rivera, socio fundador y chief economist en EPR Capital, sobre las relaciones políticas y económicas entre el gobierno de Trump y América Latina.

Núñez comenzó señalando que el propósito de los aranceles en el contexto actual de la administración Trump es utilizarlos como un “instrumento de negociación política”. Además, señaló que los aranceles van en contra del propósito del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ya que “no crean valor, sino entorpecen la actividad económica, pues afectan la eficiencia y generan productos de menor calidad y mayores precios para los consumidores”.

Por otro lado, expresó que la amenaza de Estados Unidos de imponer aranceles a México es, en definitiva, un mecanismo de presión, en este caso, para reforzar la persecución a cárteles de tráfico de drogas. Sin embargo, Núñez señaló que el problema del contrabando de drogas existe porque hay demanda, por lo cual “no se puede aspirar a una solución que únicamente atienda a uno de los lados del problema. La solución tiene que ser integral”.

Respecto a las intenciones de Trump de dar incentivos para mejorar la competitividad del país y la factibilidad de que las empresas regresen y establezcan sus operaciones en Estados Unidos, Núñez comentó que sería complicado. Señaló que la mano de obra se ha encarecido, y sin la mano de obra migrante, indicó que esta podría encarecerse aún más, lo que haría que Estados Unidos pierda competitividad.

En cuanto a América Latina y cómo puede beneficiarse de este rompecabezas político y económico, Núñez resaltó que “necesitamos mejorar nuestro marco institucional, generar incentivos a la inversión y, sobre todo, generar seguridad en el cumplimiento del Estado de derecho, mejorar la seguridad pública e invertir en infraestructura”. 

Por su parte, Rivera coincidió en que los aranceles se están utilizando como “mecanismos geopolíticos”. Además, señaló que los aranceles “utilizados como medidas proteccionistas no tienen resultados exitosos”. Por el contrario, indicó que los países desarrollados lograron ser exitosos a través del libre comercio.

En cuanto a los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China para América Latina, Rivera señaló que algunos países podrían tener beneficios a corto plazo. Por ejemplo, expuso el caso de México, debido a su cercanía con Estados Unidos, en donde podría darse una “sustitución de canales de cadena de valor. En lugar de traerlo de China, hacerlo de América Latina, en especial México”, indicó. Sin embargo, resaltó que los resultados serán negativos debido a la “reducción de comercio exterior global, la distorsión en la división de trabajo y, sobre todo, la asignación de capital”.

Por otro lado, Rivera recordó las consecuencias de la guerra comercial más famosa, la de los años 30: “Magnificó la Gran Depresión de los 30 y las consecuencias comerciales de esa medida duraron 40 años”.

Por último, se subrayó que el libre mercado y la competencia es lo que produce familias más prósperas en el mundo. Por el contrario, los aranceles “son viciosos y nefastos para la economía, y para ambas partes: para el exportador y para el importador”.

Para ver el programa completo, haga clic aquí.